La inflación vuelve a dar un baño de realidad a los castellanos y leoneses y al resto de españoles a pesar de las duras medidas aplicadas por Bruselas para reducir una inflación que castiga los bolsillos de los contribuyentes desde hace dos años.
A pesar de las constantes subidas de los tipos de interés, los precios volvieron a escalar el pasado mes de septiembre un 3,2% en la Comunidad, mientras que en el resto del conjunto de España lo hacía tres décimas por encima (3,5%). Es la tercera subida consecutiva desde el pasado mes de julio.
El precio de la cesta de la compra sigue siendo el principal responsable de este incremento dado que el precio de los alimentos subió 2 décimas más que en agosto hasta situarse en el 10,5%. No en vano, durante los últimos meses ha sido notable el aumento en el precio de productos básicos como el aceite de oliva, que ha experimentado un incremento del 67%, del azúcar en un 40% o de las patatas que se han encarecido un 20,5%.
Datos que arrastran al consumo y que golpea desde hace meses al sector del ladrillo que ha experimentado una caída interanual del 10,5% en la firma de compraventas de viviendas y del 26% en la concesión de préstamos hipotecarios, y todo ello a pesar de que los precios de la vivienda subieron en agosto de media un 5,6% en la Comunidad.
En lo que va de ejercicio, el IPC ha subido un 3% en España y tres décimas menos en Castilla y León. Todo ello con datos que no tienen en cuenta el actual escenario bélico entre Israel y Gaza tras el ataque terrorista de Hamas perpetrado el pasado 7 de octubre. El inicio de una nueva guerra en Oriente Próximo también tuvo su efecto en los mercados, con un alza en el precio del gas que afectará al de la electricidad, y una subida inmediata del precio del petróleo.
La escalada del IPC de septiembre se ha producido en casi todas las comunidades autónomas de España en términos relativos. En Castilla y León ha sido del 0,1% (es decir, con respecto al mes de agosto), pero aumentó un 0,5% en Madrid, un 0,4% en Extremadura y un 0,3% en Canarias, Castilla La-Mancha y Andalucía.
La única región en la que la inflación dio un respiro cerrando en negativo ha sido el Principado de Asturias donde retrocedió un 0,3%.
Los precios subieron en Castilla y León en todos los sectores excepto en el de cultura y ocio donde experimentó una caída del 3,5%.
En este escenario, el FMI ya ha rebajado las previsiones de crecimiento económico para España hasta el 1,7% para el próximo año, mientras que el Colegio de Economistas de Castilla y León estima que la economía de la Comunidad estará protagonizada en 2024 por la inestabilidad y la desaceleración, debido sobre todo a esa pérdida de poder adquisitivo de los ciudadanos, la caída del consumo y las políticas de subida de tipos del BCE para frenar la inflación.
Una subida de tipos que ha obligado a los castellanos y leoneses a retirar parte de sus ahorros del banco para poder hacer frente a esta subida del coste de la vida.
De hecho, y a pesar de que la economía de Castilla y León se ha mantenido especialmente fuerte en 2023, con un crecimiento del 4,5% de media en el primer trimestre mientras la media nacional lo hacía en un tímido 0,7%, el Observatorio de Economía del Colegio de Economistas de Castilla y León pronostica que la economía de la Comunidad entre en recesión en 2024.
Según datos de Eurostat, el 26% de la población española se encuentra en riesgo de pobreza mientras que la media europea se sitúa cinco puntos por debajo.