El Servicio de Estudios Económicos de Castilla y León (ECOVAEstudios), como es habitual, ha presentado el Observatorio Económico de la región correspondiente al segundo trimestre del año 2024. Un análisis y un pronóstico de la situación económica que vive la Comunidad.

Se ha podido constatar que “la coyuntura económica de la Castilla y León es estable ante una realidad incierta, donde el crecimiento es modesto y humilde con tendencia a la moderación”. Además, avisa de que en los hogares ya hay cierto “nerviosismo”.

Durante la presentación, el director de ECOVAEstudios, Juan Carlos De Margarida, ha reseñado que “existen unos riesgos que se deben tener presentes, como son las tensiones geopolíticas en Ucrania y Gaza, así como las tensiones comerciales entre EEUU y China.

También la inestabilidad de los mercados financieros o la realidad del impacto de los Fondos Next Generation en España y la región, que podría no reactivar la actividad económica provocando el efecto contrario”.

Es decir que De Margarida ha sostenido que “existe todavía una alta inflación que es del todo necesarios reducirla aún más y sobre todo que se mantenga en el tiempo, puesto que se necesita lograr la estabilidad de precios, lo que hará que la economía crezca y se proteja el empleo permitiendo con ello que los ciudadanos confíen en que su dinero valdrá mañana aproximadamente lo mismo que hoy”.

 A todo ello hay que sumarle la realidad empresarial, “donde las empresas se encuentran asfixiadas por los costes crecientes y los impuestos que tienen que hacer frente, lo que supone una merma en su competitividad. Es decir, sigue existiendo una desconfianza de los empresarios que ha provocado una muy baja inversión”.

 No obstante, el Observatorio ha arrojado una serie de variables positivas: “la economía castellano y leonesa crece más gracias a nuestro sector exterior, donde en el primer semestre las exportaciones alcanzaron los 9.240 millones de euros”.

A esto se le debe añadir “una bajada de los tipos de interés que facilita la financiación de empresas y ciudadanos impulsando la actividad económica regional, un déficit en viviendas que debería impulsar la actividad del sector, y también la previsible recuperación de la economía europea en el segundo semestre del año que impulsará las exportaciones de bienes”.

 En la otra cara de la moneda se encuentran “los hogares de la región, que empiezan a tener síntomas de nerviosismo, lo que puede provocar la disminución del consumo y por tanto del crecimiento económico”, ha resaltado De Margarida.