La presencia del topillo no preocupa en Castilla y León aunque hay algún repunte en Salamanca y Ávila
El viceconsejero de Desarrollo Rural y director del ITACyL, Jorge Llorente, ha reconocido que la situación de la Comunidad en cuanto a la presencia de topillos no es "preocupante" aunque se ha visto un repunte poblacional de este roedor en Salamanca y Ávila, por lo que se ha actuado de forma coordinada "e integral" con otras instituciones, como las diputaciones provinciales.
Así lo ha asegurado LLorente en declaraciones a los medios de comunicación durante la visita que ha realizado al municipio salmantino de Cantalpino, donde, en colaboración con la Diputación de Salamanca, se ha llevado a cabo una destrucción de huras ya que se había detectado un repunte de la población de topillos en vías de dispersión.
Llorente, que ha estado acompañado por el diputado de Agricultura, Julián Barrera, y el alcalde de Cantalpino, Javier Bolao, ha explicado que la presencia del topillo campesino "es una plaga endémica, que siempre va a estar en el terreno y no se puede erradicar" por lo que hay que convivir con ella.
Por ello, se hace una monitorización de toda la región, aunque hay zonas "más preocupantes" porque por su ecosistema permite el repunte de la presencia de topillos, como es la zona de Tierra de Campos en las provincias de Valladolid, Palencia, Zamora, León y un poco de Burgos.
En estas zonas la situación "no está siendo grave ni hay repunte poblacional", ha aseverado Llorente, quien ha precisado que sí se está detectando "un mayor repunte" en Salamanca y en Ávila y en alguna zona del sur de Valladolid, pero en el momento que se detecta se lleva a cabo una colaboración con todas las entidades implicadas.
Aunque no se ha dado la situación de 2017 o del año pasado "cuando se dieron repuntes que obligaron a actuar de manera más intensa", Jorge LLorente ha reconocido que no hay que estar "alarmados ni preocupados pero si vigilantes porque la naturaleza es caprichosa" y los topillos tienen una capacidad de reproducción "muy alta".
Por ello, y ante los repuntes de la población de estos roedores en determinadas épocas del año, la Consejería de Agricultura y Gandería diseñó una estrategia "integral" de lucha, control y prevención de los repuntes poblacionales del topillo, que se basa en cuatro subprogramas.
El primero de ellos supone la monitorización y vigilancia, por parte del personal de la Consejería y del ITACyL de las "dinámicas poblacionales" para detectar repuntes además de que también se realizan "trampeos para ver los índices reproductivos" de los topillos, mientras que el segundo subprograma se lleva a cabo en los reservorios de las zonas de cultivo, donde se intenta frenar la multiplicación de los roedores con "prácticas agronómicas como el levantamiento del terreno.
El tercer subprograma se centra en reservorios que no son agrícolas para "evitar que haya ciertas partes del ecosistema que mantengan estas poblaciones" de topillos, porque, según Jorge Llorente, "es un problema de todo el medio rural" de ahí la colaboración "integral con otras instituciones", como las diputaciones provinciales para que en la haya dispersión o aumento de estos ratones. El último subprograma se refiere a la investigación continúa que se lleva a cabo.
Estos cuatros subprogramas "tienen como principio actuar en todo el territorio, no sólo en los terrenos agrícolas, a lo largo de todo el año con la implicación de todos lo agentes" ya que, según el viceconsejero " sería estéril" si es sólo la Junta quien se dedica a controlar la plaga de topillo.
Por su parte, el diputado de Agricultura de la Diputación de Salamanca, Julia Barrera, ha explicado que la labor de la institución provincial la sido "de sentido común y de colaboración" entre administraciones y ha precisado que tras la petición de la Junta se tuvo conocimiento de la situación y se nos pidió colaboración para limpiar cunetas "para evitar la expansión de la plaga".
Cantalpino es un pueblo, según Barrera, "muy propio para contener la plaga" porque la expensión del topillo supondría la invasión de la comarca de Las Villas, donde todo es regadío, maíz y patata "y ya sería casi imposible de controlar" aunque existe un canal de contencción.