Si ayer este periódico anunciaba la decisión de Unicaja de presentar un ERE que afectará a 1.513 empleados en toda España -cuyos damnificados por comunidades autónomas aún se desconocen-, hoy son los trabajadores del Banco Sabadell los que se han manifestado en Valladolid tras anunciar la entidad un expediente de regulación de empleo que afectará a 1.730 personas, de las cuales 40 son de Castilla y León, la mitad de ellas procedentes de oficinas de León.
Óscar Villafañe, responsable de CCOO en el comité de empresa, considera que existen alternativas al planteamiento del Banco Sabadell anunciado ayer por EL ESPAÑOL- Noticias de Castilla y León.
"Nosotros ponemos encima de la mesa soluciones que puedan amortiguar el golpe para las familias, como que prime la voluntariedad y la recolocación de los compañeros en otras empresas que tiene el grupo, así como que se permita a los trabajadores que tengan personas dependientes a su cargo, puedan acogerse a una excedencia con compromiso de vuelta", explica.
Además, CCOO aboga por "valorar que quienes estén en excedencia voluntaria y se puedan permitir por su situación económica o sus mejores perspectivas de futuro entrar en este ERE, lo puedan hacer voluntariamente", lo que permitiría mantener ese puesto de trabajo en otro empleado cuyas circunstancias no sean tan favorables.
La última oferta del Banco es aplicar prejubilaciones a los que tengan de 58 a 62 años con el 57% del salario fijo, un 55% de esta percepción salarial para los que se encuentren entre los 50 y los 57 años, y de 30 días por año trabajado con un máximo de 30 meses para el resto de la plantilla afectada.
Este ERE supondrá el cierre en Castilla y León de 496 oficinas, que dejará sin este servicio básico a algunas zonas rurales de la comunidad donde ya sólo quedaba operativa esta entidad. Una tónica que ha venido sucediéndose en los últimos años y que perjudica seriamente la viabilidad económica de la llamada España vaciada.
Según fuentes consultadas por este periódico, el comité de empresa se reúne mañana de nuevo con el Banco Sabadell, en un intento por rebajar el número de afectados y mejorar sus condiciones de salida.
Un proceso a escala global
La reestructuración del sector financiero a raíz de la crisis que comenzó en 2010 y tras la desaparición de las cajas de ahorros, ha sido un factor determinante en el cierre de sucursales y en la reducción de plantillas en España.
No obstante, "el proceso de adelgazamiento de las estructuras comerciales es un fenómeno a escala global, impulsado por los cambios en los hábitos de los consumidores y el avance de la digitalización, que las dificultades provocadas por la pandemia han acelerado", según informa a este periódico José Luis Martínez Campuzano, portavoz de la Asociación Española de Banca.
En este sentido, Campuzano considera que esta reestructuración permitirá tener un sector más saneado que pueda hacer frente a las necesidades crediticias derivadas de la pandemia tanto en las familias como en el tejido empresarial.
Un proceso en el que los ajustes han sido siempre "pactados con los sindicatos" e intentando encontrar una salida en las mejores condiciones posibles.