El sector agrario conoce mejor que nadie que su futuro en Castilla y León pasa por la modernización de regadíos, una apuesta que permite fijar población en el medio rural, incrementar los rendimientos y también obtener una producción más sostenible gracias a un menor consumo de agua, ese elemento que en un año como 2022 se ha puesto en valor, precisamente, por su escasez. Y agarrada a ese futuro, la agricultura de la Comunidad ha incrementado la superficie de regadío en 77.789 hectáreas en la última década, un 2,3 por ciento más, al pasar de las algo más de 394.000 que se registraban en 2010 a las 471.895 del año 2021, según los datos de la Encuesta de Superficies y Rendimientos de Cultivos del Ministerio de Agricultura, a la que tuvo acceso Ical. Un dato constata las expectativas: mientras la media de edad del sector es superior a 60 años, en zonas de regadío se sitúa entre los 40 y 45.
Con estas cifras, la autonomía es la tercera que anotó un mayor aumento en número de hectáreas, solo por debajo de las casi 130.000 nuevas de Andalucía en estos diez años, con lo que se convierte en la primera región en superar el millón de hectáreas de regadío en el país (1,06 millones), y de Castilla-La Mancha, que se elevó hasta las 582.000, con 104.000 más. En España, el incremento fue de 460.000 hectáreas, un 13,7 por ciento más, y totaliza 3,8 millones, una cuarta parte en Andalucía.
Valladolid y León han absorbido en esta década más de la mitad de la nueva superficie de regadío, con 24.000 y 19.000 nuevas hectáreas en diez años, hasta alcanzar las 101.500 y 126.500, respectivamente. Detrás, Ávila, con en torno a 13.000 nuevas (casi 30.000 en total), Salamanca, con 7.000 (41.400); Segovia, con 4.500 nuevas hectáreas de regadío (15.600 en global); Soria, con 4.000 (y una superficie de 10.000 hectáreas); Zamora, con 3.000 nuevas (54.000); Burgos, con 2.000 (hasta 27.000); y cierra Palencia, con un millar de nuevas hectáreas en estos diez años que la llevan a superar las 66.000.
Los principales cultivos que consumen regadío son el maíz, con una tercera parte del total regional (141.000 hectáreas), seguido del trigo, con casi 80.000 hectáreas; la alfalfa, con 28.000; la remolacha, con casi 20.000; y la patata, con 17.000 hectáreas. Lejos queda el viñedo de regadío, con 25.000 hectáreas, para la uva de transformación, o los prados naturales, con casi 13.000.
Apostar por el almacenamiento
En este sentido, organizaciones agrarias como Asaja insisten, según explicaron a través de Ical, en una “apuesta decidida” por aumentar el almacenamiento de agua a través de nuevos embalses o “recrecer” algunos de los actuales, tal y como subrayó su presidente regional, Donaciano Dujo.
A día de hoy, entre el 13 y el 15 por ciento de la superficie agraria de Castilla y León es de regadío, ocho puntos menos que la media nacional y lejos del 28 por ciento que registra Andalucía. Además, hay provincias, como Soria, con solo un cinco por ciento de regadío. “Es necesario que siga aumentando la superficie de regadío y se modernicen regadíos viejos”, destacó Dujo, quien recordó que actualmente la Comunidad cuenta con 550.000 de regadío con concesión, “aunque no todas se riegan”, de las que 120.000 se nutren de pozos y unas 430.000 de canales que transportan el agua procedente de embalses. Sin embargo, de esta segunda tipología “faltan aún 120.000 por modernizar”. Por ello, considera que para estar en la media nacional del 23 por ciento, “de forma urgente”, sería necesario modernizar entre 280.000 y 300.000 hectáreas.
“Necesitamos, en definitiva, cambiar el rumbo total del Ministerio para la Transición Ecológica y de la CHD, viendo el agua como un bien necesario no solo para agricultura, la ganadería, la industria y la sociedad en general. Se puede tener en verano siempre que se almacene en invierno”, resalta el presidente regional de Asaja, quien recuerda que existen pantanos en España de carácter bianual, cuando en Castilla y León todos son anuales, escenario que “obliga siempre a mirar al cielo en invierno para ver si se llenan y evitar dificultades”.
En este sentido, advirtió de que en “un terreno, cada vez más seco y caluroso, tener vida pasa por más almacenamiento”. Y justificó que es “lamentable que en el siglo XXI se vayan millones y millones de hectómetros cúbicos al mar en invierno cuando se necesitan en verano”. “Es tan absurdo, que el agua dulce que se va al mar, luego se desaliniza mediante plantas en la costa. Lo lógico sería un plan hidrológico nacional que cambie esta visión, que aumente la capacidad de regadío, la producción, el empleo y cree riqueza en el medio rural”.
