¿Qué se hace con las gigantescas palas de un molino de viento cuando ya no sirven? Si bien según datos de la AEE (Asociación Eólica de España) no consta que haya cementerios de palas en Castilla y León, las imágenes tomadas por un periodista de Bloomberg que mostraban uno de estos vertederos de aspas en EEUU dieron la vuelta al mundo y causaron indignación en las redes sociales: el reciclaje de estas palas era la asignatura pendiente de unas estructuras que, paradójicamente, están diseñadas para mejorar la sostenibilidad del planeta.
La transición a una economía verde ha ido incorporando al paisaje cada vez un mayor número de gigantescos molinos de viento por toda España. Unos aerogeneradores que producen el 21% del total del mix energético y que tienen una vida útil media de 25 años.
Estos molinos de viento producen energía verde, pero ¿qué se hace cuando ya no son operativos? ¿Cómo se reciclan unas palas que de media miden 20 metros de largas y cuyo diseño y fabricación están orientados a soportar vientos huracanados? El reciclaje de estas palas es uno de los retos a los que se enfrenta esta industria verde.
Este reciclaje tiene un valor de mercado superior a los 250 millones de euros sólo en las labores de desmantelamiento, y de otros 300 millones en el valor de los componentes de los aerogeneradores, así que hay quienes ya han visto en esta economía circular un importante nicho de negocio.
La Agenda 2030 y los ODS (Objetivos de Desarrollo Sostenible) fijados por la ONU, marcan no sólo tendencias de consumo sino, además, empresariales. Al albor de esta nueva economía nacen nuevos modelos de negocio para cubrir nuevas demandas del mercado de las energías verdes, en este caso, la del reciclaje de estos molinos de viento.
Castilla y León, líder en potencia eólica instalada en España, es la comunidad que alberga la primera empresa española de reciclaje integral de estas infraestructuras. Nace así Gira Wind (Gestión Integral de Reciclaje de Aerogeneradores), ubicada en la localidad soriana de Almazán. Una Compañía (a través del holding Naturgy y Caja Rural de Soria a través de Ruralia) que permitirá el reciclaje integral de los primeros parques eólicos cuya antigüedad será de 25 años entre 2023 y 2025.
El proyecto cuenta, además, con la participación de dos empresas industriales castellano y leonesas: Posteléctrica Fabricación, del sector del reciclaje de materiales; y Huso 29 Renovables, dedicada a la instalación y mantenimiento de parques eólicos.
Jesús Chapado, director de Innovación de Naturgy, explica a EL ESPAÑOL-Noticias de Castilla y León, las previsiones que manejan para esta primera planta de Gira Wind nacional ubicada en Soria: "Estaríamos hablando de unos 3.000 aerogeneradores cuya antigüedad será de 25 años entre 2023 y 2025 en España y que, por tanto, serían potencialmente reciclables al haber concluido su vida útil. Se trata de máquinas con una potencia de hasta 0,66 MW, y cuyas palas tendrían un peso de hasta tres toneladas. Pero si tenemos en cuenta el período 2006-2030, estaríamos hablando de unos 7.000 aerogeneradores con más de 25 años de antigüedad". Unas cifras que dan cuenta del negocio que supone el reciclaje de estas infraestructuras.
Castilla y León es la comunidad autónoma con más potencia instalada de España "y la primera que tiene que abordar la repotenciación y renovación del parque actual, por lo que la ubicación de Gira Wind en Almazán es estratégica", añade Chapado. Se disputará junto a los otros dos proyectos ya iniciados por otras compañías, ubicadas en Navarra y León, el reciclaje de estos gigantes de viento para que no acaben bajo tierra.
En España, con 1.265 parques eólicos y según datos de la Asociación Empresarial Eólica (AEE), hay 27.446 MW de potencia acumulada por lo que la energía eólica ha sido la segunda fuente de generación eléctrica peninsular en España en 2020.
Castilla y León, con 272 parques eólicos, lidera la producción energética procedente del viento en España (1.260 parques), pero con la nueva potencia eólica subastada en enero y octubre de este año se pondrán en marcha otros 3.256 megavatios antes de octubre de 2024 en todo el país. El negocio del reciclaje de estos molinos de viento, está asegurado.
¿Qué se hace con las palas?
En España hay casi 65.000 palas aprovechando la energía cinética producida por el viento. Con una vida útil que oscila entre los 20 y los 25 años, estas palas están compuestas de madera de balsa en un 40%, de resinas y fibras en un 35%, metal en un 15% y otros materiales como el poliuretano en un 10%. Pero ¿qué se hace con ellas cuando ya no sirven?
La empresa Gira Wind comenzará su actividad de investigación, desarrollo e innovación para este reciclaje en la planta que ha aportado Ruralia (socio de la Compañía) ubicada también en Soria. Será la primera empresa española dedicada a este proceso de economía circular de forma integral, en unas instalaciones de 7.500 m2 para el acopio y clasificación de los materiales y componentes, una nave industrial de 4.500 m2 que albergará los procesos de I+D+i en corte, triturado, tratamiento químico y térmico, y una oficina de 600 m2.
El director de Innovación de Naturgy calcula que "a corto plazo podremos recuperar de las palas un 35% de los materiales de segunda vida (madera, metales y fibra de vidrio) y alcanzaremos el 70% en el periodo 2026-2030".
Además, "las maderas podrán ser utilizadas en aplicaciones de encofrados para construcción o para la fabricación de muebles, y las fibras de vidrio se podrán comercializar en sectores naval o automóvil, o incluso en la fabricación de materiales de construcción como el hormigón o el asfalto", añade.
Respecto a la recuperación de las turbinas, Chapado calcula que "entre el 5% y el 10% de los aerogeneradores de 450 kW a 650 kW podrán reutilizarse tras un reacondicionamiento sencillo".
El plan de negocio de la empresa recoge que en el periodo 2023-2030 se desplegará al menos una planta industrial en cada una de las comunidades autónomas donde Gira Wind desarrolle sus actividades comerciales.
Otras empresas, como GE Renewable Energy, trabajan en el reciclaje de estas palas para convertirlas en cemento, lo cual permitiría una reducción de casi el 30% de CO2 con respecto a la fabricación tradicional de este material de construcción.
En la actualidad y tras la polémica desatada en torno a los llamados cementerios de palas, lo cierto es que su reciclaje de los parques eólicos abre la puerta a un área de negocio prácticamente virgen acorde con la Estrategia Española de Economía Circular 2030 para que los recursos y materiales utilizados en la industria se mantengan útiles en la economía el mayor tiempo posible.