El consejero de Agricultura, Ganadería y Desarrollo Rural en funciones, Jesús Julio Carnero, ha asistido hoy a la Conferencia Sectorial de Agricultura y Desarrollo Rural convocada por el ministro de Agricultura, Luis Planas, a petición de diferentes comunidades autónomas, entre ellas Castilla y León. El objetivo de esta Conferencia ha sido analizar de forma monográfica la situación del mercado de materias primas e inputs agrarios a raíz de la invasión de Ucrania.
Los dramáticos acontecimientos que se están produciendo en Ucrania con la invasión rusa "no solo arrojan terribles consecuencias para la población de ese país", también para su economía y la economía mundial, provocando grandes incertidumbres en los mercados y en el abastecimiento de las materias primas de las que Ucrania y Rusia son uno de los principales actores en los mercados internacionales. Ambos países son grandes productores de cereales y oleaginosas, representan el 30 % del mercado mundial del trigo y cebada, el 17 % de maíz, el 19 % de colza, el 50 % del aceite de girasol y el 81 % de torta de girasol.
Además, Ucrania se ha convertido en los últimos años en el principal suministrador de maíz a la UE, una media anual de 9 millones de toneladas (prácticamente el 60 % de las importaciones de este producto), 2 millones de toneladas de semillas de colza (el 40 % de las importaciones), 1 millón de toneladas de trigo (el 30 %) y 1,3 millones de toneladas de torta de girasol (50 % de las importaciones).
Rusia también es suministrador de la UE de cereales y oleaginosas, pero en menor medida: 0,5 millones de toneladas de trigo y 0,9 millones de toneladas de torta de girasol (el 34 % de las importaciones).
Al mismo tiempo, hay que tener en cuenta que Rusia es el mayor proveedor de combustible de la UE, más de la cuarta parte de las importaciones de petróleo y más de la tercera parte del gas natural son de origen ruso. Respecto a los fertilizantes, el 30 % de las importaciones de la UE proceden de Rusia, siendo así un gran exportador mundial.
España no es ajena a estas transacciones debido a su importante déficit en cereales, especialmente maíz, y productos oleaginosos para alimentación de la ganadería, junto a las necesidades en aceite de girasol para la población. El 30 % de las importaciones españolas de maíz y el 60 % del aceite de girasol proceden de Ucrania (2,5 millones de toneladas al año de maíz y 370.000 toneladas de aceite de girasol).
Respecto a los fertilizantes, aunque más del 50 % de las necesidades proceden de producción nacional, también se ve amenazada por el importante incremento de la energía necesaria para producirlos.
Esta Conferencia Sectorial se ha centrado en el análisis de la situación tanto a corto plazo como la proyección futura en los próximos años, ya que la situación en el sector agrario como abastecedor de materias primas para la producción de alimentos se ve directamente afectada.
En consecuencia, Jesús Julio Carnero ha manifestado que “teniendo en cuenta la importancia de Ucrania en el comercio internacional, cualquier desestabilización de su producción agrícola o la interrupción de los flujos logísticos de sus productos conlleva una perturbación en los mercados agrarios mundiales y, por tanto, en los precios de las materias primas. Desde el inicio del conflicto, se ha producido un fuerte incremento de los precios mundiales de los cereales. Además, Rusia es el mayor proveedor de combustible de la UE y el conflicto también repercute en los mercados del gas y de los fertilizantes, que ya venían experimentando un incremento de sus precios antes del conflicto. Esto implicará un aumento continuo e insoportable de los costes de los insumos, que ya estaba padeciendo la agricultura española y europea.”
Sostenibilidad alimentaria
La situación inesperada en Ucrania, como principal suministrador de materias primas, complica la delicada situación por la que está atravesando el sector primario, que ya venía enfrentándose a un importante incremento de sus costes de producción sin respuesta en los precios que perciben los agricultores. Esto es especialmente complicado en el sector ganadero, con una escalada en el valor de los piensos, acompañada de una inusual tendencia alcista en la energía eléctrica y los combustibles. Estos últimos costes también los están padeciendo los agricultores, junto con el de los fertilizantes. Todo esto pone en riesgo la producción agraria y, en consecuencia, la obtención de alimentos para la población, principal objetivo del sector primario.
El consejero en funciones ha indicado que “nos enfrentamos a una situación sin precedentes, escalada de precios de costes de producción desmesurados, alto riesgo de no obtención de las materias primas básicas indispensables para la alimentación de nuestra ganadería, aplicación de políticas de sostenibilidad medioambiental que limitan nuestra capacidad productiva y, por si faltara algo, una importante sequía que azota a buena parte del territorio nacional que limitará la producción nacional. Una `tormenta´ que, en definitiva, pone en riesgo nuestra sostenibilidad alimentaria.”
