La población reproductora de buitre negro mantiene una tendencia positiva en Castilla y León donde hay censadas un total de 483 parejas distribuidas en 19 colonias diferentes.

La Junta ha presentado en su página web los resultados del censo regional de la población reproductora de buitre negro, Aegypius monachus, efectuado en el año 2019. Este último registro abarca el área de distribución de la población reproductora, que comprende las provincias de Ávila, Salamanca y Segovia con un control de 672 plataformas: 334 en Ávila, 138 en Salamanca y 200 en Segovia.

El resultado ha sido un total de 483 parejas de buitre negro en Castilla y León, distribuidas en 19 colonias diferentes. En la provincia de Ávila se ha detectado la mayor población reproductora, con 257 parejas, seguida de Segovia con 140 parejas y de Salamanca con 86. Los núcleos de reproducción más importantes son el de Gredos Macizo Oriental y el de Guadarrama, acumulando entre ambos el 72,3 por ciento de la población de buitre negro en la Comunidad, señala la Junta a través de un comunicado remitido a Europa Press.

Las Zonas de Especial Protección para las Aves (ZEPA) de Castilla y León albergan la mayor parte de la población reproductora de buitre negro con un 89 por ciento, por lo que se contabilizan 430 parejas dentro de la red de ZEPA y únicamente 53 se encuentran fuera de ella.

Para el cálculo de los parámetros reproductores se han utilizado los datos de 474 parejas en las que se ha realizado un seguimiento completo de la reproducción. De ellas, un total de 432 parejas iniciaron la incubación (91,1 por ciento), 305 tuvieron éxito (64,3 por ciento), mientras que 169 fracasaron (35,7 por ciento).

A partir de estos datos se calcula la productividad de la especie, que ha resultado de 0,64 pollos/pareja reproductora y el éxito reproductor, que equivale a 0,71 pollos/pareja que inicia la incubación. La productividad media en Castilla y León de los últimos 20 años es de 0,60 pollos/pareja reproductora.

Los resultados de este último censo de 2019 con 483 parejas suponen cierta estabilidad respecto al censo anterior (2018) cuando se contabilizaron 495 parejas, pero confirman la tendencia positiva de la especie en la Comunidad.

Se ha pasado de contabilizar 231 parejas en el año 2000 a 483 en 2019. En los últimos años, el aumento de parejas de buitre negro más notable ha tenido lugar en el Valle de Iruelas, incluido en el núcleo de Gredos Macizo Oriental, mientras se detecta un ligero descenso en el núcleo de la Sierra de Guadarrama.

ESTADO DE CONSERVACIÓN

La situación actual de la especie pone de manifiesto la tendencia positiva que tiene a nivel regional en cuanto a su tamaño de población, área de distribución, superficie y calidad del hábitat disponible, así como en lo relativo a sus perspectivas futuras. Por ello, se considera que sigue manteniendo un estado de conservación 'favorable' con tendencia a la mejora, tal y como se refleja en el Plan Básico de Gestión y Conservación de la especie en Castilla y León.

A nivel estatal, el buitre negro está incluido en el Catálogo Español de Especies Amenazadas con la categoría de 'vulnerable' y en el contexto europeo se encuentra incluido en el Anexo I de la Directiva Aves, donde se establece la necesidad de adoptar medidas específicas para la protección de la especie y sus hábitats.

Los equipos de censo estuvieron formados por técnicos, agentes medioambientales y celadores de Medio Ambiente de los Servicios Territoriales de Medio Ambiente de Ávila, Salamanca y Segovia. Esta última provincia también ha contado con la colaboración del personal del Centro Montes y Aserraderos de Valsaín, del Organismo Autónomo Parques Nacionales.

La planificación y organización regional del censo ha sido asumida por el Servicio de Espacios Naturales, Flora y Fauna de la Dirección General de Patrimonio Natural y Política Forestal y el apoyo de personal técnico de la Fundación Patrimonio Natural de Castilla y León, concluye el comunicado.