Los agricultores de Castilla y León regaron el año pasado 458.716 hectáreas de cultivos herbáceos, frutales, viñedo y olivar, lo que supone un incremento del 10,6 por ciento respecto a la superficie de regadío de cinco años atrás, en 2016, o en cifras absolutas, un aumento en 43.860 hectáreas.
El dato de superficie regada en la Comunidad aumenta hasta las 497.728 hectáreas en 2021 si se suman los barbechos de regadío ese año (6.596 hectáreas); los viveros (627); los huertos familiares (5.956); los prados y pastizales (12.702) y la superficie forestal (13.130). En este sentido, el presidente de Asaja Castilla y León, Donaciano Dujo, defendió que el regadío es “garantía de producción y asentamiento de población, incrementa la renta agraria y multiplica por cuatro el valor de la producción respecto al secano. “Es la mejor política que se puede hacer para tener explotaciones rentables y productivas”, reiteró.
Los datos recogidos por Ical, del Ministerio de Agricultura, precisan que la mayor parte de la superficie regada correspondió a cereales, 288.756 hectáreas, con un importante crecimiento en relación con 2016 del 18,1 por ciento, con 44.233 hectáreas más.
La superficie regada de viñedo creció de forma importante en el lustro de estudio, un 27,4 por ciento, hasta las 25.416 hectáreas, frente a las 19.947 de 2016. Un avance significativo tuvo también la superficie plantada con hortalizas, 15.491 hectáreas, que suponen una subida del 34,3 por ciento respecto a 2016, y 3.954 hectáreas más.
La plantación de frutales de regadío también experimentó un crecimiento potente y si hace cinco años se regaban en la Comunidad, 5.930 hectáreas, el año pasado ya había 8.104, es decir, un 36,7 por ciento más. En la misma línea, el olivo se incrementó en superficie un 53,7 por ciento en el periodo de análisis, aunque su importancia es poco significativa en comparación a la extensión de otros cultivos, con 1.766 hectáreas el año pasado.
Las cifras ministeriales en función de la Encuesta sobre Superficies y Rendimientos de Cultivos, indican que en el extremo opuesto, se redujeron las superficies regadas de leguminosa (veza, guisantes, garbanzos, lentejas y yeros, en su mayoría), patata, cultivos industriales (girasol, remolacha y colza, principalmente) y forrajeras (alfalfa sobre todo).
En concreto, los agricultores de la Comunidad dedican a regadío 53.833 hectáreas de cultivos industriales, un 2,9 por ciento menos que en 2016. Asimismo, regaron forrajes en 41.582 hectáreas, con una merma del 9,4 por ciento, es decir, 4.298 hectáreas menos.
Además, se regaron 16.908 hectáreas de patata, con una merma del 16,6 por ciento respecto a cinco años antes, y 3.361 hectáreas manos. Por último, también bajaron las hectáreas regadas de leguminosa, con 6.842 en 2021, un 32,8 por ciento por debajo del dato de 2016.
Más almacenamiento
Dujo justificó que Castilla y León, a pesar de estar rodeada de montañas y “teniendo muchas posibilidades de almacenamiento de agua, históricamente ha estado castigada a tener poca superficie de regadío con respecto a la media nacional y de otras autonomías”. De hecho, recordó que es el 15 por ciento de la superficie agraria total en la Comunidad, cuando la media en España está en el 23 por ciento y en territorios como Andalucía, en el 28 por ciento.
Así, el presidente de Asaja reclamó, en declaraciones a la Agencia Ical, que se aumente la superficie regable hasta alcanzar la media del Estado, lo que supone, “sin duda alguna”, hacer embalses o subir la cota de las presas de los actuales. A su juicio, ya existen estudios elaborados en algunos pantanos en los que “se permite introducir más agua”. Como ejemplo citó a la provincia de Soria, que está “condenada a tener solo un cinco por ciento de superficie de regadío respecto a secano”. “Si queremos que los pueblos no estén vacíos de gente, es necesario transformar el secano de Soria en regadío”, abundó.
También explicó que en la Comunidad hay 120.000 hectáreas sin modernizar y exigió presupuesto para que se modernicen de “forma inmediata”, porque ello supone “ahorro de agua, mejores producciones y un mejor manejo”. “Es urgente modernizarlas”, sostuvo Dujo, quien demandó la recarga de los acuíferos 13 y 17 de Los Arenales para mantener las concesiones de agua ya otorgadas, “no como pretende la Confederación Hidrográfica del Duero de reducirla”. Y por último, urgió inversiones en nuevas tecnologías energéticas que favorezcan el ahorro de costes, “dado el actual precio de la electricidad”.