Era el último cartucho de los hosteleros. La celebración de Nochevieja podía haber dado una bocanada del aire a la ahogada hostelería de la Comunidad. Pero disparado aumento de contagios de coronavirus, el brutal avance de la variante ómicron y la escasa acción de la Junta de Castilla y León y el Gobierno de España a la hora de tomar medidas para controlar los nuevos positivos, han acabado por volver a cargar la responsabilidad en bares, restaurantes y hoteles del territorio. En esa ocasión, los hosteleros de la Comunidad casi se han visto en la obligación, por pura responsabilidad colectiva, de cancelar sus eventos y cotillones de cara al 31 de diciembre, para evitar una mayor expasión del virus, pero, encima ahora, sin el amparo de las administraciones públicas.
Así, el escenario se ve negro para buena parte del sector hostelero que, mientras la Junta y el Gobierno Central apelan a la responsabilidad individual de evitar eventos masivos, pero sin regulación exacta que los prohiba o reduzca, tienen que tomar decisiones por cuenta propia por el bien de sus clientes y de la propia ciudadanía. Por ello, en los últimos días, se ha visto como en provincias como Zamora, Valladolid o Burgos, los cotillones y fiestas de Nochevieja han ido anunciando sus supensiones y cancelaciones. Todas bajo el mismo mensaje: "Debido a la situación sanitaria del COVID". Centenares de hosteleros que sí han tomado cartas en el asunto, mientras la Junta y el Gobierno vuelven a debatir las posibles restricciones en un Consejo Interterritorial. Una medida que no solo afecta a los cotillones, sino también a salas de conciertos que apuraban los últimos días del año para organizar actuaciones y que, por lo que pueda ocurrir, han decidido trasladar estos conciertos al mes de enero.
Un sector que ha tenido que aprender 'a golpes' que cada ola del COVID les hundía más que a ningún otro y por lo que se han vuelto precavidos. El presidente de la Asociación de Hosteleros de Valladolid, Jaime Fernández, relata a EL ESPAÑOL Noticias de Castilla y León que las salas de fiestas, hoteles y grandes discotecas que, históricamente, celebraban estos cotillones "se han reducido en un 50%" en comparación con 2019. Y de estos, buena parte están cancelando su organización "para evitar problemas". Y es que, para celebrar un cotillón, los establecimientos de ocio tienen que pedir un permiso específico a la Junta de Castilla y León, para poder cobrar entrada. En concreto, en Valladolid se solían pedir "una media de cuarenta y este año se han solicitado unos 18". Por ello, Jaime Fernández, explica que la fórmula este año para el 31 se centra más en "ofrecer bonos de copas" y ofertas similares y celebrar la Nochevieja "como una noche más". Es decir, un cotillón sin cotillón.
Por otro lado, los restaurantes, cafeterías y hoteles están viendo una "caída total" de las reservas para cenas o alojamientos, según el aumento de contagios va avanzando y se acerca la noche del 31 de diciembre. "Si ya las familias en sus casas están optando por no juntarse, imagínate lo que va a ocurrir en los restaurantes", explica el presidente de los hosteleros vallisoletanos. Un escenario similar a lo que ocurre, por ejemplo, en Zamora, donde varios de sus hoteles más importantes están viendo la cancelación en cascada de estas cenas de Nochevieja. Mientras, el ocio nocturno se muestra dispar, unos manteniendo los cotillones a tres días del fin de año y otros anunciando ya su suspensión para evitar aglomeraciones.
Salamanca, un oasis gracias a Portugal
El presidente de la Asociación de Hosteleros de Salamanca, Álvaro Juanes, relata una situación especial en la ciudad charra. En declaraciones a EL ESPAÑOL Noticias de Castilla y León, el presidente de los hosteleros salmantinos asegura que "quedan todavía días muy importantes para la captación de reservas". El sector charro espera que las peticiones de última hora logren un buen cierre de año en sus negocios, especialmente aupándose en Portugal. El cierre del ocio nocturno en el país vecino "podría repercutir positivamente" en la hostelería salmantina. De hecho, Álvaro Juanes explica que, en uno de sus alojamientos, "estoy casi al 100% gracias a las reservas de Portugal".
Por ello, el presidente de los hosteleros charros quiere mostrarse "optimista" ante la noche del 31 de diciembre porque, en Salamanca, "el grueso" de la previsión de cenas y alojamientos "sigue en marcha". Si bien, también se han visto afectados por las cancelaciones de clientes y, por supuesto, por los establecimientos que han decidido no celebrar cotillones ni fiestas de Nochevieja por falta de clientes, que asustados por la situación han decidido no salir esta última noche del año. Aunque, Álvaro Juanes ha querido dejar claro que, el propio Ministerio de Sanidad indica que "el 15% de los contagios se producen en espacios privados, pero solo el 2% en bares y restaurantes". Por ello, apela a la conciencia de la población y de las administraciones para que "no se dejen llevar por la psicosis".