El absentismo laboral provoca en Castilla y León la pérdida 5,4 por ciento de las jornadas laborales respecto a las potenciales en el caso de las incapacidades gestionadas por la Seguridad Social y del cinco por ciento por la mutuas. Esos porcentajes aumentaron 1,5 y 1,3 puntos en comparación a los de antes de la pandemia, en 2019. En España se sitúan en el 5,9 y 5,2 por ciento de las jornadas, respectivamente, con aumentos del 1,7 y 1,2 por ciento.
El índice de incidencia anual de la incapacidad temporal laboral se situó en 2023 en Castilla y León en las 317 bajas por cada 1.000 trabajadores por parte de la Seguridad Social; y en 308 por parte de las mutuas, con crecimientos del 50 y 17 por ciento, respectivamente, en comparación a las cifras de 2019.
Así aparece recogido en el segundo informe de Umivale Activa y el Ivie sobre los determinantes del absentismo, que refleja que Castilla y León es la quinta autonomía con menores índices. La Comunidad se sitúa muy por debajo de la media nacional, con 414 bajas por cada 1.000 empleados, desde la Seguridad Social, y 466 desde las mutuas, con aumentos desde antes de la pandemia del 41 y 18 por ciento, respectivamente.
El estudio precisa también que la duración media por días de los procesos con alta médica se sitúa en la Comunidad en 2023, en los 50,6 días en el caso de la Seguridad Social, y de 43,2 en las mutuas, que suponen descensos en relación a 2019 del 15,4 y 5,6 por ciento, respectivamente. Castilla y León es la cuarta autonomía con procesos de baja más largos, bastante por encima de la media nacional, con 38,2 días para las bajas de la Seguridad Social y de 31,9 de las mutuas, que también mermaron un 8,9 y 5,2 por ciento respecto a 2019.
En el análisis autonómico, centrado en las contingencias comunes, se observan diferencias tanto en la incidencia, como en la duración media y en el total de bajas laborales. Por lo que respecta a la incidencia, ésta es mayor en Navarra y Cataluña, en el entorno de las 600 bajas por cada 1.000 trabajadores protegidos; y es menor en Extremadura, Asturias y Galicia, con menos de 300 bajas.
El análisis también expone que la duración de los procesos es notablemente dispar entre comunidades autonómicas. Mientras que en Extremadura y Galicia supera los 60 días de media, en Baleares, Madrid, Cataluña o Navarra la duración media de las bajas se sitúa en torno a los 25 días o incluso por debajo de ese nivel.
Por último, constata que la heterogeneidad autonómica también se constata en el porcentaje de jornadas perdidas respecto a las potenciales. El mayor grado de absentismo por incapacidad temporal corresponde a Melilla, Canarias, Galicia y el País Vasco, donde se pierden al año cerca de un siete por ciento de las jornadas potenciales. Por su parte, Madrid, La Rioja y Baleares registran el menor porcentaje de jornadas perdidas, que ronda un 4,5 por ciento del total.
“El fenómeno del absentismo por IT, se sitúa actualmente en España en niveles máximos, históricos”, señala el estudio, donde se destaca la necesidad de profundizar en las causas de ese aumento de la incidencia y de las jornadas perdidas, un fenómeno que “ha ido de la mano de avances en las políticas para conciliar la vida laboral con la profesional y con una mayor sensibilidad por desarrollar hábitos de vida más saludables, sobre todo en alimentación y práctica
deportiva”. “El análisis de estos datos abre importantes cuestiones para indagar sobre las posibles vías de actuación con el fin de cambiar las tendencias detectadas en vistas a mejorar la situación”, afirman.