Por ello, el consejero ha propuesto una actuación coordinada de todas las administraciones, en el marco de sus competencias, con una proyección a muy corto plazo y al futuro próximo. Esta actuación coordinada tendría dos alcances:
1. Alcance inmediato en esta campaña:
Asegurar el abastecimiento estructural de importación de materias primas básicas para la ganadería.
Frenar y reducir la escalada de precios de la energía eléctrica y los combustibles.
Contribuir a reducir nuestro déficit productivo, ser menos dependientes del exterior en cereal, proteína vegetal y oleaginosas.
2. Alcance a futuro próximo:
Recuperar la capacidad productiva sin perder de vista la sostenibilidad.
Afrontar acciones estructurales en el uso del agua dirigidas a la garantía alimentaria.
Primer objetivo: garantizar el abastecimiento de materias primas básicas en esta campaña
Jesús Julio Carnero ha expresado que “España es deficitaria en cereales, proteína vegetal, así como en subproductos oleaginosos para piensos, y no tenemos capacidad productiva para compensar el déficit estructural que presentamos; por lo tanto, a muy corto plazo, ya en esta campaña, es necesario asegurar el abastecimiento exterior, principalmente de maíz”.
El consejero ha propuesto como primera medida solicitar inmediatamente a la Comisión Europea facilitar la importación de este producto en la UE revisando los derechos de importación, para abastecimiento procedente principalmente de EE.UU, Argentina y Brasil. “Sería preciso que el Ministerio de Agricultura, a través de sus delegaciones comerciales en estos países, facilite los contactos con los grupos exportadores”, ha enfatizado Carnero.
El consejero también ha solicitado una segunda medida para facilitar la importación de maíz: “la Comisión Europea debería flexibilizar los límites máximos de materias activas en los contingentes que accedan a los mercados europeos procedentes de países terceros, siempre y cuando no supongan riesgo en su utilización”.
Necesidad urgente de frenar y reducir la escalada de precios de la energía eléctrica y los combustibles
“También es necesario frenar y reducir la escalada de precios de la energía y los combustibles que se hace insoportable y afecta a nuestro sistema productivo en todos los niveles”, ha manifestado el consejero en funciones, que ha propuesto como medida la revisión profunda de la fiscalidad en la energía eléctrica y en los combustibles. “Lo ideal sería asegurar que no se sobrepase un precio pagado por el usuario final, en nuestro caso el agricultor o el ganadero, pero realmente el problema se extiende a toda la sociedad, incluso a los consumidores finales”.
La limitación del precio final y una fiscalidad reducida contribuirían a solucionar el problema, es una cuestión que hay que tratar indudablemente a nivel de la UE y afectaría a las leyes tributarias estatales del IVA y de los impuestos especiales de electricidad e hidrocarburos.
Contribuir en esta campaña agrícola a ser menos dependientes, flexibilizando la actual PAC
Jesús Julio Carnero también ha propuesto para la campaña actual la adopción de una serie de medidas excepcionales de carácter urgente en la actual PAC, indicando así que “podemos reactivar nuestro sistema productivo, con carácter excepcional. No es el mejor año, puesto que una parte importante de España está afectada por una considerable sequía, que limita sus producciones, pero aun así deberíamos actuar pensando en las posibilidades de las siembras primaverales y en la utilización del agua donde se pueda”.
Estas medidas tienen que ser autorizadas por la Comisión Europea en el marco del Reglamento (UE) nº 1307/2013 y del Reglamento delegado (UE) nº 639/2014, todas ellas por la situación excepcional de alto riesgo de aprovisionamiento de materias primas en esta campaña. Estas medidas excepcionales afectarían a las normas de condicionalidad, a las exigencias en el pago verde, a algún pago asociado y a medidas agroambientales del segundo pilar.
- Respecto a la condicionalidad:
Eliminar el requisito de respetar el 5 % de superficies de interés ecológico (retiradas de la producción), en el caso de explotaciones de 15 o más hectáreas de superficie arable.
Eliminar el requisito de no utilizar fitosanitarios en las superficies de interés ecológico cultivadas con cultivos proteicos.
Autorizar el aprovechamiento mediante pastoreo de las tierras de barbecho con la consideración de superficies de interés ecológico.
- Respecto al pago verde o greening:
Flexibilizar la limitación del porcentaje máximo del cultivo mayoritario, o de los dos cultivos mayoritarios, en todos los estratos para percibir el pago verde, permitiendo aumentar la superficie de un mismo cultivo.
