La crisis económica surgida tras la irrupción del coronavirus continúa haciendo estragos, dos años después, en todas las economías de mercado, también en la de Castilla y León.
Así, el tejido productivo de la Comunidad ha registrado un deterioro de su riesgo de crédito durante la pandemia. El 18% de las empresas de la región presenta un elevado riesgo de impago, lo que supone un aumento de seis puntos frente al 12% que registraba este indicador antes de la pandemia, según un informe de Insight View.
Valladolid concentra al 22% de las empresas de la región y el 39% de su facturación, seguida de Burgos (19% de las empresas, 17% de la facturación), León (18% de las empresas, 12% de la facturación) y Salamanca (13% de las empresas, 10% de la facturación).
El 21% de las empresas de Castilla y León se concentra en el sector del comercio, que representa el 31% de la actividad económica. Los sectores vinculados a la construcción y el inmobiliario tienen también un peso importante en el tejido (21% de las empresas), pero su incidencia en la economía es sensiblemente más reducida (6% de la facturación).
El sector industrial, aunque apenas supone el 9% de las empresas de la Comunidad, tiene un peso muy relevante con casi el 50% de la cifra de negocio. Por su parte, el sector primario (5% de las empresas, 4% de la facturación), presenta un mayor peso que en otras Comunidades Autónomas.
La distribución por tamaños empresariales muestra una fuerte dispersión. El 78% del tejido está compuesto por microempresas que, sin embargo, apenas generan el 10% de la facturación total.
En el otro extremo, la gran empresa, que representa el 1% del total, produce el 48% de las ventas de un tejido productivo que muestra una cierta madurez. El 18% de las empresas, que acaparan el 57% de la facturación, tiene más de 25 años. El 37% de las empresas, que representan el 10% de las ventas empresariales, ha sido creado en los últimos diez años.