UGT asegura que el descenso en el incremento de la población de nacionalidad extranjera está relacionado con las restricciones a la movilidad y a la entrada de personas procedentes del exterior, pero también con la pérdida de empleo y la emigración por diversos motivos. Así, apuesta por la llegada de población extranjera a Castilla y León para "mantener el estado de bienestar".
El sindicato indica que aun con este descenso, España alcanzó el pasado 1 de enero de 2021 un nuevo máximo de población, con 47.394.223 de personas, que, según el informe elaborado por la organización sindical, se debe fundamentalmente al aporte de la inmigración. Cabe recordar que el 11,3% de la población en España tiene nacionalidad extranjera. No obstante, ese porcentaje desciende a un 6,52% en Castilla y León.
En la misma línea, en el periodo 2020-2021 subraya que se aprecia una pérdida de población de nacionalidad española nacida en España, con -183.298 personas menos, que supone más del doble que en el periodo 2019-2020 y que, de acuerdo con el sindicato, está directamente relacionado con los fallecimientos causados por la COVID-19, que han afectado especialmente al grupo de población de edad más avanzada. A 1 de enero de 2020, el 21% de la población de nacionalidad española tenía más de 65 años, frente al 8´3% de la población de nacionalidad extranjera que superaba esta edad.
Para UGT, este saldo vegetativo es negativo en nuestra comunidad, puesto que, por cada mil habitantes, desciende a –9,43 en el año 2020 pese a la llegada de población migrante. Sin embargo, el aumento del saldo migratorio exterior no ha sido suficiente para compensar el descenso de habitantes. Además, "si tomamos como referencia la población originaria de Castilla y León, son más las personas que deciden marchar que volver y la llegada de población extranjera no ha logrado compensar el consiguiente decrecimiento poblacional", explica.