Este proyecto de la compañía, al que tuvo acceso Ical y que ya ha pasado por el Consejo de Administración de la operadora, prevé la instalación paulatina de 46 plantas en distintas fases, con una inversión de 233 millones y un potencial de 390 MW, de forma que Castilla y León aportará un cuarto de la energía fotovoltaica total.
Estos parques se instalarán en los terrenos próximos a las vías de alta velocidad con el fin de que Renfe pueda generar energía eléctrica a través de instalaciones de placas fotovoltaicas, lo que requiere que los trabajos salgan a licitación y se adjudiquen, según precisaron fuentes de la compañía, que recalaron que la actuación sigue en marcha en un momento en el que la energía marca precios máximos.
En concreto, la operadora estima que el autoconsumo le permitirá hacer frente a la subidas al sustituir el precio de compra por el coste de producción de la energía fotovoltaica, que estima es un 50 por ciento inferior al precio de mercado. De hecho, en 2021, la empresa contempla un impacto importante de esta variable en su cuenta de resultados, al crecer en 71,4 millones el gasto en energía de tracción en el AVE, al pasar de 95 millones en 2019 a 166,6 en 2021.
Por tanto, Renfe estima que los beneficios del proyecto de plantas fotovoltaicas oscilarán entre los 40 y los 85 millones anuales, dependiendo del precio de la energía de mercado. Además, mejora la competitividad de este modo de transporte con respecto al avión o la carretera y supone un paso más en la apuesta por la sostenibilidad y la eficiencia energética.
Actualmente, el 80 por ciento de los tráficos que realiza Renfe se hacen en trenes eléctricos, y el 100 por 100 de la electricidad consumida procede de fuentes renovables certificadas en origen. Además, es el primer consumidor final de energía renovable en España, con más de un 2,6 por ciento del total de España.
La tracción ferroviaria es responsable del 93,6 por ciento del consumo energético global de Renfe, siendo la electricidad de tracción la principal fuente de consumo, con más del 80 por ciento. Globalmente, los trenes que más energía consumen son los de Cercanías, seguidos de los de Alta Velocidad-Larga Distancia y los de Mercancías. El 6,4 por ciento del consumo restante corresponde a las instalaciones de la compañía, divididas a su vez en los talleres de reparación y mantenimiento (3,43 por ciento), las estaciones de Cercanías gestionadas por Renfe (2,53 por ciento) y las oficinas (0,41 por ciento).
Otras experiencias
El proyecto de las plantas fotovoltaicas está en sintonía con los desarrollados por los grandes grupos europeos de ferrocarril, que disponen de empresas independientes para la gestión de la energía, como SNCF Energie en el grupo francés SNCF o Netze Energie en el caso de la germana Deutsche Bahn. También se han adentrado en esta opción la austriaca ÖBB, la suiza SBB -ambas son propietarias de plantas hidroeléctricas en sus respectivos países- y la belga SNCB, que gestiona un parque eólico en consorcio con el gestor de infraestructuras belga y con otras empresas.