A falta de que la Comisión Provincial de Estadística determine los rendimientos definitivos del cereal en la provincia, en una campaña que será buena aunque no tanto como se esperaba, ya se ha constatado la abundancia de paja de cereal en toda España y también en la provincia de León, lo que aboca a dejar una buena parte de ella en las tierras por falta de compradores. El sector ganadero no puede asumir toda la producción, y al ser este un producto de poco valor que tiene un almacenamiento costoso, la mayoría de los agricultores cerealistas optarán por dejarla en las tierras. Se pierde así una fuente de ingresos, y aunque la incorporación al terreno mejora la materia orgánica del mismo, esta práctica agronómica no es deseada por la mayoría de los productores ya que en el proceso de descomposición reduce los niveles de nitrógeno de la tierra, uno de los elementos más importantes para el crecimiento de los cultivos, y además dificulta el laboreo de cara a la siguiente siembra.
ASAJA estima que en las 105.000 hectáreas de cereal de invierno que se han cultivado en la provincia, el 26,9% en regadío, se van a producir unas 420.000 toneladas de paja, de las cuales 190.000 se van a quedar en el campo sin recoger. La paja más apreciada para la alimentación animal es la de avena y cebada, y en el extremo contrario está la de trigo, triticale y centeno. Un año como este el valor de la paja es residual, pues los márgenes se van en la labor de empacado, carga y transporte desde las fincas a las explotaciones de consumo. Aunque la provincia de León es la más interesante desde el punto de vista de la distancia para los compradores de Galicia, Asturias y norte de Portugal, a veces tienen más peso otras cuestiones como el tamaño de las fincas o los retornos de los transportistas, por lo que es demasiado frecuente que la primera opción no sea comprar en León y sí en provincias como Burgos, Valladolid o Palencia.
Si bien ayer el consejero de Medio Ambiente, Juan Carlos Suárez-Quiñones, anunciaba una posible compra de paja por la empresa Forestalia del Bierzo, ASAJA pide que se concrete esa oferta, y que se haga en estos días en los que los agricultores están en plena cosecha y es cuando deciden si destinar la paja a empacado o picarla con la cosechadora e incorporarla al terreno con el laboreo posterior. Es el momento de demostrar con hechos que esta empresa, en la que se ha invertido mucho dinero público, puede ser también un revulsivo económico para la agricultura de la provincia, y si no lo es este año, que hay mucha paja y es barata, con seguridad no lo va a ser nunca.
El pasado miércoles la paja de cebada cotizó en la Lonja de León a 33 euros la tonelada, un precio, como ya se ha citado, que a duras penas cubre los costes de empacado, reagrupamiento de paquetes y carga de los camiones en las fincas de origen. Hasta su puesta en destino tiene los gastos de trasporte y el beneficio empresarial del intermediario que se dedica a este negocio.