Colas en las tiendas y grandes superficies de venta de muebles, maletas remendadas con cinta americana y llenas de sueños, una despedida furtiva y breve, por lo sentimental, del hogar que, hasta ese momento, se compartía con los progenitores e independencia plena son algunos de los pasos a seguir por todo aquel joven que ‘abandona el nido’. En la Unión Europea, la edad media a la que la población consigue independizarse del núcleo familiar y ser, económicamente hablando, autosuficiente es de 26 años mientras que los españoles, de media y según Eurostat, han de aguardar hasta, casi, los 30 años.
Esta situación se ha visto agravada con la crisis socioeconómico-sanitaria que asola el planeta desde el ya lejano mes de marzo de 2020. Sería deshonroso, hacia la verdad, el obviar una subida generalizada de un bien tan esencial, en la sociedad globalizada y constantemente interconectada, como es la electricidad, la luz. El pasado miércoles, 21 de julio, se aprobó, en el Congreso de los Diputados, la reducción del IVA en las facturas de la luz, del 21% al reducido, del 10%. Pese a esa reducción fiscal, la tarifa media de la luz en España aumentó hasta un 12% con respecto a la del mes anterior, junio. Además, el megavatio-hora se pagó a una media de 74 euros de media, un precio que, según Rebeca Miguel, la delegada en Castilla y León de la Organización de Consumidores y Usuarios, “ni siquiera se ha visto relajado durante los fines de semana, como prometieron con el nuevo modelo de factura”.
Es reseñable que el precio de la electricidad, según apunta Miguel, “triplicó el valor medio pagado durante el mismo mes del año pasado”, una realidad que complica la emancipación, sobre todo, para los jóvenes, así como dificulta la vida cotidiana y el uso de la electricidad “sin tener que esperar hasta las diez de la noche para encender el aire acondicionado”.
Cecilia, una joven de 23 años que ha optado por no revelar su apellido, finalizó sus estudios de Comercio el pasado año y confiesa que ve “muy lejos” el momento en el que salga de la casa de sus padres, en Palencia. Comparte sus impresiones mientras se abanica con un rojo entramado de madera de abedul y tela, en medio del abrumador calor que arremete sobre, casi, cada punto de la geografía nacional.
Además de la reducción impositiva, esta misma semana, en Bruselas, la propia comisaria europea de Energía, Kadri Simson, alegaba que está contemplada y permitida la intervención del Gobierno de cara a una reducción de la factura “para proteger a los usuarios en situación de pobreza energética, con ayudas para mejorar la eficiencia energética y reducir el consumo y los costes”, en respuesta a la pregunta de la portavoz del Partido Popular en el Parlamento Europeo, Dolors Montserrat.
Así, coincide la propia Rebeca Miguel señala que no ve sentido en perpetrar unos precios “históricos mientras las arcas del Estado se ven mermadas y no así la recaudación de las compañías eléctricas”. Desde la OCU de Castilla y León también apuntan la necesidad de descartar el Precio Voluntario del Pequeño Consumidor (PVPC) como única solución viable. Este tipo de facturación, el PVPC, consiste en una oferta eléctrica del mercado regulado, con la supervisión y el visto bueno del Gobierno, con unos requisitos como la potencia contratada igual o inferior a 10 kilo-vatios, poseer un contador digital. Una de las claves es que su contratación da acceso al bono social eléctrico, una ayuda de entre el 25% y el 40% para los consumidores más vulnerables, algo que Miguel califica de “insuficiente”.
“Pedimos a la Comisión Nacional del Mercado de la Competencia y al Gobierno que se baje la factura de manera efectiva, no progresiva”, subraya la delegada en la región. Los números, además de los ya tratados, se pueden resumir en dos semestres. El primero del pasado año, 2020, donde el gasto total medio en la primera parte del año rondó los 325 euros y, por otra parte, el mismo periodo del presente año, donde la factura total, de media, se ha elevado hasta los 398 euros.
De cara a afrontar este “tarifazo”, tal y como lo califica Rebeca Miguel, “habría que programar por la noche, o los fines de semana, los principales electrodomésticos, así como elegir la mejor tarifa posible, donde se vería el mayor ahorro anual”. Un “tarifazo” que no se relaja en una semana histórica en la que, día tras día, se ha batido el récord de precio máximo de la luz.