Los costes de las materias primas, del transporte y, sobre todo, de la energía continúan estrangulando la economía de la industria y, por extensión, poniendo en riesgo la tímida recuperación del consumo.
Según el INE, el Índice de Precios Industriales (IPRI), que recoge el comportamiento de los precios de los productos fabricados por toda la industria (menos la construcción) y vendidos en el mercado interior en la primera etapa de su comercialización, registró en noviembre un incremento del 27,6% en Castilla y León durante el pasado mes de noviembre, con respecto al mismo mes de 2020.
Una tendencia alcista que se ha repetido sin tregua en los últimos doce meses, lo que incide directamente en el consumo de los ciudadanos y en la inflación.
Si el dato es preocupante en esta Comunidad, lo es más aún en la media nacional, donde este indicador registró durante el pasado mes un incremento interanual de un 33%, un punto por encima del que registró en octubre de este mismo año.
Si bien es cierto que en Castilla y León el IPRI subió en noviembre un 1,1% con respecto al mes anterior, siete décimas por debajo del registrado en el resto del país, el dato interanual pone aún más contra las cuerdas una recuperación económica sostenida y sólida para 2022.
De nuevo, los costes de la energía
Con un precio de la electricidad que cada día pulveriza al anterior y que alcanzará en su pico más alto los 360 euros Kw/h, la incertidumbre se traslada a la industria que, no sólo ve encarecer sus procesos de producción sino, además, le impide tomar decisiones a medio y largo plazo dada la escalada sin freno de los precios de la luz.
En Castilla y León la energía se incrementó casi un 109%, muy por encima de cómo se comportaron el resto de precios, como el de los bienes intermedios con un 20,3% o los de consumo con un ligero 3,1%.
Un mes más, el único índice que dio un respiro fue el de los bienes de equipo que registraron en noviembre una corrección del 1,5% con respecto al mismo mes hace un año.