Un informe estadístico constata que en Castilla y León había 12.067 vacantes laborales sin cubrir en el tercer trimestre del año, el segundo mayor registro histórico de la Comunidad, que alcanzó su cifra récord en el mismo periodo del año pasado, con 12.750. España, con el mismo problema de mano de obra, alcanzó su récord de puestos sin cubrir en el tercer trimestre de este año, con 155.797.
Así, sólo se superaron los 12.000 puestos sin cubrir en el mercado laboral en Castilla y León en tres ocasiones, en el tercer trimestre de este año (últimos datos disponibles” y del pasado, y en el cuarto de 2022, cuando hubo 12.015. En el resto de ejercicios analizados, con datos del Instituto Nacional de Estadística (INE) desde 2013, no se superó, en ningún trimestre, los 10.000 puestos laborales vacantes.
Responsables de CEOE en Castilla y León remarcaron a Ical, que es “una realidad” que la falta de trabajadores para cubrir determinados puestos, las llamadas vacantes, “son un grave problema del mercado laboral”.
La patronal incidió en que en este “desacople” entre la oferta y la demanda de empleo subyacen diversas causas, desde el “problema de la despoblación, el incremento de las jubilaciones sin relevo generacional, la situación de las propias vacantes laborales que denotan una ausencia de diversos perfiles profesionales, cambios culturales y sociales, etc”.
En este sentido, comentaron las mismas fuentes que son varias las consecuencias que surgen de esta “debilidad del mercado laboral”, que “lastra tanto la producción como la productividad, dificulta la plena utilización de los bienes de equipo, reduce las posibilidades de relevo generacional en las empresas familiares, provoca otro obstáculo para el crecimiento de las pymes e, incluso, produce cierres de empresas, pérdida de proyectos y una diáspora del tejido productivo de las zonas despobladas hacia las más dinámicas, sin que ello evite que también se produzcan vacantes en las provincias con mayor actividad económica”.
Los principales problemas que se encuentran en el origen de la dificultad de contratación son la “falta de formación” de los candidatos a ocupar los puestos de trabajo, o las dificultades derivadas fundamentalmente de la “homologación de titulaciones para el ejercicio de la profesión”, (canje de permiso de conducir y obtención de CAP, entre otras) cuando se habla de la contratación de extranjeros.
“La consecuencia directa de la falta de empleador es el freno de la producción. La situación es más acusada en las empresas medianas, ya que lastra procesos de expansión y de crecimiento”, resumieron.
Los sectores más afectados
Desde CEOE en la Comunidad apuntaron a que son diversos los sectores de actividad especialmente demandantes de trabajadores en Castilla y León, según les trasladan día a día los empresarios de la organización. En concreto apuntaron al transporte de viajeros y mercancías; a la hostelería, sin cocineros, camareros y ayudantes; y a la construcción, con carencias de personal técnico, encargados, supervisores, operadores de maquinaria, instaladores, albañiles, electricistas, fontaneros, soldadores, alicatadores y conductores.
Asimismo, el sector industrial tiene problemas en las cárnicas, de matarifes y peones; y en general de técnicos de mantenimiento y especializados; y en agricultura y ganadería faltan tractoristas, encargados de explotaciones y peones, y pastores, esquiladores y peones.
Otros sectores afectados por la falta de mano de obra son la atención sanitaria (personal para la atención de dependientes); talleres (mecánicos, chapistas y carroceros); madera (conductores, aserradores y carpinteros) y cerrajería y carpintería metálica (cerrajeros y carpinteros).
En la inmensa mayoría de las ocasiones se ofertan trabajos estables, excepto los trabajos propios de temporada como los que se dan, fundamentalmente, en el sector agrario.
Los dirigentes patronales destacaron a Ical la “especial dificultad para encontrar perfiles STEM (sigla en inglés de ciencia, tecnología, ingeniería y matemáticas) o muy técnicos; en un contexto de cambio en muchos sectores antes más intensivos en mano de obra no cualificada, como la construcción, pero que cada vez más precisan trabajadores formados en tecnologías”.
Medidas
En este contexto, CEOE planteó la necesidad de impulsar programas formativos específicos con los contenidos necesarios para el desarrollo de cada puesto de trabajo; contenidos adaptados a las nuevas necesidades de la empresa, a los nuevos procedimientos de trabajo y a las demandas de los consumidores, en un mercado “muy cambiante”. “En definitiva, cualificación y profesionalidad”.
Asimismo, los empresarios apostaron por soluciones específicas para “agilizar y facilitar” este procedimiento de formación. “Sería necesario encontrar alguna solución para que esta formación se pudiera hacer en origen o agilizar más los trámites para que, tratándose de trabajadores extranjeros, vinieran ya con habilitación o que tardaran menos en obtenerla”.
A nivel de gestión, reclamaron abrir más puntos de asesoramiento para ayudar a los trabajadores/ empresarios a realizar las correspondientes gestiones para obtener las autorizaciones correspondientes para facilitar la contratación.
Por último, apelaron a potenciar la Formación profesional dual, porque es “clave” tanto en el supuesto de trabajadores del país como extranjeros. “Efectivamente, una parte importante de los trabajos u oficios que hemos descrito requieren, para su correcto desarrollo, no únicamente una formación teórica sino práctica que en muchas ocasiones resulta del fruto de la experiencia en el trabajo a lo largo de toda una vida laboral”, sentenciaron.