El consejero de Agricultura, Ganadería y Desarrollo Rural, Jesús Julio Carnero, ha asistido, durante el día de hoy, a la Conferencia Sectorial de Agricultura y Desarrollo Rural convocada por el ministro de Agricultura, Luis Planas, en la que participan los responsables en materia agraria de las comunidades autónomas. El objetivo de esta Conferencia es avanzar en la elaboración del Plan Estratégico de la nueva PAC que se aplicará a partir del 1 de enero de 2023.
Una segunda Conferencia Sectorial con el objetivo de poder presentar el Plan Estratégico a finales de año
La Conferencia Sectorial se centra en dos bloques diferenciados. En primer lugar en el estado de los trabajos para la elaboración del Plan Estratégico y en la propuesta de aplicación de la arquitectura medioambiental, las prácticas de ecoesquemas.
El consejero ha destacado que “es importante tener en cuenta que nos hemos marcado un reto temporal muy cercano, que es la presentación del Plan Estratégico de la PAC a finales de año, para poder garantizar los pagos de estas ayudas a los agricultores y ganaderos. Castilla y León recibe unos 1.100 millones de euros al año de esta política europea y no podemos poner en riesgo esta financiación. Pero los trabajos aún no han finalizado. El modelo que se presenta de la nueva PAC contiene aspectos en los que hay que seguir trabajando, para poder presentar el Plan Estratégico Nacional en el plazo que nos hemos marcado”.
Hay aspectos en los que hay que seguir trabajando
En los aspectos referidos al desarrollo de los trabajos, Castilla y León ha mantenido una posición clara para seguir avanzando en algunos elementos que particularmente afectan a la Comunidad.
La figura de agricultor activo debe reconocer e identificarse con el agricultor profesional, “Castilla y León quiere una agricultura con futuro, que sea atrayente para los jóvenes y en general para todo aquel que pueda ver esta actividad como una fuente principal de de trabajo, por eso defendemos que el agricultor activo pivote en titulares de explotaciones que obtienen como mínimo un 25% de sus ingresos de la actividad agraria y además son cotizantes a la Seguridad Social”.
Castilla y León no comparte que se incluyan como agricultores activos los que perciben hasta 5.000 euros sin ningún otro condicionante. Ese límite, de aplicarse, habría que reducirlo a 2.500 euros.
Otro aspecto que necesita más trabajo es el pago redistributivo, “debemos dar una señal clara hacia los profesionales, en todo caso este pago debe ser para ellos, los trabajos han mejorado la posición inicial. Con las nuevas propuestas se compensa en mayor medida a los agricultores profesionales, con un rango de superficie medio-alto, pero desde Castilla y León demandamos este pago en exclusividad para todos los profesionales, las propuestas presentadas son insuficientes”.
Por otra parte, la nueva PAC va a permitir que puedan beneficiarse de las ayudas nuevas superficies que hasta ahora no estaban contempladas, para ello se detraerá un porcentaje de todas las ayudas básicas. El consejero ha manifestado que “no vemos con buenos ojos mayores reducciones en las ayudas, ya hemos tenido este mismo año una reducción del 2% general, y por lo tanto la reserva nacional para asignación de nuevos derechos, no debe superar el 3%”.
Finalmente, Castilla y León insiste en la necesidad de incorporar un Plan Nacional Sectorial para el ovino caprino, en el marco de las nuevas intervenciones sectoriales. Este Plan compartiría una parte de los 30 millones actuales que se reservan para este nuevo tipo de intervención. “El ovino y caprino es un sector que tiene una buena base cooperativa, tiene buen potencial y es necesario fomentarlo en toda España”, ha indicado el consejero.
Las prácticas de ecoesquemas y la condicionalidad reforzada aun necesitan más concreción
El nuevo pago de ecoesquemas supone un cambio muy profundo en la arquitectura medioambiental, ya que se dedicará en España unos 1.000 millones de euros al año, el 23% de todas las ayudas directas.
La propuesta que se presenta actualmente supone un mayor detalle que la propuesta inicial, se ha trabajado en ofrecer una práctica como mínimo a las diferentes agriculturas de España.
