El Fondo Español de Garantía Agraria (FEGA) ha hecho públicos esta semana los datos de entregas de leche de ovino correspondientes al pasado mes de marzo. Castilla y León, con 29.583.700 litros en ese mes, es la principal comunidad productora, doblando casi a Castilla La Mancha, que vendió 16.085.400 de litros, para una producción mensual en toda España de 52.249.200 litros. Castilla y León mantiene una producción similar a la de marzo de 2019, experimentando un ligero crecimiento del 1,2%.

En el apartado de precios Castilla y León se lleva la peor parte, pues el precio pagado al ganadero en marzo de 2020 fue de 0,827 euros por litro, lo que significa un 14,06% menos que en Castilla La Mancha y un 6,13% menos que la media para toda España. Una situación que no es nueva y que se ha sido denunciada por ASAJA en reiteradas ocasiones, culpando a la industria de Castilla y León de falta de compromiso con el sector ganadero de la región.



Los bajos precios, particularmente en Castilla y León, están obligando al cierre de las explotaciones menos eficientes, que suelen ser las familiares de menor tamaño, lo que ha llevado a una reducción del 7,2 por ciento, pasando de las 2.166  que había en Castilla y León en marzo de 2019, a las 2.010 que constaban en marzo de 2020. Las explotaciones que subsisten son las mejor dimensionadas y gestionadas, donde además se aplica la economía de escala.

ASAJA considera que el diferencial de precios con el resto de España, y en particular con Castilla La Mancha, es determinante para ser o no rentable en la producción de leche de oveja. Teniendo en cuenta solo el dato de la producción del mes de marzo,  se constata que los ganaderos de Castilla y León han perdido 1,6 millones de euros por el diferencial de precios respecto al conjunto de los ganaderos españoles, y 4,2 millones de euros si se compara con la retribución que reciben los manchegos.

ASAJA hace un llamamiento a la consejería de Agricultura y a las industrias lácteas para que se pongan medidas para que el sector ganadero reciba una justa remuneración, ya que sin ella la ganadería de ovino no es atractiva para los jóvenes, lo que repercute en un sector cada vez más envejecido,  en el que el cierre de explotaciones se convierte en la tónica general. Y este año, con los precios del lechazo mucho más bajos, la renta de los ganaderos de ovino de leche se resiente doblemente.