Asaja, COAG y UPA rechazan el documento sobre la estrategia del lobo del Gobierno
Asaja, COAG y UPA rechazaron el documento de bases para la elaboración de una estrategia para la conservación y gestión del lobo en España planteado por el Ministerio de Transición Ecológica y Reto Demográfico. Además, exigieron su retirada inmediata y la apertura de un proceso de diálogo con todos los actores implicados.
En un comunicado, instaron al Ministerio a negociar un nuevo plan de gestión y control del lobo que recoja un análisis actualizado del número real de manadas y ejemplares que existen en España y las posibles medidas para facilitar la coexistencia con la ganadería, el control poblacional y las compensaciones frente a los daños.
Así lo recoge el informe conjunto de alegaciones, en el que se denuncia la nula participación de los colectivos ganaderos, principales afectados por las poblaciones de lobos, en los foros, comités técnicos de seguimiento y consultas para la implementación de medidas que van dirigidas y afectan al sector agrario.
Asimismo, se recogen los principales motivos del rechazo a este documento. Alegaron que es ya una estrategia que sólo persigue la expansión del lobo por la geografía española y su conexión con lobos de Francia e Italia, sin tener en cuenta las consecuencias económicas, sociales y medioambientales para los ganaderos y la población del medio rural.
Además, se opusieron a que el Ministerio de Transición Ecológica olvide que la ganadería extensiva ha constituido tradicionalmente una actividad "esencial" para el mantenimiento del medio ambiente y de forma especial en las áreas de montaña.
También cuestionaron una valoración "tan sesgada" del conflicto que conlleva la coexistencia con el lobo, criminalizando en su opinión la actuación del sector ganadero y sin reconocer que la problemática viene dada por la expansión geográfica del lobo y su incremento poblacional
Además, con este documento, indicó que el Ministerio olvida que los ataques de lobo no sólo provocan "importantes" perjuicios económicos, sino una "desestabilización" de las producciones y del programa de producción y de cría, sino también, un "importante y grave" impacto emocional en el ganadero.
“Está claro que los daños y secuelas que quedan en una explotación ganadera tras sufrir un ataque de lobo no han sido contemplados y vuelve a ser el sector ganadero el que debe cargar con un determinado nivel de daños. No se menciona en ninguna parte el compromiso de la viabilidad económica de las explotaciones”, afirmaron los máximos responsables de UPA, COAG y Asaja.
Mientras tanto, se mantiene el proceso de movilizaciones en las comunidades más afectadas. "No entendemos que el Canis lupus precise una protección especial, como no lo hace en los países de nuestro entorno donde las medidas de control son más rigurosas", concluyeron las organizaciones agrarias.