En el caso de Castilla y León se va a tener la posibilidad de ofrecer para los cultivos una práctica de rotación, una de siembra directa y agricultura de conservación, una práctica para fomentar las superficies no productivas y elementos del paisaje y una de cubiertas vegetales para cultivos permanentes. Asimismo, la ganadería podrá optar a una práctica para el pastoreo extensivo, y en algunas superficies más húmedas una de siega.
No obstante, para Castilla y León hay tres aspectos fundamentales que aún no permiten dar por cerrado el conjunto de ecoesquemas. En primer lugar la definición de la línea de base o condicionalidad reforzada en la rotación.
El segundo aspecto se refiere a las prácticas de la rotación y de la agricultura de conservación y siembra directa. Finalmente, el tercer aspecto es el de la degresividad en los ecoesquemas.
El consejero ha indicado que “si bien son importantes los avances que se han realizado, aún falta trabajo en la definición que buscamos para permitir que estas prácticas tengan éxito en España y en Castilla y León. Pedimos, para la línea base, la diversificación de cultivos con una rotación no anual de las parcelas. Esta rotación debe dar margen para poder simplificar la práctica de la rotación y permitirnos desarrollar, en un escalón más avanzado de la arquitectura medioambiental, las ayudas agroambientales del segundo pilar de la PAC. Además, aún las propuestas no dan la solución esperada para el cultivo del maíz y es por eso por lo que debemos continuar trabajando en ello”.
Igualmente se ha pedido un trabajo técnico específico para la práctica de la siembra directa y la agricultura de conservación, por ser una medida con gran potencialidad para Castilla y León y no responder aún su definición con las expectativas de los agricultores interesados en la misma.
Los avances en los elementos fundamentales
El consejero ha destacado que “se ha avanzado en elementos importantes, como determinar que el pago más importante, la ayuda básica, va a tener mayor peso, el 60% de los pagos directos frente al actual 56%, y esto es una buena señal para Castilla y León porque esta ayuda va justamente dirigida al principal objetivo que hemos defendido de la PAC, compensar la pérdida de renta ya que el mercado no lo hace”.
Otro avance ha sido la simplificación de las llamadas regiones productivas. Son áreas geográficas clasificadas por importes de ayuda por hectárea, el consejero ha indicado que “es buena señal de cara a la simplificación que se hable ya de 20 regiones productivas en vez de 50, realmente se ha llegado a una situación equilibrada que no perjudica a Castilla y León, con el nivel de definición al que se ha llegado tras el análisis con nuestros equipos técnicos de la Consejería”.
También se van a mantener los derechos en la nueva PAC y, paralelamente, se ha conseguido que la convergencia del valor de los derechos de cada región sea más pausada, corrigiéndose incluso la propuesta inicial que pretendía una convergencia más acelerada. “Se ha marcado un objetivo para que en 2026 todos los derechos de una región productiva como mínimo supongan el 85% del importe unitario de esa región, con este objetivo y continuando después, ya en otra PAC no la que estamos diseñando ahora, con el ritmo marcado para que la convergencia sea total en 2029”.
Para Castilla y León también es fundamental el apoyo a los jóvenes y la diferenciación de la mujer en la PAC. La Comunidad ya está trabajando en este aspecto con el reciente Plan Joven para la agricultura y la ganadería y la Estrategia para la mujer rural. En la nueva PAC los jóvenes tendrán un pago, durante cinco años, que duplica el valor actual pues pasa del 50% del importe medio de cada región productiva al 100%. Además, se incrementa el número de hectáreas por las que recibirá esa ayuda, pasando de 90 hectáreas a 100. En el caso de mujeres esta ayuda para jóvenes se incrementará en un 10%.
En lo que respecta a las ayudas asociadas a la producción, es destacable que las ayudas a los sectores ganaderos del vacuno de leche y del vacuno de carne, así como para el ovino y caprino tanto de leche como de carne, consoliden su situación incluso con incrementos en los importes. También las ayudas al cultivo de la remolacha se mantendrán así como las ayudas a la producción de proteína vegetal, esta última se verá también incrementada.
Un avance importante en estas ayudas asociadas ha sido la eliminación de la degresividad en las ayudas, que implicaba que, a partir de un número determinado de animales o de hectáreas, se iba a percibir menos ayuda. “Afortunadamente hemos podido corregir esto en la propuesta ya que afectaba muy directamente al modelo productivo de Castilla y León, más profesional y con mayor dimensión” ha indicado el consejero.