Cada vez será más complicado circular con un vehículo por el centro de las ciudades de más de 50.000 habitantes, a no ser que sea eléctrico o poco contaminante. Son las llamadas Zonas de Bajas Emisiones (ZBE), que en Castilla y León afectarán a Valladolid, Burgos, Salamanca, León, Palencia, Ponferrada, Zamora, Ávila y Segovia a partir del segundo semestre de 2023.
En apenas un año, más de la mitad de los vehículos de Castilla y León no podrá entrar en esas ZBE. La solución pasará por deshacerse del viejo coche y comprarse uno más ecológico o utilizar siempre el transporte público. ¿Estamos preparados social y económicamente para este cambio?
Las agencias de renting se frotan las manos. La Agenda 2030 y su reflejo español recogido en la Ley 7/2021, de 20 de mayo, de cambio y transición energética, están modificando a la fuerza los modelos de consumo impulsados por la obligación de descarbonizar nuestro modelo productivo. Las ventas de los vehículos nuevos siguen sin recuperar los niveles prepandemia (cerró 2021 con casi seis puntos por debajo) y crece tanto el mercado del renting como el de los vehículos de ocasión, ambos en torno al 8,6% anual en Castilla y León.
Incertidumbre y condicionantes económicos
Todos estos condicionantes "echan el freno al consumidor que ya no sabe si va a poder circular con su coche, si tiene que deshacerse de él y comprarse uno eléctrico o si le compensa aún un híbrido enchufable, qué autonomía le daría ese vehículo para viajar, dónde podría cargarlo, cuánto tardaría en cargarlo y cuánto le va a costar hacerlo", explica José Luis López Valdivieso, delegado de Faconauto (patronal de los concesionarios) en Castilla y León.
Con un parque móvil envejecido que en Castilla y León, al igual que en la media del conjunto del país, ronda los 14 años, desde Faconauto creen que habría que haber establecido "medidas transitorias de renovación del parque móvil para haberlo sustituido hace tiempo por modelos de motores que hoy en día contaminan mucho menos", apunta.
Esta reducción de vehículos tan longevos "habría supuesto un detrimento en las emisiones de CO2 de forma mucho más rápida que a su vez habría permitido ir a un modelo eléctrico con más certezas y con mayor orden", indica. Actualmente, la movilidad supone el 27% del CO2 que se emite a la atmósfera.
"La sociedad no está preparada aún para este cambio que va a afectar a sus ritmos de vida, en los comercios, en las familias, por muy necesaria que sea la descarbonización", afirma Valdivieso.
Si a esta incertidumbre le sumamos la crisis económica, los altos precios de los vehículos eléctricos (de media unos 35.000 euros) que apenas tienen aún un mercado de segunda mano más asequible, unos precios de la luz que alcanzó ayer los 700 euros Kw/h, y los de los combustibles por encima de los dos euros el litro, la decisión de deshacerse del vehículo familiar se presenta inalcanzable para buena parte de las economías particulares y para los autónomos.
"El proceso de descarbonización nos parece a todos muy bien, pero creemos que debería haberse planteado de una manera más racional y con una hoja de ruta marcada por las condiciones económicas, para que afectara lo menos posible al día a día de las personas, y dependiendo de las circunstancias familiares y de actividad profesional de cada cual, además de la actual crisis económica, parece que no va a ser precisamente fácil", indica Valdivieso.
La electrificación se medirá frente a nuevos combustibles
Para Valdivieso, la transición hacia un modelo de movilidad más sostenible se está haciendo "demasiado deprisa, con medidas que impactan negativamente en la industria del automóvil como los peajes, la subida del impuesto de matriculación o las ZBE y sin apenas margen para que la sociedad pueda adaptarse en todos los sentidos".
"Además -recuerda- no hemos tenido en cuenta que la industria de la automoción evoluciona a pasos agigantados, y quizá lo que hoy es el futuro, mañana ya no lo sea tanto", asegura.
De hecho, poco a poco se van desarrollando nuevos motores con otros vectores como el del hidrógeno o los biocarburantes, que "en cuanto terminen de desarrollarse, quién sabe si serán la alternativa a los enchufables para los cuales se va a haber tenido que hacer todo este esfuerzo", indica.
