La obra pública pone a punto sus estructuras para afrontar un 2023 cargado de nuevo de inversiones en Castilla y León. Las administraciones prevén regar con millones a las infraestructuras y proyectos pendientes ante un ejercicio marcado por las elecciones y la llegada de los fondos europeos. Todo ello eleva la previsión de licitación hasta los 1.600 millones de euros, una cifra que no se veía en la Comunidad desde hace años.
El sector estima que el próximo año irá “bien” y las constructoras podrán afianzar su creciente volumen de trabajo, tras el parón que supone 2020 por la irrupción de la pandemia del COVID-19, según explicó a Ical el presidente de la Cámara de Contratistas de Castilla y León, Enrique Pascual, quien insistió en que los fondos Next Generation de momento no han dejado grandes partidas, por lo que la previsión podría elevarse más.
Las empresas esperan el ‘maná’ de los 140.000 millones concedidos por Europa a España para superar la crisis sanitaria entre fondos finalistas y préstamos, si bien hasta el momento el porcentaje captado desde la Comunidad es “bajísimo”. Por ello, los contratistas instan a las administraciones a dotarse de las estructuras necesarias para agilizar la gestión de esos recursos y que se traduzcan en inversiones.
En cualquier caso, el servicio de estudios de la Cámara de Contratistas estima que la inversión en obra pública volverá a crecer en 2023 hasta situarse en el intervalo de 1.550 o 1.600 millones, tras analizar los presupuestos del Estado, la Comunidad y las entidades locales. Con esta estimación las empresas planifican su actividad el próximo ejercicio, así como sus contrataciones para adaptar la plantilla al ‘tajo’ disponible y las apuestas por unos proyectos u otros.
Estas cifras se quedan lejos del “techo mínimo” de 2.500 millones que reclaman de forma histórica los contratistas de Castilla y León para un territorio de 95.000 kilómetros cuadrados y con una población de casi 2,3 millones de habitantes. No obstante, desde el ‘espejismo’ de 2009, cuando la Comunidad alcanzó la cifra histórica de 4.568 millones.
Desde entonces las inversiones sufrieron un recorte hasta situarse en el entorno de los 1.091 millones, de media, entre 2010 y 2016, y no fue hasta 2019 cuando se rebasó la barrera de los 1.000 millones, con 1.119 millones. En 2021, la licitación de obra pública se disparó un 53 por ciento en Castilla y León y alcanzó los 1.376 millones de euros, frente a los 899 de 2020, el ejercicio más duro del COVID, cuando se llegaron a suspender los plazos administrativos y se detuvo la contratación.
“Buen” 2022
Los contratistas de Castilla y León destacan que 2022 ha sido un “buen” año, puesto que según el primer cálculo de la Cámara, la licitación se cerrará en los 1.500 millones, lo que supondría un ocho por ciento más. Enrique Pascual aseguró que se trata de una previsión “prudente” e insistió en que las administraciones han cumplido con las expectativas que se habían puesto para este año.
“Estamos en cifras precovid”, insistió Enrique Pascual, quien añadió: “Las cosas han ido tremendamente bien”. Destacó que la Administración Central ha reducido su aportación a la licitación de obras, tras un 2021 muy positivo, a diferencia de la Junta, que remarcó este 2022 ha incrementado la inversión, mientras la estabilidad marca la gestión que hacen las entidades locales. Todo ello, remarcó, se traduce en empleos y dinamismo económico en la Comunidad.