Los responsables de COAG en Castilla y León han vuelto a hacer un llamamiento a las administraciones a controlar la fauna silvestre ante los ataques de lobos dentro de los pueblos, con el ejemplo concreto de un cánido que se ayudó de un contenedor de basura para saltar una tapia de tres metros de altura de una granja y devorar una oveja.
"En otras granjas salta paredes de dos metros y medio y continúa devorando reses", asegura la OPA que insiste en que estos hechos no están sucediendo en medio del campo o en páramos solitarios delas Merindades burgalesas, "sino en pleno casco urbano de Espinosa de los Monteros, municipio de Burgos con 1.700 habitantes censados".
Según informa COAG a través de un comunicado de prensa recogido por Europa Press, el pasado fin de semana el cánido dio cuenta de tres reses, dos muertas y una herida, en la finca del ganadero Iván Pereda, a lo que añade que hace cerca de un mes devoró otros tres corderos y otra oveja también en Espinosa que se suman a otras cuatro que devoró hace más tiempo en Montija, "todo amparado en la soledad de la noche que propicia el toque de queda". "Van sucediendo los ataques y COAG en Castilla y León no se cansa de pedir a las administraciones de agricultura y medio ambiente de la Junta que no controlar las especies es dejar indefensos no solo a agricultores y ganaderos, también al conjunto de la sociedad, que ya está viendo lasconsecuencias de una proliferación descontrolada de fauna salvaje", reprocha la OPA en este escrito.
COAG recuerda también la "variada muestra de videos y memes" difundidos durante la pandemia y, sobre todo, durante el confinamiento en los que se ha podido ver a zorros en las gasolineras, a corzos caminando por avenidas desiertas o a jabalíes arremetiendo contra habitantes de los pueblos, que son un peligro.
"Ahora llega el lobo y se agrava la situación porque el cánido arrasa con toda la fauna más desprotegida. Incluso hemos podido ver un lobo merodeando en una calle de Arroyo de la Encomienda", añade la organización agraria que recuerda que, según los propios datos de la Consejería de Medio Ambiente, Burgos sufrió el pasado año un total de 31 ataques de lobos a sus granjas que se saldaron con 53 reses muertas, si bien esta provincia, es junto a Valladolid, la que menos incidencia padece de Castilla y León.
COAG recuerda al respecto que los ataques al norte del Duero a lo largo del año pasado fueron 380, mientras que al sur del Duero la cifra se disparó hasta los 2.198, una situación "tan preocupante" que llevó al Ministerio de Agricultura a lanzar una advertencia en su día para conminar a todas las comunidades autónomas y a alertar de los riesgos de no ejercer el preceptivo control de la fauna silvestre.
"La desidia en la observancia de tales controles amenaza, no solo los festines que el lobo se pega con las cabezas de ganado y la consiguiente sangría económica para el ganadero. También la propagación de enfermedades que podrían derivar en zoonosis, o sea, ser transmitidasal ser humano, la producción de daños en las explotaciones agrícolas mediante los cada vez más frecuentes destrozos de cosechas, la creciente alarma en los pueblos porque los lobos se acercan cada vez más a las poblaciones, los daños en infraestructuras básicas y la generación de accidentes de tráfico", explica la OPA.
Por todo ello, COAG ha reiterado su postura en pro del control de la fauna silvestre y ha emplazado a las consejerías de Medio Ambiente y deAgricultura a afrontarlo sin demora. "Lo contrario, está dejando indefensos, como podemos comprobar a diario, no solo a agricultores y ganaderos, sino también al conjunto de la sociedad, que ya está viendo las consecuencias de una proliferación descontrolada de fauna salvaje. Por ejemplo, la irrupción en las ciudades de manadas de jabalíes, los daños en las infraestructuras viarias de los conejos, la siniestralidad derivada de la invasión de las calzadas por la fauna o las afeccionessanitarias motivadas por los topillos", sentencia la OPA.