Se ha convertido en la mayor empresa productora de quesos y derivados lácteos de España tras alcanzar los 75 millones de kilos de este producto. Con presencia en más de 45 países y una trayectoria imparable, el grupo que dirige Antonio Martín (Zamora, 1947), con sede en Valladolid, es hoy un referente de empresa familiar que ha encarado la pandemia sin sobresaltos. No en vano, Entrepinares prevé cerrar el actual ejercicio con una facturación cercana a los 410 millones de euros, lo que supone un 6,21% más que en 2020.
"Nuestro modelo de éxito se basa en una constante inversión en los procesos de producción y en haber sabido estar muy bien posicionados en la distribución", señala José Manuel García Bejines, Consejero Delegado de la empresa.
Entrepinares se funda en 1984 con la apertura de una primera fábrica en Valladolid, y hoy son siete con las que cuenta el grupo en toda España: tres en Castilla y León, dos en Galicia, y una tanto en Madrid como en Castilla La Mancha.
Año y medio después del estallido de la pandemia y con un tejido empresarial que según datos de Cepyme no se ha recuperado aún, Entrepinares reforzó su plantilla con 119 nuevas contrataciones en los dos últimos años hasta los 1.030 trabajadores con que cuenta hoy, en un momento delicado con alta precariedad en los contratos de trabajo y una tasa de paro nacional que ronda el 15%.
Mientras el gasto medio por hogar de los españoles, sin incluir alquileres, sufrió una caída del 14,4% en 2020, el relativo al consumo de alimentos y bebidas no alcohólicas subió casi un 7% interanual empujado por un confinamiento y una tasa de desempleo que condenó al resto de productos que no fueran de primera necesidad. Un cambio en el patrón de consumo que benefició, en este caso, a empresas como Entrepinares.
Alianza con Mercadona
Entrepinares fue de las primeras industrias en apostar por convertirse en interproveedor de Mercadona allá por el año 2000, con el riesgo que eso conllevaba hace más de 20 años: prácticamente la totalidad de la producción se vendería en exlcusiva en los 400 supermercados que Juan Roig tenía repartidos por toda la geografía nacional por entonces y que hoy ascienden a 1.641. "Aquella alianza disparó nuestra marca y hoy podemos decir que supuso un crecimiento aproximado del 8% en nuestra cifra de negocio", señala García Bejines.
Una vez que el máximo responsable de la firma valenciana decidió extinguir la figura del interproveedor, Entrepinares se convirtió en proveedor con trato especial, estableciendo con Mercadona una relación de confianza mutua que sigue aportando valor a ambas compañías.
Sostenibilidad e inversión
En una Comunidad con un grave problema de despoblación -el 76% de los municipios están en situación de despoblación grave o muy grave-, son los ganaderos y las explotaciones locales quienes permiten fijar población en esos entornos rurales.
"Recogemos 450 millones de litros de leche anuales de las explotaciones de más de 1.300 ganaderos. Toda la materia prima con la que producimos nuestros quesos y derivados lácteos proviene de nuestra geografía nacional", algo que García Bejines considera fundamental para no romper la cadena de valor entre ganaderos y el producto que llega a los hogares de toda España. "Apostamos desde el primer momento por recoger la materia prima de las explotaciones más cercanas a nuestros centros de producción, reduciendo así la huella de carbono".
Entrepinares toma sus decisiones estratégicas "teniendo en cuenta dónde estamos. Nuestro apego a Castilla y León influye decisivamente a la hora de adoptar una medida u otra, y eso genera valor a toda la cadena productiva de la región. Algo que nos diferencia de otras industrias lácteas cuyas decisiones se toman en centros fuera de esta Comunidad", señala el consejero Delegado de la firma quesera. "O ponemos en valor la industria local, o nos exponemos al desabastecimiento", advierte.
Con una inversión que asciende a 130 millones de euros en los últimos cinco años, destinada en su mayor parte a mejorar la tecnología necesaria para competir en calidad, Entrepinares apuesta por la digitalización de forma global. "Es la palanca transversal del negocio junto con la de la sostenibilidad para lograr ser más eficientes", indica.
Una digitalización que se plasma en una constante mejora de la tecnología para incrementar el valor productivo, el resgistro de todas las operaciones y movimientos del producto, así como la implantación de programas que han mejorado la productividad del trabajador a través de una comunicación interna con la que está mejor informado en todo momento respecto al día a día de la compañía.
Exportaciones al alza
El alimento que produce Entrepinares cuenta con un especial handicap a la hora de abrir mercado en el extranjero: "el queso es un producto muy regional y en casi todas las partes del mundo tienen desde tiempos muy remotos sus propios quesos, muy enraizados con la población y con un gusto muy específico", explica el consejero delegado de la Compañía. No obstante, la firma castellano y leonesa está presente ya en 45 países -entre ellos China, Taiwán, EEUU, Gran Bretaña o los Países Bajos- y las exportaciones van cogiendo peso en la cifra de negocio, situándose actualmente en el 15% del total.
El grupo trabaja en la consolidación de nuevos productos acorde con su plan de diversificación puesto en marcha en 2005, a través de sus plantas de producción de vino y AOVE en Medina de Rioseco (Valladolid), así como tras la adquisición, en 2019, de una bodega y viñas de la DO Ribera de Duero, cuyo primer vino saldrá al mercado a finales de este año.