La invasión a Ucrania ha hecho saltar todas las alarmas sobre una posible amenaza del corte de suministro por parte de Rusia, que en el caso de España se puede agravar con las diferencias con Argelia por el conflicto del Sáhara. Ante este panorama, los países de la Unión Europea apuestan por dar pasos para lograr la ansiada independencia energética que, irremediablemente, debe mirar a las fuentes renovables. Castilla y León instaló 236 megavatios (MW) de energías renovables en 2021, lo que supone el 7,3 por ciento del total que se puso en marcha el año pasado en el conjunto de España, donde se alcanzaron los 3.229 MW frente a los 3.800 contabilizados en 2020. En concreto, la Comunidad sumó 116 megavatios en energía eólica y 120 en fotovoltaica. Por lo tanto, se reparten casi a partes iguales la nueva potencia instalada aunque difieren mucho del peso de cada una de las energías en el peso del sistema eléctrico.
La Asociación de Empresas de Energías Renovables (APPA Renovables) ha facilitado a la agencia Ical la suma de los nuevos proyectos de las diferentes tecnologías, que permiten comprobar que la potencia eólica en Castilla y León pasó de los 6.268 megavatios en 2020 a los 6.384 megavatios con los que cerró el año pasado. A lo largo de 2021, se instalaron en España un total de 584 MW de energía eólica, de los que 116 correspondieron a Castilla y León. Es decir, uno de cada cuatro nuevos megavatios que se conectaron a la red en el país fue de parques radicados en la Comunidad. De esta manera, Castilla y León continúa como líder nacional en la potencia instalada de energía eólica, hasta el punto que los aerogeneradores que se encuentran en los diferentes parques que salpican la geografía autonómica suponen el 22,7 por ciento de España.
En cuanto a la solar fotovoltaica, la actual potencia eléctrica instalada en Castilla y León ronda el millar de megavatios. En concreto, son 972 MW frente a los 852 registrados a finales de 2020. El porcentaje de la Comunidad en el conjunto nacional es muy inferior al peso de la energía eólica, ya que los 120 megavatios instalados en 2021 solos suponen el 4,5 por ciento del total nacional. En la actualidad, Castilla y León está aún lejos para tener un papel relevante en la energía generada por el sol a través de los paneles. Solo aporta 972 MW al sistema eléctrico español de un conjunto de 14.356 megavatios, un 6,7 por ciento.
Los datos de APPA Renovable se completan con las otras tecnologías renovables, que suman 101 MW y, sobre todo, la potencia hidráulica instalada en Castilla y León, que se mantiene en 4.398 megavatios. Aquí, de nuevo, la Comunidad se posiciona en una muy buena posición ya que acapara el 25 por ciento de la potencia instalada en la energía hídrica, gracias a la corriente del agua y los saltos de agua.
A estos datos, hay que sumar los 1.151 MW instalados de autoconsumo en España, de los que 21 correspondieron a Castilla y León, según la Junta. En total, la Comunidad cuenta con 47 megavatios en esta modalidad. APPA Renovables considera que es una tecnología al alza, por lo que la potencia acumulada de autoconsumo superará los 3.000 MW en la primera mitad de 2022. Eso sí, reconoció que solo representa una cuarta parte de los más de 54.000 MW que necesita el país. “El autoconsumo debe convivir con eólica, biomasa y solar en el suelo, entre otras. Quienes buscan plantear un debate sobre el desarrollo renovable diciendo que debe limitarse a los tejados no son conscientes de las necesidades energéticas ni del funcionamiento real de nuestro sistema”, aseveró la asociación.
El director general de la Asociación de Empresas de Energías Renovables, José María González Moya, aseguró que Castilla y León no debe temer perder el liderazgo en el sector por su experiencia previa, superficie y recursos pero precisó que es necesario continuar con su compromiso para "no quedarse atrás”. Y es que reconoció que algunas comunidades como Andalucía, Extremadura y Aragón han acelerado su apuesta por las energías renovables al comprobar la competitividad alcanzada por estas tecnologías. “Las renovables ya eran competitivas en un entorno de precios moderados y en este momento, con precios altos, con mucho más sentido”, sentenció.
Facilidades para la tramitación
Además, se refirió a que las compañías que operan en el sector lo hacen a nivel nacional, e incluso internacional, y llevan a cabo inversiones en los lugares donde hay más facilidades para la tramitación y más puntos de evacuación. En este sentido, González Moya criticó las políticas de “arranque y parada” en el conjunto de España, impulsando “mucho” –en primer lugar- las energías renovables para posteriormente dejarlas caer, que supuso un paro del sector y luego, se volvieron a acelerar al comprobar que el país no iba a llegar a los objetivos de 2020. “Ahora, estamos en una etapa de ralentización y es algo que debemos evitar. Hay que trabajar para que, a nivel nacional y autonómico, haya un desarrollo homogéneo y constante para dar estabilidad a los empleos y para evitar cuellos de botella”, expuso. No en vano, recordó que los proyectos renovables deben cumplir una serie de procesos que son necesarios para garantizar la sostenibilidad y la idoneidad de las instalaciones.
El informe de Red Eléctrica Española (REE) sobre la potencia instalada en el sistema eléctrico nacional completa esta información con la desconexión en 2021 de 1.969 megavatios de centrales térmicas de carbón. Por lo tanto, los más de 3.200 MW de nuevas energías renovables coinciden con otro empujón al proceso de descarbonización, aunque aún cuenta con una potencia de 3.764 megavatios. En este apartado, Castilla y León no protagonizó el año pasado el cierre de ninguna central, después del cese de actividad de las instalaciones de Compostilla II en Cubillos del Sil y La Robla, ambas en León, y la de Velilla del Río Carrión, en Palencia, en 2020.
El director general de la Asociación de Empresas de Energías Renovables reconoció que los 3.200 MW instalados en 2021 son muy inferiores a los 5.400 que requiere España para cumplir con los objetivos marcados por el Plan Nacional de Energía y Clima (Pniec) 2021-2030, que fue remitido a la Comisión Europea. “Las cifras son claras porque para instalar 54 gigavatios de potencia renovable en la próxima década, hay que apostar por más de 5.400 MW todos los años”, aseguró.
Inversiones en la España Vaciada
Además, significó que las energías renovables son una solución para la llamada España Vaciada al atraer inversiones, retener población y elevar los ingresos fiscales de los pueblos. Declaró a Ical que la consultora Metys publicó en enero un informe que concluía que los ayuntamientos con fotovoltaica y eólica habían perdido menos de la mitad de habitantes que los municipios sin renovables. Y la ventaja aumenta en el caso de tecnologías con una mayor generación de empleo como la biomasa.
La hoja de ruta del Gobierno de la Nación para garantizar el cumplimiento de los objetivos de neutralidad climática persigue una reducción de un 23 por ciento de emisiones de gases de efecto invernadero respecto a 1990. Este objetivo de reducción implica eliminar una de cada tres toneladas de gases de efecto invernadero que se emiten actualmente.
Eso se traduce en un protagonismo aún mayor de la energía eólica. Pese a ser ya la primera fuente de generación eléctrica, deberá aumentar su peso en el mix energético nacional en el horizonte de 2030, lo que supondrá pasar del 23 al 35 por ciento y se traduce en duplicar la potencia eólica actual. González Moya concluyó que la independencia energética se ha vuelto “clave” en el país, por lo que hay que potenciar las únicas energías autóctonas que tiene España que son las renovables.