Juan López / ICAL
Alrededor de 470 sociedades de Castilla y León son potencialmente destinatarias del Fondo de Recapitalización de Empresas afectadas por la COVID-19 (Fonrec), que se nutre del paquete de fondos europeos. Con esta importante partida, que alcanza los mil millones de euros para España, se pretende que el segmento de empresas cuyas ventas oscilan entre 15 y 400 millones euros, “esenciales para vertebrar el tejido productivo”, puedan capear el temporal de la pandemia si demuestran que se encuentran en situación precaria pero que son viables a medio y largo plazo, motivo por el que podrían ser merecedoras de este fondo, según informa ICAL.
El presidente de Cofides, José Luis Curbelo, explicó en declaraciones a Ical que se trata de un paquete financiero que se dirige a un segmento de empresas “muy peculiar, particular e importante” en la economía española. “Son empresas medianas que articulan todo el tejido productivo español, donde se han producido la mayor parte de las innovaciones en los últimos años, que se han modernizado, que invirtieron en tecnología y que se internacionalizaron; y cuando llegó la COVID, se encontraron con una tempestad sobrevenida que las puso en riesgo de supervivencia a medio y largo plazo”, argumentó.
El Gobierno ha decidido que sea la Compañía Española de Financiación del Desarrollo (Cofides), que es pública en un 53 por ciento, la que gestione este fondo. Curbelo admite que al igual que en Castilla y León, con 470 empresas potenciales, en España son alrededor de 14.000 dentro del segmento. “No son muchas en cantidad, ya que representan solo el 0,4 por ciento del total”, admitió. Sin embargo, generan el 17 por ciento del empleo directo nacional y representan una parte importante del PIB. De hecho, prosiguió, de ellas “cuelgan las empresas pequeñas, autónomos y profesionales liberales, servicios profesionales, etc., de muy alto valor añadido”.
Igualmente, confió en que “no sean muchas las que tengan que acudir a este fondo” que se ha diseñado en coordinación con la UE, ya que ello “significaría que, mejor o peor, las empresas consiguen capear el temporal”. “No sabemos cuántas lo solicitarán. Hay algunas de Castilla y León que ya nos lo han pedido, pero no son muchas”, apuntó Curbelo, quien vinculó este hecho a que la economía de la Comunidad es “bastante resiliente y se está comportando bien ante esta situación”.
Mil millones, cifra suficiente
La cifra de mil millones, a primera vista importante, “es mucho dinero, pero en España conviven muchas empresas y algunas han salido dañadas de la pandemia. En todo caso, “la realidad es muy dinámica” y recordó que cuando se empezó a diseñar el fondo en el primer semestre de 2021, la pregunta era “si sería suficiente, pero por suerte la recuperación económica está siendo muy sólida”. Permitirá salvar empresas que “de otro modo estarían en mayores dificultades”.
“Podemos decir que el núcleo de empresas al que se dirige se han visto muy afectadas, pero a su vez tienen el potencial de sobrevivir”, subrayó. De hecho, deben cumplir tres principios básicos para poder optar a esta financiación, que en un principio es a ocho años (aunque se puede estudiar cada caso). “Tenían que ser viables en 2019, haberse visto afectadas por la crisis y tener un plan de negocio creíble a largo plazo. Si lo cumplen pueden salir en condiciones de mercado”, vaticinó.
Segmento intermedio
Curbelo justificó que se haya elegido este segmento de empresas para el desarrollo del Fonrec porque de las firmas más grandes se encarga la Sepi (Sociedad Estatal de Participaciones Industriales), que como mínimo abona 25 millones de euros; y las pequeñas y autónomos obtienen recursos a través de la financiación del ICO o los Ertes. “Ha habido muchos recursos disponibles para evitar los efectos de la crisis en este sector”, comentó, para proseguir que para las medianas los créditos del ICO y Ertes “podían ser insuficientes, mientras que no son lo necesariamente grandes para entrar en las líneas de Seppi”.
“Por eso se diseñó el Fonrec, acordado con la UE como último recurso y que va a empresas que, de estar muy debilitadas, no solo podrían cerrar y estar abocadas a la quiebra, sino ser adquiridas por razones espurias por competidores de otros países y no por mejora de la competitividad”, opinó.
Requisitos
El fondo invertirá cantidades que oscilan entre los tres y 25 millones de euros por empresa. En ese marco, si es una pyme el fondo capitalizará entre tres y 15 millones, y entre cuatro y 25 las que no lo son por ser de mayor tamaño. Tienen que haber sido viables con fecha de diciembre de 2019 y haber padecido una caída en ventas superior al 20 por ciento en relación a ese ejercicio. Por último, contar con un modelo de negocio (que será auditado con asesoría externa) “creíble a medio y largo plazo”.
Además, se establece un máximo de ocho años para la financiación, aunque se intentará “agilizar estudiando cada caso”. “Normalmente las empresas superarán su situación de crisis conforme vaya mejorando la economía. Es un impulso para que no desaparezcan”, sostuvo, para añadir que el plazo máximo de financiación es de ocho años, si bien Cofides aspira a que el Estado “desinvierta antes para no afectar a la competencia”.
Además, se trata de una financiación progresiva, por lo que los precios “son crecientes en el tiempo”. De esta manera, conforme la empresa “vaya saliendo de su situación de crisis tendrá más interés en sustituir la financiación pública por la privada para volver a escenarios de competencia frente a los competidores”.