La Plataforma NAC (No a la Caza) salió hoy a las calles de siete ciudades de Castilla y León (todas las capitales de provincia a excepción de Zamora y Soria) para pedir el fin de la actividad cinegética con perros. En total, son 47 las poblaciones españoles que han respaldado la convocatoria y 27 internacionales, una reivindicación que se desarrolla desde 2010.
Este foro sale a las calles cada fin de temporada de caza en febrero. Este año con una reivindicación clara: los perros usados por los cazadores deben estar incluidos en la Ley de Bienestar Animal estatal. Para NAC, la decisión en el último momento de excluir a estos animales les deja en una “indefensión total” y en una situación “peor que la anterior a la normativa, ya que los cazadores ahora se sienten con más poder”. “Sabemos que se puede legislar”, explica la plataforma, “ya que por un momento estuvieron en el borrador y los sacaron. Sabemos que es posible, sólo falta voluntad política y valentía para enfrentarse al lobby de la caza”.
Desde hace catorce años, el colectivo sale a la calle para mostrar el rechazo a la caza, al coincidir con el final de la temporada con galgo o podenco, al ser “descartados” al final de la temporada, “siendo abandonados, asesinados o manteniendo a los animales en situaciones terribles”, según explicó la plataforma.
Precisamente estas razas son de las más afectadas, pero también otras como perros de presa, bretones, bracos, setter, pointers, mastines, sabuesos, etc. Por todo ello, NAC insiste en “pedir una ley de protección animal estatal que proteja a todos los animales, incluidos los perros denominados para la caza, animales silvestres y especies cinegéticas”. “Todos los animales deben estar protegidos por la ley, sin excepción. Esto implica también una presión social hacia los partidos políticos, que deben evolucionar y crear leyes más acordes a los deseos y necesidades de la sociedad actual”, apuntaron fuentes de NAC.
La organización, que reúne a cientos de activistas tanto a nivel de organizaciones como individual, pone el foco también en la “situación límite” que viven los animales objeto de caza. “La grave sequía que afecta a casi toda España pone en jaque a los animales silvestres. A esto se suma el acoso y la captura de las especies cinegéticas por parte de los cazadores. Las instituciones deberían tener en cuenta esta situación que afecta a la biodiversidad de forma directa y proteger a aves y mamíferos de la actividad cinegética”, apuntaron.