Por su parte, el coordinador regional de la Unión de Campesinos (UCCL), Jesús Manuel González Palacín, consideró que las nuevas hectáreas de regadío en esta última década son “totalmente insuficientes”, principalmente en comparación con otras autonomías que son “competidoras”; y destacó que esta fórmula de agricultura “fija población, favorece que la gente joven apueste por quedarse en el campo, multiplica por tres o cuatro la productividad y permite diversificar cultivos”. “El regadío es vida y ayuda a tener un medio rural vivo”, defendió, para señalar que la media de edad del sector es superior a 60 años, pero en zonas de regadío se sitúa entre los 40 y 45.
Las opas coinciden en que Castilla y León tiene “muchos ríos sin regular, un agua que se escapa en invierno, y que muchas veces causa inundaciones y destrozos”, tal y como aseguró González Palacín, quien aseguró no entender la apuesta “sin sentido del mundo medio ambientalista por no hacer embalses, más cuando el cambio climático es tozudo y demuestra que está ahí día a día”. “Si no almacenamos agua no podremos aprovecharla, bien para agricultura o para consumo humano”, sentenció.
Para ello, abogó por recrecer las presas actuales. Además, justificó que Castilla y León dispone de una ventaja en relación a otros territorios, que “puede almacenar agua en cotas muy altas y por gravedad podría desarrollar regadíos sin demasiado gasto”.
También, el secretario general de UPA en la Comunidad, Aurelio González, destacó que el futuro “pasa por el regadío eficiente” y abogó por dotar de más presupuesto al sector “para terminar de modernizar, a pesar del esfuerzo ya realizado por las administraciones, Seiasa y los cultivadores”.
En síntesis, y en paralelo con Asaja y UCCL, consideró la necesidad de aumentar la capacidad de los embalse, “con nuevas presas y recrecer las actuales”. “Es triste y penoso ver en primavera tirar agua para evitar problemas y luego en verano tenemos dificultades. La sequía actual pone de manifiesto la necesidad de hacer más obras hidráulicas para recoger el agua”, esgrimió.
Críticas al Gobierno
La necesidad o no de la transformación de regadíos se ha puesto en valor, además, en las últimas semanas, cuando el secretario de Estado de Medio Ambiente, Hugo Morán, arremetió contra esta forma de cultivo como responsable de la falta de agua en España, lo que le ha costado severas críticas del sector, que vincula este extremo a la ausencia de lluvia.
A juicio de Dujo, las declaraciones de Morán son un “ataque más al medio agrario, al medio rural y al medio ambiente sostenible en el que creemos”. “Este hombre ya ha tenido más palabras desafortunadas en contra del sector y es desconocedor de la realidad productiva, el empleo y las necesidades que tenemos”, sentenció el responsable de Asaja, quien reclamó su cese por parte del presidente del Gobierno, Pedro Sánchez.
En la misma línea, González Palacín afeó estas palabras, una “metedura de pata más de otras muchas” del Ministerio para la Transición Ecológica. “La ha tomado con la agricultura y ganadería y somos el objetivo a batir: prohíbe la caza del lobo que provocará el abandono de muchos ganaderos y ahora dice que somos los responsables del consumo de agua”, criticó el responsable de UCCL, quien aclaró que en todo caso “nunca será un derroche, sino que se convierte en alimentos”, con lo que en un momento de crisis mundial son, prosiguió, unas declaraciones de una “irresponsabilidad alarmante”.
Por último, Aurelio González cargó contra la “nueva bufonada” de Morán, al que criticó por ser, “una vez más, la correa de transmisión de las ideas más peregrinas de determinados grupos ecologistas, que en los últimos días han apuntado que si hay sequía en este país no es por la ausencia de lluvias sino por los regadíos”. “Son un error esas palabras”, tachó González, quien señala que un responsable público representa “a todos no pude decir eso”.
Además, defendió que los regadíos “siempre han respetado el agua para la población” y “nunca se ha priorizado el riego por encima del consumo humano”. Igualmente, instó a Morán a “trabajar por arreglar el problema” con soluciones como, por ejemplo, incrementar el almacenamiento de agua para invertir en nuevos regadíos que garanticen la alimentación”. “Sus palabras significan lo mismo que si invitan a dejar de comer si hay escasez de alimentos”, concluyó.