Iberdrola reafirma su apuesta por la descarbonización con el despliegue de su primera red de calor en Palencia. La compañía prevé invertir cerca de 36 millones de euros en la implantación de una red de distribución de calor para el suministro de calefacción y agua caliente tanto para comunidades de propietarios como industrias y edificios de la administración.
Esta forma de obtener agua caliente y calefacción, que cuenta con una mayor eficiencia energética y económica y que estará operativa en 2024, se convierte en una alternativa mucho más limpia, segura y eficiente para los usuarios que las generadas con gas o gasoil y, además, no supone inversión alguna para el cliente final ya que la conexión tiene coste cero y solo pagará la energía consumida.
“Este proyecto servirá para acelerar la descarbonización de los servicios de calefacción y agua caliente sanitaria (ACS), ayudando a tener un aire más limpio en el entorno y una factura energética en los hogares más reducida y no sujeta a los vaivenes de los precios que sufren los combustibles fósiles a nivel internacional. Además, mediante la conexión a la red de la industria local, bien para aportar su calor residual o para consumir calor de la red, o ambas cosas, se contribuye de forma decidida a la eficiencia energética y economía circular”, subraya Celiano García, director Comercial de Iberdrola en Castilla y León.
Los consumidores de esta red de calor podrían ahorrar hasta un 20 o 30% en su factura energética, pudiendo quedar garantizado el ahorro frente al sistema al que reemplaza por contrato y dejando el sistema antiguo como respaldo. Asimismo, con la puesta en marcha de este proyecto se evitará la emisión de aproximadamente 25.000 toneladas de CO2 al año.
La compañía cuenta con el apoyo del Ministerio para la Transición Ecológica y el Reto Demográfico, ya que la iniciativa ha sido seleccionada para recibir una subvención de 4,9 millones de euros del Programa de Incentivos a proyectos de redes de calor y frío que utilicen fuentes de energía renovable en concurrencia competitiva, en el marco del Plan de Recuperación, Transformación y Resiliencia –financiado por la Unión Europea– NextGenerationEU.
Una red de calor que abastecerá a 9.000 viviendas
La red de calor se alimenta de la energía renovable que tienen a su alrededor como el calor industrial residual, bombas de calor, geotermia, solar biomasa y cualquier tipo de energía disponible para suministrar agua caliente y calefacción a un complejo residencial o a una ciudad reduciendo emisiones y, por lo tanto, la contaminación.
El calor viaja desde una planta central en forma de agua caliente a través de un sistema de tuberías enterradas hasta llegar a una subestación que organiza el traspaso de la energía al circuito interno de los edificios. Se trata de una actividad que en España cuenta con muchas oportunidades de crecimiento.
Con esta primera red de calor en Palencia, una central de generación de origen 100% renovable abastecerá a 9.000 viviendas por medio de este sistema de tuberías de aproximadamente 25 kilómetros que compondrá la red impulsión/retorno de la instalación centralizada que conectará la central con los edificios e industrias adheridas. Además, la red de calor contará con un depósito de almacenamiento de 10.000 m3 que permitirá desacoplar la producción de la demanda de calor.
Además de las ventajas para los usuarios, que dispondrán de un control inteligente de la energía de los edificios, mejorando su calificación energética, y contarán con un sistema más simple de agua caliente y calefacción, que mejorará la fiabilidad frente a los tradicionales, también sale beneficiado el resto del entorno donde se desarrolla y el medio ambiente, ya que se aprovecha el excedente energético para producir calor mejorando la eficiencia y la economía local y se reducen las emisiones de CO2 y polución del entorno.
Reducir las emisiones de CO2
La calefacción en los hogares en Europa es responsable de cerca del 36% de las emisiones de CO2. En este contexto, la Comisión Europea ha marcado como objetivos reducir las emisiones en al menos un 40% en 2030, respecto a los niveles de 2008, y en al menos un 50% en 2050.
La nueva generación de redes de calor se caracteriza por la integración de tecnologías avanzadas de almacenamiento de energía. En este caso, se utiliza un tanque de almacenamiento de energía para acumular el exceso de calor generado por las fuentes renovables cuando la demanda es baja. Este tanque permite almacenar el calor durante períodos de producción excedente y liberarlo cuando la demanda aumenta, lo que optimiza la eficiencia energética del sistema y garantiza un suministro continuo de calor a los usuarios, permitiendo una mayor flexibilidad en la gestión del suministro de calor y facilitando la integración de fuentes de energía renovable intermitentes, como la energía solar o eólica, en la red de calor.