- Respecto a los pagos asociados a los cultivos oleaginosos:
Eliminar la limitación de la percepción de esta ayuda a 50 hectáreas por explotación, porque así se aumentaría la superficie de oleaginosas.
- Respecto a las ayudas agroambientales de las comunidades autónomas, se pueden revisar los requisitos, para flexibilizarlos también en esta campaña.
Recuperar la capacidad productiva
El riesgo de desabastecimiento de materias primas es una realidad, como se ha podido comprobar; por lo tanto, la UE y España deben dirigir sus políticas agrarias a conseguir una garantía de sus necesidades básicas agrarias, la soberanía alimentaria, reduciendo al máximo su dependencia externa y orientando su futuro al mercado interno y la exportación.
Actualmente, la dirección va en contra de este objetivo, con unas exigencias medioambientales que conducen a producir cada vez menos y a depender cada vez más de producciones exteriores. A los agricultores y ganaderos se les exige cada vez más y no se ve reciprocidad en las exigencias productivas en terceros países.
En este sentido, el consejero ha expresado que también se deberían incluir como medidas “valorar las actuales estrategias europeas `De la Granja a la Mesa´ y `Biodiversidad´ con una visión distinta a la que se ha utilizado para su formulación por la Comisión Europea. Este nuevo enfoque debe ir dirigido a recuperar nuestra capacidad productiva alimentaria. Esto no quiere decir que nos alejemos de la sostenibilidad ambiental ni mucho menos, pero debemos ser menos ambiciosos, si queremos soberanía alimentaria como necesitamos”.
También ha indicado que “respecto a la aplicación de la nueva PAC, hay aspectos que aún podemos adaptar con la misma perspectiva, me refiero a la condicionalidad reforzada que se aplicará ya en las próximas siembras otoñales para la cosecha de 2023”.
El consejero en funciones se ha referido a que se pueden considerar otras medidas, en concreto flexibilizar los requisitos de las Buenas Condiciones Agrícolas y Medioambientales (BCAM) que frenan la capacidad de producción agraria, con imposición de superficies que no pueden sembrarse o con limitaciones en la siembra de un mismo cultivo.
“No pretendemos eliminar estas condiciones, solo flexibilizarlas y no avanzar tanto con estas limitaciones. En definitiva, con una visión más agrarista”.
En este apartado, el consejero también ha indicado que “si se flexibilizan estas BCAM, podríamos ser menos exigentes también con los ecoesquemas, como reducir el porcentaje de las rotaciones en cultivos arables y, desde luego, insisto en la eliminación de la degresividad en los ecoesquemas”.
Reforzar las acciones estructurales en el uso del agua
Cada vez es más evidente que se dispondrá de menos agua en España, los ciclos de sequía son más cortos y es necesario, por tanto, invertir en el uso del agua y en el almacenamiento de este bien. Por lo tanto, el consejero ha propuesto como medida la necesaria regulación del agua. “Necesitamos regular bien todas las cuencas hidrográficas para tener reservas y utilizarlas en los momentos precisos. Desde Castilla y León instamos a invertir más en la regulación del agua en los próximos Planes Hidrológicos, son evidentes las necesidades de regulación en el Órbigo, en el Carrión, en el Pisuerga, en el Cega y en el Tormes”.
A mayor regulación, se podría asegurar más producción de la que somos deficitarios, como por ejemplo el maíz. En general, el regadío da más capacidad productiva y menos dependencia, es garantía alimentaria.
A este respecto, el consejero también ha solicitado como medida una revisión del cálculo de los caudales ecológicos, “las instrucciones actuales para su cálculo tienen un importante sesgo medioambiental y superan las necesidades reales que necesitan los cauces fluviales. Estos cálculos impiden prácticamente nuevo almacenamiento”.
Medidas compensatorias o paliativas
Finalmente, el consejero ha hecho referencia a que el incremento del anticipo de las ayudas de la PAC y de las ayudas de desarrollo rural, al 70 % y al 85 %, respectivamente, que se ha solicitado recientemente por el ministro de Agricultura como consecuencia de la sequía en España, también contribuirá a ofrecer liquidez a nuestras explotaciones. Es una medida necesaria.
No obstante, Carnero ha manifestado que “sería conveniente analizar también la aplicación del régimen temporal excepcional de ayudas de Estado en el que está trabajando la Comisión Europea para poder apoyar a determinados sectores ganaderos muy afectados por el incremento de costes, por lo menos para un apoyo que amortigüe una parte de su problema”. Y, a su vez, ha indicado que “asimismo podemos estudiar moratorias en los préstamos que se han concedido con intervención pública al sector agrario, tanto por el Estado como por las comunidades autónomas".