El Presupuesto 2019 del Ayuntamiento de Salamanca aumenta un 6,5% los recursos del servicio de Ayuda a Domicilio para llegar a 195 usuarios más. Las cuentas municipales recogen una partida de 3,8 millones de euros, con la previsión de superar las 2.131 personas atendidas el año pasado.
Este servicio municipal carece de lista de espera, siendo mujeres el 67% de los usuarios, el 72% por dependencia y el 91% mayores de sesenta años. Además, las personas que pueden disfrutar de este servicio sin tener que abonar dinero debido a su situación personal ascienden al 44%.
La Ayuda a Domicilio es una prestación destinada a facilitar el desarrollo o mantenimiento de la autonomía personal, prevenir el deterioro individual o social y promover condiciones favorables en las relaciones familiares y de convivencia. De esta manera, se contribuye a la integración y permanencia de las personas en su entorno habitual de vida, evitando o retrasando mientras no resulte necesario el ingreso en centros residenciales, mediante la adecuada intervención y apoyos de tipo personal, socioeducativo, doméstico y/o social.
En primer lugar, se prestan atenciones de carácter personal, como higiene, aseo y vestido; ayuda a la movilidad dentro del domicilio, seguimiento de la medicación y alimentación, ayuda en la ingesta de alimentos, compañía y atenciones en el domicilio y con carácter excepcional acompañamiento nocturno.
En segundo lugar, atenciones de carácter doméstico, como limpieza y orden del domicilio, del mobiliario y enseres de uso diario, lavado y planchado de ropa, adquisición y preparación de alimentos, realización de compras, manejo de aparatos electrodomésticos y sistemas de calefacción.
Finalmente, se ofrecen ayudas de relación con el entorno, como el acompañamiento y realización en su caso de gestiones fuera del hogar, o ayuda a la movilidad externa, que garantice la atención e integración en su entorno habitual. También apoyo al descanso de la familia en su atención a la persona que necesite esta prestación, atención psicosocial en situaciones de conflicto y desestructuración familiar, apoyo socioeducativo para estimular la autonomía e independencia y apoyo a las relaciones intrafamiliares.
Las principales beneficiarias son personas de edad avanzada con dificultades en su autonomía personal y en condiciones de desventaja social, personas con discapacidad, menores de edad cuyas familias no pueden proporcionarles el cuidado y atención que requieren en el propio domicilio, permitiendo su permanencia en el mismo, y los grupos familiares con excesivas cargas, conflictos relacionales, situaciones sociales inestables o con problemas derivados de trastornos psíquicos o enfermedades físicas de gravedad.
El orden de prioridad para la recepción del servicio lo establece una comisión técnica de valoración siguiendo la normativa aplicable. Para determinar la cuantía de las tarifas, se tiene en cuenta la capacidad económica de las personas usuarias de los servicios, en función de la renta y del patrimonio, así como las cargas familiares.