El robot creado en Castilla y León que puede autogestionar plantas fotovoltaicas

El robot creado en Castilla y León que puede autogestionar plantas fotovoltaicas Iberdrola

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El novedoso robot creado en CyL que es capaz de gestionar plantas fotovoltaicas y hasta desbrozar vegetación

Iberdrola, junto a una tecnológica salmantina, ha puesto en marcha este dispositivo en su planta de Villarino

12 marzo, 2024 10:40

Iberdrola, de la mano de la tecnológica salmantina Arbórea Intellbird, creadora de Aracnocóptero y Antecursor I, ha puesto en funcionamiento un innovador robot, llamado Antecursor II que es capaz de gestionar de manera remota y sostenible las plantas fotovoltaicas. Incluso puede desbrozar la vegetación para evitar que afecte a las placas. Lo ha hecho en la planta solar de Villarino.

Este novedoso dispositivo opera de manera autónoma en cualquier parte del mundo gracias a la cobertura de la red 'Starlink'. Además, funciona exclusivamente con energía eléctrica renovable. 

"El revolucionario vehículo autónomo, de 285 kg de peso, es completamente eléctrico y está construido con aleaciones aeroespaciales. Basado en distintas patentes de Arbórea, combina tecnologías de vanguardia para facilitar la integración de las plantas fotovoltaicas en su entorno natural, reducir los riesgos de incendio y evaluar los daños sin necesidad de desplazarse sobre el terreno, lo que redunda en una mayor eficiencia y una reducción muy notable de costes y emisiones de CO2", ha subrayado Carlos Bernabeu, CEO de Arbórea Intellbird.

La empresa tecnológica, que presta servicio de inspección digital de las palas de aerogeneradores de Iberdrola, ha dado un paso más allá para llevar a cabo esta nueva plataforma de inspección autónoma de plantas solares.

El director de Iberdrola Renovables en Castilla y León, Fernando Martínez Riaza, ha subrayado que "este nuevo desarrollo de la salmantina Arbórea ha contado con la colaboración estrecha de Iberdrola Renovables, aplicando su experiencia como líder en el sector para testar de manera pionera esta nueva tecnología de inspección digital autónoma e inteligente, y que mejor que su puesta de largo fuese en nuestro primer proyecto fotovoltaico en Salamanca, la planta Villarino, ubicada en el término municipal de Villarino de los Aires con una potencia de 50 megavatios (MW), que genera energía limpia suficiente para abastecer a una población equivalente a más de 26.000 hogares, además, evitará la emisión a la atmósfera de 12.000 toneladas de CO2 al año".

Este robot permite crear un proceso de inspección para buscar anomalías térmicas, no únicamente en la parte superior de los paneles, sino también en todas las estructuras inferiores como protafusibles, presillas, cableado o grapas, que no pueden ser comprobadas por los medios aéreos.

Tiene una autonomía superior a las 30 horas y esto ayuda a la realización de inspecciones de la infraestructura fotovoltaica sin necesitar la intervención humana. Lo logra gracias a un juego de sensores termográficos de alta resolución que recogen miles de mediciones de la instalación cada segundo.

Todos estos datos digitales son procesados a bordo a través de un proceso de inteligencia artificial patentado por Arbórea, que se basa en una combinación de software y hardware inteligente desarrollado por ellos mismos. El sistema encuentra anomalías, las evalúa teniendo en cuenta las condiciones de la planta y reporta una identificación temprana de posibles puntos calientes. El resultado da que los técnicos de la empresa propietaria de la instalación reciben en sus móviles un correo con la alerta, la posición y una termografía con los valores de referencia.

El robot recorre la instalación continuamente. El monitorizado remoto continuo de las constantes vitales del robot permite detectar cualquier irregularidad de manera temprana y mantener continuamente actualizados todos los sistemas, por muy remoto que sea el enclave en el que operan.

Desbroce eficiente

Antecursor II lleva integrado un sistema de desbroce de la vegetación fabricado en base a materiales aeronáuticos para generar un fino triturado de la vegetación o 'mulching' y lo hace de forma limpia y muy silenciosa. Esta gestión vegetal 100% eléctrica evita la contaminación del suelo por aceites o combustibles, las emisiones de gases invernadero, el riesgo de incendio asociado a motores calientes o la rotura de paneles por proyección de piedras desde los sistemas tradicionales de desbroce de disco o filamento.

Este corte autónomo continuo fomenta el aumento de especies tapizantes, consiguiendo así un mayor control del polvo, tan pernicioso cuando se deposita sobre los paneles. La generación de una capa de vegetación basal evita la desertificación por escorrentías y favorece el mantenimiento de suelos vivos y por tanto el sostenimiento de la biodiversidad en las plantas fotovoltaicas.