El campo de Castilla y León sigue siendo uno de los principales tractores de la economía no sólo para esta Comunidad, sino para toda España. Sin embargo, el comportamiento de este sector arroja cifras diferentes en algunos indicadores de 2020 con respecto al cierre de 2021.
Si bies es cierto que durante la pandemia demostró una especial fortaleza que le convirtió rápidamente en objetivo refugio de algunos de los más importantes fondos de capital riesgo, también lo es que el elevado coste de las materias primas y de los fertilizantes ha generado en 2021 una caída del 15% en el valor añadido bruto en términos de explotación.
Todo ello por una escalada de los precios en los insumos agrícolas que ha menguado los beneficios por explotación porque, a pesar de que subieron un casi inapreciable 0,1%, lejos está ese incremento del de los costes en abonos (un 300% más caros), en electricidad (un 270% más caros en 2021), o los del gasóleo (un 75% más elevados que durante el año anterior).
El año pasado fue el ejercicio en el que el campo reivindicó su lugar en plena pandemia, con buena parte de la industria parada y teniendo la responsabilidad de continuar adelante para abastecer a la población y un comportamiento ejemplar en prácticamente todos los sectores de la alimentación, exceptuando aquellos que dependían más de las ventas al sector de una hostelería bajo mínimos, como el vino.
Un 2020 que el sector agropecuario cerró con 7.275 millones de euros de valor añadido bruto (VAB) y unas cifras de empleo que rozaron los 145.000 trabajadores, dato que se ha incrementado un 11,2% durante los tres primeros trimestres de 2021, según recoge un informe hecho público por Cajamar.
Esto supone que se trata de un sector estratégico que aporta el 15% de todos los empleos en Castilla y León y que esta Comunidad es la quinta con más peso en el VAB de todo el sector a nivel nacional.
Además, los datos que este informe aporta, con 3.060 empresas pero un 0,4% menos que en 2020, indican que, a pesar de que se genera más empleo, las empresas están trabajando en un mayor dimensionamiento para ganar en competitividad.
Este buen comportamiento tiene su reflejo en las exportaciones que, a pesar de las dificultades arancelarias y tras haber crecido un 4,9% en 2020, se incrementó casi un 18% en los diez primeros meses de este año en Castilla y León hasta llegar a los 2.232 millones de euros.
Granero de España
Castilla y León continúa siendo, un año más, la despensa cerealista de España. Es la comunidad autónoma que más cereales produce con el 34% de todo el país, además de encabezar el número de cabezas de ganado bovino, con casi el 19% del nacional.
En vacuno de leche, Castilla y León cerró 2020 con una cuota que roza el 18%, por detrás de Galicia. Además, otro de los sectores que siguen siendo punteros es el porcino, el segundo que más riqueza aporta al sector agroalimentario de Castilla y León.
El sector se encuentra en estos momentos ante un escenario de incertidumbre que vendrá marcado por cómo se comporten los precios de las materias primas y de la electricidad de cara a 2022, así como a la espera de que el BCE no decida subir los tipos de interés, que supondrían, por su parte, un freno a la inversión de maquinaria al encarecerse los préstamos.
Castilla y León es la octava economía más exportadora del sector agropecuario en España, y la sexta en el superávit comercial más alto, ya que la diferencia entre exportaciones e importaciones alcanza los 1.209 millones de euros.
Por su parte, y según este informe, las microempresas representan casi el 57% de la estructura empresarial de la industria agroalimentaria de Castilla y León. Incluyendo el sector primario, la industria de la transformación y la distribución de alimentos y bebidas, es un 10 % más competitivo que el de España, destacando la industria de la transformación que se posiciona como la tercera más competitiva del país.
Más gasto per cápita e I+D+i
Los castellanos y leoneses generaron un gasto per cápita en alimentación de 1.751 euros, un 2% más que la media española.
Además, y según refleja este informe, el sector agroalimentario de Castilla y León es el quinto con mayor número de agentes dedicados a la innovación e investigación agroalimentaria en España, el 7,1 % del total nacional.
Destaca la universidad como el principal agente innovador con el 42,4 % del total de agentes que llevan a cabo actividades de I+D+i en agroalimentación, seguido de organismos públicos (33,3 %) y centros tecnológicos (24,2 %).
Por otra parte, los ODS de la Agenda 2030 también van haciendo efecto en un sector que ha hecho que Castilla y León sea la octava comunidad autónoma con mayor superficie de agricultura ecológica, tras registrar un crecimiento de casi un 17% en 2020.
En total, dispone de 70.000 hectáreas de cultivo ecológico, lo que representa alrededor del 3% de los 2,4 millones de hectáreas de superficie ecológica existentes en España.