"También los eléctricos comenzaron a desarrollarse hace más de diez años, y en los próximos diez quizá todos estos esfuerzos por la electrificación se queden atrás con las nuevas tecnologías", añade.
En lo que respecta a Castilla y León, Valdivieso cree que "va a ser más difícil implementar este nuevo parque móvil electrificado, porque no es lo mismo hacerlo en una comunidad uniprovincial o más pequeña, que en ésta que es la mayor de toda Europa y de España con más de 94.000 km2, en la que la gente, por trabajo o por cuestiones personales, se tiene que desplazar de una provincia a otra".
El delgado de Faconauto hace hincapié en que, "sin apenas infraestructuras para siquiera repostar el coche eléctrico, ¿cómo vamos a decirle a la gente que ya no podrá usar el suyo?".
En Castilla y León y según la ANFAC (Asociación Nacional de Fabricantes de Automóviles), hay a cierre de 2021 737 puntos de recarga para vehículos eléctricos de los cuales sólo dos son de las denominadas ultrarrápidas, es decir, que permiten la carga de la batería en aproximadamente 20 minutos.
España y según el barómetro de electromovilidad, debería haber alcanzado las 80.000 unidades de vehículos eléctricos en 2021 y se quedó en las 65.000, y las electrolineras no llegaron a las 28.240 previstas para alcanzar la electrificación completa del parque móvil en 2035. Se quedó en 13.411 unidades.
Nuevo anuncio del Ministerio
Precisamente porque a España va a la cola de Europa en infraestructuras que permitan que la sociedad pase a disponer de un vehículo eléctrico, la ministra para la Transición Ecológica y el Reto Demográfico, Teresa Ribera, anunció ayer la aprobación de un real decreto que permita que nuestro país disponga de 100.000 puntos de recarga instalados antes de que finalice el año que viene, si bien no ha detallado cómo se va a conseguir.
"Con las actuales infraestructuras de recarga, es complicado decirle a la gente que tiene que gastarse 40.000 euros en un coche eléctrico sin saber siquiera ni el tiempo que va a tener que destinar en cargarlo. No es tan fácil todo", advierte.
"Se está volcando el futuro en la movilidad eléctrica o en el transporte público, casi demonizando el coche particular. Y si algo ha aportado la aparición del vehículo en la sociedad desde hace 130 años ha sido un nivel de libertad individual y de desarrollo personal enorme", lamenta.
"Además, circunstancias como la pandemia han demostrado que no siempre se puede viajar en un transporte público lleno de gente", recuerda.
"No es nada fácil conseguir las ayudas del Plan Move III"
Quien quiera deshacerse de su coche y dar el salto a la electrificación puede solicitar las ayudas del Plan Moves III que puso en marcha el Gobierno y que se mantienen en 2022 con una partida de 445 millones de euros.
Así, las ayudas son de hasta 5.000 euros en caso de que llevemos nuestro anterior vehículo al desguace y si la autonomía eléctrica del nuevo es inferior a los 90 km, y de 7.000 euros si supera esa cifra.
Si compramos un coche eléctrico o híbrido enchufable pero sin deshacernos de uno anterior diésel o gasolina, las ayudas caen hasta los 4.500 euros para eléctricos y hasta los 2.500 euros si nos decidimos por un híbrido enchufable. El resto de los cerca de 35.000 euros que hay que pagar por un coche ecológico, corre por cuenta del particular.
"Las ayudas están bien y son necesarias para fomentar esta transición a una movilidad menos contaminante, pero ni son fáciles de obtener ni ayudan de forma clara a las familias que se vean obligadas a hacer estos desembolsos porque su coche sea antiguo", señala Valdivieso.
Faconauto sigue con preocupación las consecuencias de la invasión de Putin en Ucrania, dado que hay "muchas plantas y empresas auxiliares que operan en Castilla y León que tienen fábrica allí y que se están viendo afectadas, además del resto de la industria dado que de Rusia se importan materias primas imprescindibles para la fabricación de automóviles".
Precisamente el presidente ruso, Vladimir Putin, anunciaba ayer a última hora la prohibición de exportar productos y materias primas, por lo que todo parece indicar que afectará de manera directa a la industria de la automoción, tanto a la fabricación de coches eléctricos como a toda toda la cadena.
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