Allá por 1994 un soñador grupo de ingenieros liderado por el profesor de la Universidad de Valladolid José Ramón Perán inició una apasionante aventura que daría a luz al Centro Tecnológico Cartif (Centro de Automatización Robótica y Tecnologías de la Información y la Fabricación) con el noble objetivo de “transformar las buenas ideas en realidades” y “acelerar la transferencia de tecnología de la universidad a la sociedad”. Hoy, casi treinta años después, Cartif es un referente en investigación y desarrollo: el centro tecnológico más importante de Castilla y León y el sexto en España, según el ránking elaborado por el Ministerio de Ciencia e Innovación.
Lo cierto es que pocos saben que en un imponente complejo rodeado de pinares en el que fuera centro neurálgico de la investigación y el desarrollo de Castilla y León, el Parque Tecnológico de Boecillo, más de 200 ingenieros ponen todo su talento al servicio de la innovación en áreas tan diversas como la industria, la energía, el ambiente y la biotecnología. Al mando continúa, incombustible, el profesor José Ramón Perán, doctor Ingeniero Industrial, doctor en Ciencias Físicas y licenciado en Ciencias Económicas. Es además Premio de Física Real Sociedad Española de Física de la Fundación BBVA, y durante treinta años fue director de las factorías de carrocerías y mecánica y director Industrial de Renault.
A sus más de 80 años, la deslumbrante trayectoria del profesor Perán y su inteligencia privilegiada siguen siendo el principal reclamo para los jóvenes investigadores que quieren formar parte de un proyecto pionero que ha convertido a Valladolid en un referente laboral a tener en cuenta para hacer carrera en la investigación. José Ramón Perán ha sabido rodearse de los mejores, jóvenes talentos que abastecía la propia Universidad de Valladolid, savia nueva llena de energía e ideas que hoy conforma el capital humano más valioso de Cartif. Prueba de ello es el reciente nombramiento del subdirector, Sergio Sanz Hernando, ingeniero industrial y máster en Ingeniería de Sistemas y Automática que representa el futuro con mayúsculas de la tecnológica y que lleva más de veinte años desarrollando su carrera profesional en Cartif, en áreas como energías renovables, pilas de combustible, eficiencia energética en la edificación y Smart Cities.
Hace apenas unos días Cartif daba a conocer públicamente los que han sido los mejores resultados económicos de su historia: el 2022 acabó para el centro con un histórico retorno económico de 12,3 millones de euros, de los cuales 4,7 lo fueron de proyectos internacionales competitivos, uno proveniente de proyectos nacionales de igual naturaleza y 2,9 de proyectos regionales. Además, 3,7M€ proceden de contratos privados con empresas. La prueba fehaciente de que la investigación y la innovación son rentables económicamente.
Visitamos el centro Cartif en el otrora pujante parque tecnológico vallisoletano, propiedad de la Junta de Castilla y León, que desde la gran crisis financiera de 2008 ha perdido gran parte de su esplendor y un número importante de las empresas que allí desarrollaban su actividad. Cartif fue una de las primeras en asentarse en este complejo de 110 hectáreas enclavado en plena tierra de pinares, a solo 15 kilómetros de la capital vallisoletana, que sólo admitía empresas innovadoras de base tecnológica para ocupar sus parcelas. Allí, Cartif cuenta con dos edificios fruto de su exponencial crecimiento, que ha sido inversamente proporcional a la mengua del parque. Puede decirse que Cartif es uno de los corazones cuyo latido mantiene con vida al propio complejo.
"La investigación en España es gratis"
En sus instalaciones investiga y desarrolla proyectos de I+D+i con la misión de generar conocimiento tecnológico y ofrecer soluciones innovadoras a las empresas para poder mejorar sus procesos, sistemas y productos o sistemas finales, mejorando su competitividad y creando nuevas oportunidades de negocio. Un factor de modernización estratégica para la supervivencia y crecimiento del tejido económico de Castilla y León, a cuyas empresas ofrece sus servicios, pero también para cualquier industria de cualquier lugar de España y de cualquier sector: “La investigación en España es gratis”, afirma tajante José Ramón Perán, quien insiste en señalar las elevadísimas deducciones fiscales de las que se benefician la investigación y el desarrollo en nuestro país.
“Hemos ido recogiendo las demandas y yendo como misioneros a las empresas para decirles que si no tienen equipo científico, nosotros sí”. El director de Cartif alerta de que la anticipación puede ser un factor decisivo en el éxito de las empresas: “Mientras las cosas van bien, los aspectos científicos pueden parecer irrelevantes; pero ahora mismo en diez años cambia todo, la electrónica, la mecánica, la química… Las empresas se acomodan, tenemos que luchar contra esa mentalidad y hacer un diagnóstico tecnológico en busca de procesos de mejora basados en la innovación. Pueden progresar más rápidamente si tienen esa perspectiva tecnológica que nosotros tenemos”.
Y es que aunque algunos empresarios puedan pensar que la investigación y la innovación están fuera de su alcance, lo cierto es que Cartif invierte recursos importantes para adelantarse a la nueva tecnología y ofrecer a las empresas una solución a la medida de sus necesidades y retos, con soluciones específicas de propiedad compartida con la empresa. Soluciones concretas que difieren de los paquetes estándar que las multinacionales “modifican a precio de oro”.
