Asaja reclama estabilidad de rentas frente a incertidumbres de la PAC
La Comisión Europea ha presentado su comunicación sobre “El futuro de la Alimentación y la Agricultura “, que introduce nuevas orientaciones de futuro para las propuestas legislativas de la PAC mas allá de 2020 y que la Comisión dará a conocer en el segundo semestre de 2018. Analizado el documento, a continuación recogemos las primeras reacciones de Asaja.
Esta Comunicación "se produce en unos momentos de incertidumbre sobre los resultados de las negociaciones con el Reino Unido para su separación de la Unión Europea, y su repercusión en el futuro Marco Financiero Plurianual, en un clima de proteccionismo comercial por parte de una de los Estados Unidos y otras potencias agrícolas, en un contexto de nuevas prioridades políticas como son la política de defensa, la lucha contra el terrorismo y la gestión de las migraciones, y un escenario de volatilidad de los mercados y precios a la baja en la mayoría de los productos agrarios", afirma Asaja.
A su juicio, "es por tanto, razonable pensar que, hasta que buena parte de estas incertidumbres no estén despejadas, no sea conveniente pensar en una reforma en profundidad de una de las políticas más importantes de la UE, de la que dependen la estabilidad, seguridad y garantía de un aprovisionamiento alimentario para 500 millones de consumidores europeos".
Añade que "la PAC es y debe seguir siendo una Política eminentemente Común y su estructura debe de seguir estando basada en los dos pilares: pagos directos y medidas de mercado y como segundo pilar políticas horizontales. . Son indispensables normas y fondos comunes que garanticen el buen funcionamiento del mercado único europeo y permitan evitar distorsiones de la competencia. La futura PAC debe estar al servicio de todos los ciudadanos y agricultores de la Unión, por lo que la renacionalización de esta política es inaceptable".
Por eso, algunos de los elementos de la Comunicación, relativo a un nuevo reparto de las ayudas dentro de un Plan Estratégico para la PAC, en donde cada país, dentro de las prioridades europeas, decidiera su modelo de PAC y la distribución de los pagos agrícolas, podría constituir un elemento distorsionador del principio de unidad de mercado.
Continúa Asaja que "la PAC necesita un presupuesto digno y suficiente para poder cumplir con sus objetivos. Son necesarias inversiones en capital humano, en formación, en maquinaria y en utilización de factores de producción para poder responder a estas exigencias garantizando un aprovisionamiento de alimentos de calidad, trazabilidad y garantía sanitaria y veterinaria a precios razonables para el consumidor. Hay que recordar que el gasto de la PAC es de menos del 1% del gasto público de la UE".
Y concluye: "Los pagos agrícolas deben ser anuales, previsibles y estables. Por tanto, no pueden apoyarse regímenes basados en los resultados que sólo concedan un solo pago a tanto alzado al término del período de programación. Los regímenes para la biodiversidad, en el marco del segundo pilar de la PAC, deben seguir siendo voluntarios y complementarios de los regímenes agroambientales existentes, y ser fáciles de integrar en las prácticas agrícolas".