La red estima que cerrará el año con un avance del 2,7%, la cuarta autonomía más dinámica en España
ICAL
Un informe de Hispalink estima que la economía de Castilla y León cerrará 2023 con un crecimiento del 2,7 por ciento, tres décimas por encima de la media para el conjunto de las autonomías. El próximo año vaticina una desaceleración de la Comunidad, pero todavía avanzará a un ritmo del dos por ciento, esta vez, una décima por debajo de España. El informe de diciembre de esta red de Modelización Regional Integrada, recogido por Ical, apunta a que en 2025, el dinamismo será mayor, con una estimación para Castilla y León del 2,2 por ciento, frente al 2,6 por ciento de la media nacional.
Castilla y León se situaría este año como la cuarta autonomía con mejor dato, solo por detrás de Canarias (3,9 por ciento); Baleares (3,2 por ciento) y Castilla-La Mancha (2,8 por ciento). En 2024, la previsión (dos por ciento) se situaría la quinta por la cola, en niveles de Cantabria, Castilla-La Mancha y Extremadura, y solo por delante de Navarra (1,9 por ciento); La rioja (1,8 por ciento) y País Vasco (1,6 por ciento). En cuanto a 2025, sólo superaría a País Vasco y Baleares (dos por ciento) y Castilla-La Mancha 8dos por ciento), con el mismo porcentaje que Aragón y Asturias (2,2 por ciento).
La evolución prevista para el empleo anual indica que su comportamiento va a ser menos dinámico que el de la actividad productiva. El número de ocupados-EPA presentaría en media de 2023 una cifra similar a la de 2022 (-0,02 por ciento en tasa media). Por su lado, la previsión en el número de puestos de trabajo equivalentes a tiempo completo se incrementaría en media anual en un uno por ciento, si bien este aumento se debería a la disminución media en el número de horas trabajadas por los ocupados a tiempo completo.
El documento advierte de que las perspectivas para 2024 y 2025 poseen el carácter de “anticipación”, en un ambiente marcado por la “desaceleración” en los ámbitos nacional y europeo, con “altos precios del crédito y de los bienes de consumo”, y una “exigencia de ajustes fiscales”.
En concreto, la estimación del dos por ciento para 2024, se basa en una previsión de crecimiento agrario no muy elevada, y donde todas las ramas no agrarias de actividad perderían aproximadamente un punto de crecimiento anual. De modo tentativo, si bien “sujeto a múltiples incertidumbres y dudosas expectativas”, el 2,2 por ciento para 2025, estaría protagonizado por la industria regional, mientras que la construcción superaría ligeramente un punto de crecimiento, con una pérdida de ritmo notable desde las tasas estimadas para 2023.
Análisis sectorial
El VAB agrario presentaría una nueva contracción anual en 2023 (-5,8 por ciento) tercer año de ritmos negativos en Castilla y León, en un nuevo periodo marcado por el “pésimo comportamiento climático y el incremento de los precios en los inputs agrarios”.
Después de tres años consecutivos con disminuciones en el valor añadido agrario regional, Hispalink espera que en 2024 el comportamiento del sector sea positivo y, en este sentido, avanza una previsión de crecimiento del 2,5 por ciento, que podría alcanzar el 4,1 por ciento en 2025.
El estudio explica también que la aceleración prevista para este ejercicio, del orden de una décima respecto a 2022, responde al dinamismo de la economía no agraria, que se situarían en un 3,2 por ciento. En este sentido, afirma que el VAB sería superior al del 2019 y el no agrario lo superaría en unas décimas.
La industria regional registraría este año un “intenso crecimiento” del 3,4 por ciento, focalizado especialmente en bienes de equipo y de consumo, si bien “no consigue recuperar los niveles anteriores a la pandemia”, incide el documento. De hecho, afirma que el VAB industrial sería en 2023 un seis por ciento inferior al de 2019. En relación a las manufacturas, cuyo incremento para el año actual sería de un 3,8 por ciento, el deterioro sería del 7,5 por ciento en relación al 2019.
Hispalink prevé que la industria regional mantenga un crecimiento del 2,3 por ciento para 2024, y pese a la incertidumbre, para 2025 mantiene una predicción inicial de crecimiento del sector industrial de un 3,1 por ciento.
Las estimaciones para la construcción regional apuntan a un “notable incremento” del 5,1 por ciento en 2023, que tiene que ver, tanto con la obra residencial como con la no residencial. Pese al buen comportamiento sectorial que auguran los indicadores en 2023, las perspectivas para próximos años no son tan halagüeñas. En este sentido, Hispalink apunta a los riesgos de desaceleración constructora están cada vez más presentes y acumulados en mayor medida, provenientes especialmente de los tipos de interés, la contención de rentas, el escenario geopolítico mundial y europeo y la regulación fiscal en el ámbito de la UE. “Parece previsible entonces un escenario de suave desaceleración, con crecimientos del 3,9 y del 1,2 por ciento para los años 2024 y 2025”, aclara.
Por último, el sector servicios muestra un comportamiento “desacelerado”, con una pérdida de ritmo de casi dos puntos porcentuales desde 2022, de manera que el incremento anual se situaría en el 2,9 por ciento, tasa similar a la nacional prevista. Las perspectivas de crecimiento para 2024 son de un mayor freno en el ritmo, hasta un 1,7 por ciento, mientras que para 2025 aceleraría una décima, hasta el 1,8 por ciento.