Poco queda ya para que finalice la campaña de recogida de la patata en Castilla y León. Las organizaciones profesionales agrarias estiman que la Comunidad, la mayor productora de patata de España con una cuota de casi el 40% y alrededor de 17.000 hectáreas cultivadas, podría cerrar con una producción superior a las 800.000 toneladas registradas en 2021.
Un alimento que el año pasado superó en Castilla y León los 3.000 millones de euros en exportaciones, según datos del propio Ejecutivo regional.
Pero ¿cómo es posible mejorar un producto que ya de por sí es excelente y de qué manera el campo puede subirse a la revolución 4.0 para mejorar sus procesos y resultados?
La clave está en la innovación y en la agricultura de precisión que permite un uso más eficiente del agua, de los recursos y dar con cultivos más resistentes a plagas o sequías. Y en este contexto, Valladolid cuenta desde el pasado mes de marzo con la fábrica de patatas más moderna de Europa tras una inversión que supera los 36 millones de euros. Una planta que fue inaugurada por el presidente del Ejecutivo regional, Alfonso Fernández Mañueco.
Se trata de una inversión que el CEO de Patatas Meléndez ha llevado a cabo consciente de la necesidad de transformar esta industria para competir en un mercado dominado por Francia, Bélgica y Alemania.
Con un consumo per cápita de patata se ha situado en 26,4 kilos por persona y año en España y en casi 24 kilos en Castilla y León, según el último informe del consumo alimentario en España del Ministerio de Agricultura, Pesca y Alimentación (MARM), el mercado exige cada día mejores producciones en todos los sentidos: una patata 'perfecta'. ¿Es posible disponer de una patata perfecta y todo el año?
Vector de innovación como vector de competitividad
La innovación y el desarrollo tecnológico están acelerando una revolución agraria que permite obtener mejores rendimientos y cultivos a través de la utilización previa de macro datos, la visión artificial y la inteligencia artificial.
En este sentido, la fábrica de Patatas Meléndez en Medina del Campo (Valladolid) ha conseguido adelantarse al resto del sector y marcar el camino de la productividad y la excelencia aplicando los últimos avances tecnológicos que hacen de esta planta una de las fortalezas industriales sin precedentes del sector en España.
Todo ello en un contexto de incertidumbre económica debido a los elevados costes de producción y la pérdida de poder adquisitivo de las familias, que obliga a dar un paso adelante en el sector productor y trasformador. Conseguir una 'patata perfecta' sin perder competitividad pasa porque la industria sea capaz de producir mejor y con mayor eficiencia.
Sergio Calvo, CIO de Patatas Meléndez, explica que en esta planta de 21.000 metros cuadrados "se aplica la tecnología IT para que la transformación digital vaya en comunión total entre los sistemas de gestión de producción y almacenamiento inteligentes, y sistemas de extracción de datos". De esta forma, un vector de innovación pasa a ser un vector de crecimiento y competitividad para hacer frente a los desafíos del sector en la era de la digitalización y del big data.
"Se trata de tener una trazabilidad desde que se recoge la patata hasta que llega al plato. El objetivo es darle al cliente lo que pide y cuando lo pide". Para ello la tecnología es el aliado perfecto para llegar a disponer de una patata excelente.
Francisco Javier Pérez, responsable de Innovación en Patatas Meléndez, indica que "en base a los pedidos de los clientes, los sistemas de gestión inteligentes permiten gestionar las cantidades exactas", lo cual supone una eficiencia como nunca antes se había logrado en esta industria.
El control de toda la materia prima desde que se cultiva hasta que llega al cliente permite alcanzar un nivel de excelencia desconocido hasta el momento, en un país que mantiene un pulso histórico en calidad con Francia, principal productor de la UE.
"Cada saca de patata se identifica de forma individual con datos de origen, del productor, la unidad de origen y se identifica la cantidad de producto que solicita cada cliente", explica Calvo. El resultado es una optimización de todos los recursos además de dar respuesta por calidades a cada cliente al diferenciar de forma inteligente los distintos calibres y variedades.
