El Producto Interior Bruto (PIB) de Castilla y León cayó un 1,1 por ciento en el primer trimestre de 2021 por lo que se mantiene la recesión de la economía castellanoleonesa, aunque menos intenso que en los meses precedentes --viene de un -4,0 por ciento--, lo que hace "atisbar" a la Junta un crecimiento "con mucha probabilidad" para el segundo trimestre del año que, en ningún caso será suficiente para recuperar lo perdido en cinco trimestres seguidos en negativo.
"Seguramente podríamos constatar ya el fin de la recesión, entendiendo por recesión el fin del crecimiento negativo, no el fin de la crisis (...) no va a compensar la pérdida acumulada a lo largo de todo el periodo".
Estas son las principales conclusiones de los datos de la Contabilidad Regional correspondientes al primer trimestre del año presentados este viernes por el consejero de Economía y Hacienda, Carlos Fernández Carriedo, que ha significado dos hechos positivos, el crecimiento de la industria por segundo trimestre consecutivo, en una "clara recuperación" del sector, y el incremento, esta vez por primera vez desde la recesión, de las inversiones en bienes de equipo lo que demuestra "cierta confianza" de las empresas en la recuperación.
A esto ha sumado una ligera recuperación en términos de empleo medido en puestos de trabajo equivalentes a tiempo completo que, en un trimestre tradicionalmente negativo, ha crecido "por fin" un 0,2 por ciento, unos 1.500 puestos de trabajo, si bien ha admitido que la cifra es "insuficiente" para paliar la "intensa" pérdida de empleos sufrida en esta crisis. "Es el primer trimestre, después de cuatro negativos, en el que tenemos por fin un crecimiento, que se va a intensificar más en el segundo trimestre", ha augurado.
Por otro lado y según ha detallado también el consejero, la variación intertrimestral del PIB se situó en -1,3 por ciento en este periodo (1,8 por ciento en el precedente).
Por el lado de la oferta el mejor comportamiento es para la industria que creció un 4,1 por ciento, superior además al trimestre anterior (3,7 por ciento), impulsada principalmente por las ramas energéticas que crecieron un 17,7 por ciento interanual (11,2 por ciento en el trimestre
anterior), con un mayor aumento del suministro de energía eléctrica, gas, vapor y aire acondicionado y de las ramas extractivas respecto del cuarto trimestre de 2020.
Por su parte, las ramas manufactureras se incrementaron un 2,7 por ciento frente al 3,0 por ciento del trimestre anterior, y destaca el descenso de la industria de la alimentación y el menor crecimiento de la de material de transporte.
El sector primario de Castilla y León anotó un descenso interanual del 4,7 por ciento, cuando el periodo anterior creció un 8,5 por ciento, y decrecieron tanto la producción agrícola como la ganadera. Fernández Carriedo ha augurado que la cosecha de 2021 no será tan negativa como la de otros años pero ha recordado también que la de 2020 fue muy buena. Dicho esto, ha aclarado que aún es pronto para hablar de datos más fiables desde el punto de vista agrario ya que está sometido a los efectos de las lluvias y de las tormentas.
En el sector ganadero se produjo también un descenso de la producción, frente al moderado crecimiento observado en el trimestre precedente.
Por su parte, la construcción se mantiene en tasas negativas del 6,5 por ciento "y, por lo tanto, en una clara recesión pero menos intensa", ha constatado el consejero, que sí observa una mayor actividad en la edificación residencial --reformas y obras en segundas viviendas en el medio rural, ha constatado-- y en la ingeniería civil tras el parón de la licitación pública y de todos los trámites ordinarios en la pandemia, que se recuperarán ahora con la vista puesta también en los fondos de la Nueva Generación.
En el caso del sector servicios cayó un 0,9 por ciento en tasa interanual, frente al -6,0 por ciento del periodo anterior, y anota una menor contracción en el componente de mercado, que cayeron un 1,8 por ciento (-8,8 por ciento en el trimestre precedente) y un crecimiento inferior en los de no mercado, que suman un 1,8 por ciento cuando el anterior aumentó un 3,3 por ciento.
Desde el punto de vista de la demanda, sigue en negativo, con un -1,3 por ciento, pero anota el "dato menos malo" de los cinco trimestres precedentes desde que comenzó la recesión, al igual que pasa con el gasto en consumo final de los hogares, que pasa del -6,9 por ciento al -3,7 por ciento en este trimestre) lo que hace ver "cierta recuperación".
A esto se une un menor crecimiento del gasto de las administraciones públicas (3,1 por ciento frente al 7 por ciento del anterior periodo) ya que, según ha recordado el consejero, tuvieron que hacer frente a un mayor gasto al inicio de la pandemia, con un crecimiento del gasto menor a medida que los efectos de la crisis por el coronavirus se van controlando.
Entre los aspectos "más positivos", ha destacado el aumento del 5,9 por ciento en la inversión en bienes de equipo, "algo relevante" ya que venía de un descenso del 4,3 por ciento en el trimestre precedente, mientras que la inversión en construcción registró una contracción menor a la del trimestre anterior (-2,1 por ciento y -9,5 por ciento, respectivamente). En total, la formación bruta de capital aumentó un 1,5 por ciento cuando el trimestre anterior cayó un -7,3 por ciento.
Finalmente, el sector exterior presentó una contribución positiva de 0,2 puntos porcentuales al crecimiento del PIB en el primer trimestre del año, uno menos no obstante que en el periodo anterior, con una
variación interanual del -7,9 por ciento de las exportaciones totales que "todavía siguen muy deprimidas", y dos décimas más incluso que en el periodo anterior, y del -7,6 por ciento de las importaciones totales (-7,5 por ciento en el trimestre precedente). "El comercio internacional ha sido más plano", ha añadido.
Por último, el consejero ha recordado que Castilla y León ya inició 2020 con un "deterioro muy notable" de la economía autonómica que cayó en recesión en la pandemia.