El presidente de Iberdrola, Ignacio Sánchez Galán, defendió este martes en el Foro de Davos que hay que actuar con “urgencia” y contar con un “marco estable” para las energías renovables.
En su intervención en este foro económico que se celebra en Suiza, Galán incidió en que hay que acelerar la transición energética con urgencia, porque “las medidas que ralenticen la transición a las energías limpias tendrán costes muy importantes”. A su juicio, en países como España podrían equivaler a casi el ocho por ciento del PIB.
Galán explicó también que la respuesta a esta situación energética es la transición hacia una economía electrificada con energías verdes, lo que significa un desarrollo masivo de las energías renovables, una mayor inversión en redes inteligentes, un incremento del almacenamiento y una aceleración del desarrollo del hidrógeno verde en los usos energéticos difíciles de electrificar.
“La transición no solo reducirá la dependencia exterior a los combustibles fósiles y los costes energéticos, sino que contribuirá a mejorar la seguridad energética, ya que las fuentes serán locales e infinitas, tendrá beneficios ambientales y contribuirá al desarrollo industrial y del empleo”, remarcó.
Asimismo, destacó que la transición es inevitable, pero “aún no lo suficientemente rápida". "Hay que acelerar el cambio" y "requiere de una sólida voluntad política”.
El presidente de Iberdrola señaló también que las inversiones en energías limpias tienen largos periodos de amortización y los inversores necesitan señales sólidas para dirigir su capital a los entornos más favorables.
“Tenemos tecnología, el apoyo de la sociedad y, como empresas, estamos dispuestas a desempeñar nuestro papel, invirtiendo y comprometiendo todos nuestros recursos humanos y tecnológicos, pero necesitamos claridad, Estado de derecho y una regulación atractiva”, agregó.
Procedimientos administrativos más sencillos
Igualmente, Galán subrayó que se necesitan procedimientos administrativos más sencillos para los proyectos de energías limpias, considerándolo proyectos de interés público.
Por último, declaró que la trayectoria de Iberdrola durante los últimos 20 años avala que el compromiso con la lucha contra el cambio climático no solo beneficia al medio ambiente sino también a los accionistas y a la sociedad en general.
En este sentido, la compañía resalta que en los últimos 20 años ha multiplicado por seis el tamaño, convirtiéndose en la primera empresa de la Bolsa española, con una capitalización cercana a los 70.000 millones de euros, la mayor compañía eléctrica de Europa y una de las cuatro mayores del mundo.
Como resultado de este crecimiento, Iberdrola mantiene 400.000 puestos de trabajo de los proveedores en todo el mundo, tiene 40.000 empleados y aporta más de 30.000 millones de euros a PIB de los países.