La Asociación Nacional de Industrias de la Carne de España (Anice) y Cajamar han presentado hoy los resultados del Barómetro de la Industria Cárnica Española, que recoge el balance del segundo semestre del año 2022, así como las tendencias del primero de 2023.
Solo en Castilla y León, el sector cárnico genera más de 11.000 puestos de trabajo y factura 2.700 millones de euros en su más de 800 industrias. El volumen de producción cárnica de la CCAA supone más del 12% del total del país y es el motor del sector agroalimentario de Castilla y León.
El primer aspecto que refleja esta nueva encuesta sectorial, cuyo objetivo es realizar un completo análisis de la situación actual del tejido empresarial de la industria cárnica desde la perspectiva de los propios empresarios, es la contracción del Índice del Sentimiento de la Industria Cárnica Española (ISICE). Esto se debe principalmente al incremento de los costes de aprovisionamiento para las empresas (costes energéticos, materias primas, laborales), así como la imposibilidad de repercutir la mayor parte de los costes al precio final y la bajada del consumo en los hogares.
Las perspectivas según los empresarios tampoco parecen mejorar y la encuesta arroja un ISICE situado en 8,02 puntos, el tercer valor más bajo de toda la serie desde que se iniciara el barómetro 2018, y una caída relevante con respecto a finales de 2021 y comienzos del 2022, lo que revela previsiones negativas para el sector en los próximos meses.
Más de la mitad de las empresas encuestadas han aumentado la cifra de negocio, debido a la inflación que ha afectado en su conjunto a la economía del país.
Un porcentaje que difiere en función de la facturación de cada empresa. De forma que el 67 % de aquellas que registran más de 50 millones de euros han visto crecer su facturación, frente a un 42 % de las empresas más pequeñas.
Como previsión el próximo semestre, el 90 % de las empresas tienen una visión positiva y esperan que la facturación se mantenga o incluso aumente, una tendencia que sugiere un incremento de los ingresos, debido más a la subida precios que a un aumento significativo en las ventas.
Nuevamente, es posible apreciar diferencias según el tamaño de la empresa. Específicamente, el 61 % de aquellas cuya facturación es mayor a 50 millones de euros, consideran que la facturación crecerá en el primer semestre de 2023, frente a las empresas de menor dimensión.
Más del 53 % de las empresas encuestadas mantienen sus exportaciones
En un contexto de disminución en el volumen de las exportaciones pero de aumento de valor, más de la mitad de las empresas señalan la estabilización de las exportaciones. Solo un 27 % afirman haber aumentado la facturación en mercados exteriores. Unos valores lejos del 50 % que se veía en anteriores barómetros, cuando las exportaciones experimentaban un crecimiento de dos dígitos.
Es en Europa donde la apertura de nuevo mercado encuentra más oportunidades de crecimiento.
Los resultados son mejores en productos de alta calidad tales como los ibéricos, de forma que el 80 % de las empresas esperan un mantenimiento de sus ventas al exterior. Entre ellas, las empresas dedicadas a la producción de jamones han reportado el mayor número de respuestas indicando un crecimiento, con un 38 %, seguidas muy de cerca por las carnes frescas, con un 33 %.
Asimismo, la apuesta por un empleo estable y de calidad contribuye a frenar la despoblación, con un sector en el que el número de trabajadores se mantiene estable en al menos la mitad de las empresas desde 2022.
Y a pesar de que el índice de sentimiento de la industria cárnica muestra una perspectiva de contracción para el próximo semestre, un 66,1 % de las empresas no considera necesario realizar ajustes en sus plantillas.
Es importante destacar que la mayoría de las instalaciones industriales se encuentran en zonas rurales, lo que contribuye significativamente a la generación de empleo y ayuda a frenar el proceso de despoblamiento que estos municipios están experimentando.
La partida de aprovisionamiento es el gasto principal en la industria cárnica
En comparación con los seis meses anteriores se han registrado incrementos significativos en los precios de compra de la carne de porcino (22,8 %), bovino (9,2 %), pollo (14,1 %) y ovino (7,2 %).
En cuanto a las perspectivas para el próximo semestre, más del 40 % de los encuestados considera que el precio de la carne tiene aún margen para seguir aumentando. Por otro lado, un 41,4 % de los encuestados cree que los precios de las materias primas ya han alcanzado su punto máximo y el 10,3 % espera que se reduzcan, algo que ya se ha observado en la carne de pollo, cuyo precio ha bajado en los primeros meses de 2023.
Los factores que más limitan a las empresas son los costes reglamentarios, así como el aumento de costes de aprovisionamiento y la debilidad en la demanda. El incremento en los precios de los productos alimentarios ha llevado a una reducción en el consumo de los hogares, con una contracción interanual del 7,3 % en los últimos meses hasta noviembre de 2022.
Debido a esta circunstancia, el 90 % de las empresas no ha podido repercutir el incremento de sus costes a sus productos.