“Tenemos dos formas de trabajar: o bien la empresa busca su solución y desarrollamos la I+D para ellos y les ayudamos a implantarla, o bien desarrollamos tecnología con un grado de desarrollo medio y damos el último paso con la empresa hasta el final”, explica Sergio Sanz, subdirector de Cartif.
El ámbito de actuación no tiene fin: energía, alimentación, industria, construcción e infraestructuras, salud y medioambiente, redes inteligentes, Smart cities, eficiencia energética, patrimonio, calidad de vida, economía circular, recursos naturales y biotecnología. “Casi todos los ámbitos ofrecen posibilidades de innovación”, explican.
En el proceso de crecimiento de Cartif, la expansión internacional era “imprescindible”. Y gran parte del éxito de la tecnológica castellana y leonesa viene de su participación el Programa Marco Europeo, “el mejor del mundo, por delante incluso de EEUU”, que permite trabajar con un horizonte de dos o tres años y un 100% de financiación, y en virtud del cual ha conseguido 28 nuevos contratos en régimen de libre concurrencia por un valor de 13,3 millones de euros. “Antes era impensable que una empresa española trabajara con una finlandesa, Bruselas decide y solo se aprueban los mejores proyectos”, subrayan.
En la actualidad, Cartif trabaja en importantes proyectos de desarrollo tecnológico que dan soluciones, por ejemplo, al gran problema medioambiental generado por el incremento exponencial de los residuos médicos generados por la pandemia; el desarrollo de nuevas tecnologías en los procesos de conversión de CO2 biogénico en bioproductos químicos; la identificación de los riesgos para la salud de la calidad del aire interior; el desarrollo de un sistema de impresión 3D de fachadas; la ayuda en la vida de personas mayores y dependientes a través de la robótica; arquitectura para el intercambio, gestión y procesado en tiempo real de datos de edificios; o los sistemas de gestión de redes de energía locales interconectadas.
"El reciclaje es lo más sensato"
Otro de estos proyectos es Free4Lib, que desarrolla una solución eficiente y sostenible para el reciclaje de baterías de litio-ion al final de la vida útil, que desarrolla un conjunto de herramientas innovadoras de tecnologías de IA (Inteligencia Artificial), un proyecto europeo en el que participan 18 socios. “El reciclaje es lo más sensato”, tanto de productos industriales como agrarios, apunta José Ramón Perán, quien subraya que los plásticos se han hecho “imprescindibles” y que la mayor parte de los que llegan al mar proceden de los neumáticos de los vehículos. También ofrece una reveladora y actualizada visión sobre la polución, que ya no procede tanto de los tubos de escape y las calefacciones como de las partículas procedentes, por ejemplo, de las pastillas de freno de los coches, y urgen a “atacar la quema de combustibles fósiles”.
“Me indigna el mundo de pobreza al que está llevando el vehículo eléctrico”
En este sentido, el profesor Perán se detiene a reflexionar sobre el futuro de la energía, y lamenta que “la ideología condiciona la técnica”. Y es que sostiene que al vehículo eléctrico “le faltan 50 años”, y explica que de los 90 millones de vehículos que se fabrican en el mundo solo hay capacidad para 17 millones de eléctricos. “Me indigna el mundo de pobreza al que está llevando el vehículo eléctrico, hay muchos oficios y empresas que se están perdiendo y se está generando pobreza. Se habló de una transición justa que no se ha producido”, denuncia Perán.
"Con la energía nuclear tendríamos una industria más potente que Francia"
En cambio, no aparta la utilización de la energía nuclear, con la generación de residuos cada vez menos radiactivos, y de hecho cree que si España hubiera culminado el Plan Energético Nacional, con una duración prevista de 1975 a 1985, que pretendía dar un fuerte impulso a todas las fases del ciclo del combustible nuclear y preveía 23 centrales en toda España, “tendríamos una industria más potente que Francia”. En cambio, “el coste de producción de un coche en España era el triple que en Francia; y la industria de la automoción suponía el 40% de la economía española”.
“Por kilovatio hora generado el número de muertos de la energía nuclear es la centésima parte que en las carboníferas, las petrolíferas, que en cualquier otra forma de generación de energía, incluso que en las renovables, porque también tienen sus problemas. Cada veinte años hay que cambiar las instalaciones y está por ver si pueden adaptarse a la naturaleza, porque perjudican a muchas especies protegidas”. Lo que está trasladando, a su vez, a una problemática en la sociedad por la ubicación de los parques.
Perán ve “prácticamente imposible” el Corredor de Hidrógeno Verde
Mientras se clarifica el horizonte del mix energético que permitirá un sistema más sostenible en España, Cartif vuelca parte de sus esfuerzos en la innovación en la gestión del sistema eléctrico, “que se está convirtiendo en algo muy complejo de gestionar”, con parte de la energía procedente de las renovables que no se puede consumir o es difícil de almacenar y la incógnita del Corredor del Hidrógeno Verde, un anhelo faraónico “prácticamente imposible” de llevar a cabo por su elevadísimo coste y la dificultad de transportar la molécula más pequeña del mundo.
En definitiva, el centro de investigación de Cartif abarca la práctica totalidad de las áreas de la ingeniería y la ciencia, y con casi tres décadas de historia a sus espaldas, mira al futuro con el aval de una trayectoria de éxito: “Nos anima mucho que las empresas entiendan que la innovación es lo más rentable que pueden hacer, y quisiéramos llevarles ese espíritu, porque la competencia es muy fuerte. Debemos mantener la estructura de centros tecnológicos, Castilla y León no se puede permitir el lujo de perderla”.