¿De veras hay que eliminar el azúcar de nuestra dieta, como nos recomienda la propia Agencia Española de Seguridad Alimentaria y Nutrición? El vídeo de la campaña, desde luego, arrincona cualquier atisbo de duda.
En ocasiones es difícil determinar por uno mismo si algo es perjudicial o no más allá del mero sentido común. También lo es que las nuevas generaciones han sustituido ese sentido común o capacidad para juzgar razonablemente las cosas del día a día con un nivel alto de acierto, por el nuevo profesor que todo lo sabe: Google.
El pasado 23 de octubre el ministro de Consumo, Alberto Garzón, volvía a generar una nueva polémica con la presentación de una campaña, 'Hijos del Azúcar', que pretende advertir a la industria de que su ministerio va en serio: a partir de 2022 quedará prohibida la publicidad de chocolates, zumos, pasteles y helados dirigida a menores de 16 años.
Se trata de reducir el consumo de azúcar de nuestras dietas y eso sólo se consigue con adultos que han sido enseñados desde pequeños a comer de manera más saludable.
Todo ello, como suele ser habitual, ha provocado el enfado de quienes se llevan las manos a la cabeza por semejante intromisión en la libertad de las familias para educar a sus hijos y alimentarlos como consideren, amén del perjuicio que le va a suponer a parte de una industria que aún intenta salir de la crisis de la pandemia; y que del otro lado resuenen aún los aplausos por la controvertida medida.
El principal problema no es de los más pequeños, pues son sus padres quienes deciden si les compran o no una chuchería o un zumo concentrado, sino de los jóvenes que sí disponen de relativa capacidad de gasto, y acaban entrando en Google para informarse, en vez de acudir a su médico de cabecera. Pero entonces, ¿por qué va dirigida a quienes no tienen poder adquisitivo para comprar esos productos?
Cuando un joven escribe si el azúcar es malo o no en Google, el algoritmo le ofrece resultados igual de atractivos diciendo una cosa y la contraria. ¿En qué quedamos?
España, el quinto país de la UE con mayor obesidad infantil
Otro de los graves problemas es a qué fuente acudir, de ahí que la mejor respuesta esté siempre acudiendo a un profesional médico, cuyo análisis basado en la ciencia, no esconde intereses espurios.
Pero la comodidad e inmediatez de obtener una información a golpe de clic, le gana por goleada al sentido común. Hace tiempo.
España es, según la revista científica International Journal of Envirnomental Research and Public Health, el quinto país con mayor tasa de obesidad infantil de la Unión Europea. Los datos se desprenden de un estudio llevado a cabo por dos periodistas españolas.
Según datos del Ministerio de Sanidad, en España los niños toman el 10,4% de la energía en forma de azúcar. El 54% supera el límite saludable que marca la OMS (10%) siendo del 12% en niños de tres a nueve años. Y según los números de los que informa UNICEF y que ha utilizado el ministro en su argumentario, el 33,8% de los niños españoles padecen obesidad. El informe del que se hace eco es de 2016.
A priori parece que los niños españoles no exceden en gran medida esos niveles recomendables de ingesta de azúcar. Sin embargo, la polémica, está servida. Si es la salud de los niños lo que justifica la controvertida nueva prohibición del ministro, ¿cómo es que no se encarga del asunto el Ministerio de Sanidad?
Enfado del sector
Las reacciones de los sectores afectados por las intenciones del ministro de Consumo no se hicieron esperar. En Castilla y León, el consejero de Agricultura, Ganadería y Desarrollo Rural, Jesús Julio Carnero, tildó al día siguiente la nueva prohibición de Garzón de "supérflua" tras el enfado de la industria, representada en su máximo exponente por la cooperativa de azúcar ACOR.
La asociación PRODULCE, que engloba a las más importantes empresas productoras de dulces de España, reaccionaron emitiendo un comunicado en el que denunciaban que el ministro haya obviado que la industria estaba negociando precisamente con el Gobierno una manera "constructiva, responsable y ambiciosa que recogía el compromiso de reducir la publicidad en un 75%".
"Nos hemos enterado por la prensa de que el ministro ha decidido sin contar con nosotros", aseguran fuentes de PRODULCE a este periódico. "Esta medida es una gota más en el proyecto personal del ministro de demonizar productos alimenticios y confundir a los consumidores", aseguran.
Según datos del Ministerio de Agricultura, Pesca y Alimentación el consumo de productos dulces supone sólo un 2,8% de la ingesta anual total de alimentos en los hogares españoles, siendo uno de los más bajos de la Unión Europea.
"Además, -añaden desde PRODULCE- si el objetivo es conseguir que la mayor parte de la población tenga un estilo de vida saludable, no pueden quedar de lado la educación, la información y el fomento de la actividad física, más siendo España uno de los países con mayor nivel de sedentarismo de la Unión Europea".
Hablan los nutricionistas
En medio de la polémica, la aportación de nutricionistas, dietistas y profesionales de la salud. Pero aquí, tampoco encontramos unanimidad y volvemos a evidenciar que los resultados de los estudios son dispares.
Tras analizar una extensa bibliografía científica, un informe del Departamento de Diencias Farmacéuticas y de la Salud de la Facultad de Farmacia en la Universidad San Pablo CEU de Madrid, concluye que "los azúcares resultan de especial importancia en etapas de la vida que requieren de un aporte muy significativo de glucosa para los continuados procesos de atención y aprendizaje durante la infancia".
Pero no sólo le da la vuelta a la tendencia anti azúcar del momento sino que, además, añade que "el consumo de azúcar es particularmente importante porque permite incrementar y reponer los depósitos de glucógeno, tanto en el músculo como en el hígado".
Algo de lo que disienten desde la Sociedad Española de Endocrinología y Nutrición (SEEN). Según sus datos, la situación de la obesidad infantil en Castilla y León es similar a la de otras poblaciones de nuestro entorno, con un "grave problema de sobrepeso y obesidad que parece incrementarse con la edad hasta los 11 años, para disminuir después en el inicio de la adolescencia".
"La cuestión no es no dar, sino cuánto y cómo", resume Diana Martínez, miembro del Colegio de Dietistas y Nutricionistas de Castilla y León, quien añade que "algo insano lo es siempre, por mucho deporte que hagas luego para combatirlo".
La tendencia, según el estudio Aladino 2019 sobre Alimentación, Actividad Física, Desarrollo Infantil y Obesidad en España, indica que el sobrepeso infantil está decreciendo desde 2011 y se ha estabilizado desde 2015, aunque cuatro de cada diez niños están aún por encima de lo recomendable.
Sin embargo, el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez ha asegurado esta misma semana que se trata de "un problema grave en España".
Un debate que, tal y como indican desde la propia Sociedad Española de Endocrinología y Nutrición, no puede dejar a un lado otros factores que inciden en el sobrepeso, como el sedentarismo, la ingesta de comida rápida, factores ambientales e incluso, sociales.