"A la patata se le trata como si fuera una fruta, es decir, con la inversión que Patatas Meléndez ha hecho en esta nueva fábrica de Medina del Campo se evita cualquier impacto o golpe a lo largo de su proceso de lavado y enmallado, lo cual permite garantizar al cliente el mejor producto del mercado", añade.
Todo ello invirtiendo en obtener la patata más limpia, de mejor calidad y más cuidada del mercado, suavizando tanto las labores de calibrado como de transporte de este alimento por canales de agua, en vez de en cintas y en seco.
No obstante, la compañía ha conseguido reducir el consumo de agua en un 30% y su consumo energético en un 20% en todos sus procesos, conscientes de la necesidad de producir de forma más sostenible y eficiente.
La fábrica permite lavar 140 toneladas de producto por hora y envasar 175 toneladas la hora. La actual campaña la cerrarán con aproximadamente 60.000 toneladas comercializadas en Castilla y León.
Es la inteligencia artificial la que permite diferenciar y clasificar cada patata que entra en la fábrica en función de su categoría, distribuyéndolas en cada uno de los canales que les corresponden.
Toda esta eficiencia en el proceso de selección y tratamiento de la patata "repercute en el coste del producto lo cual beneficia tanto al agricultor como al consumidor final", subraya el responsable de Innovación de esta compañía.
Más seguridad para la plantilla y atracción de talento
Como toda revolución industrial (ya ocurrió en las anteriores) existen dudas acerca de cómo la innovación puede afectar al mercado de trabajo. Ocurre en todos los sectores, pero el progreso es imparable.
La aplicación del big data y de la IA han abierto nuevas oportunidades en todos los campos en los que se aplica (biomedicina, industria del automóvil, logística, etc.) y ha permitido que el sector productivo pueda 'adelantarse' a muchos errores de cálculo antes de tomar decisiones.
En este sentido, la revolución 4.0 está permitiendo "mejorar la seguridad de toda la plantilla de Patatas Meléndez, con la reducción, por ejemplo, de hasta en un 80% en el tráfico de carretillas pilotadas en los interiores y exteriores de la fábrica, así como atraer talento joven y muy cualificado que permitirá hacer crecer aún más la compañía", indica Calvo.
Nuevos empleos que contribuirán no sólo a mejorar los resultados de las compañías y del propio agricultor sino, además, el producto final que llega a la distribución y al cliente final.
La robotización de la planta permite situar a Valladolid entre las grandes apuestas del futuro europeo del sector de la patata, en un mercado muy competitivo que no puede quedarse atrás si Castilla y León quiere seguir manteniendo su perfil estratégico en el sector.
La clave pasa por crecer y hacerlo de forma inteligente, sostenible y con visión a largo plazo. Estableciendo las alianzas necesarias para fortalecer su presencia e influencia en los mercados.
No en vano, la compañía que dirige Javier Meléndez ha incrementado su presencia y cuota de mercado no sólo en territorio nacional (donde ya opera con el 20% del total), sino también en el exterior con apuestas estratégicas como el acuerdo que cerró en 2022 con Pom' Alliance. Una firma que le supuso al empresario vallisoletano entrar en un mercado clave dado que el consumo de patata en Francia es muy superior al de España y del país galo provienen ocho de cada diez patatas que importa nuestro país. Además, en esta joint venture la empresa castellana y leonesa tiene el 51%, lo que supone un hito español en el mercado francés.
Tras dar el salto a Francia, abrió mercado en Portugal bajo el sello Batatas Meléndez y adquirió el 100% de la gallega Patatas M. Prado Mazaira SL a la que ha dado un fuerte impulso manteniendo, además, el 100% de la plantilla y permitiendo así a la empresa vallisoletana ofrecer patata gallega a todos sus clientes.
Con una tecnología capaz de controlar de principio a fin todas las órdenes de producción, la compañía presidida por Javier Meléndez consigue adelantar las decisiones a los distintos escenarios productivos, lo cual supone un paso gigante para el crecimiento de la empresa y del sector.
"Al minimizar el error humano a través de la tecnología llevándolo casi a nivel cero, se consigue disponer de una patata casi perfecta capaz de competir en mejores condiciones en todos los mercados y mejorar los resultados de todos los profesionales de la cadena de valor desde el mismo agricultor", concluye Pérez.