Ritmos suaves, canciones bailables y que sirvieron para que el público vallisoletano disfrutara de una buena noche. ‘Amparanoia’, que abría los conciertos de la Feria y Fiestas de la Virgen de San Lorenzo, estuvo más que a la altura y consiguió que el público, sentado y con mascarilla, estuviera cómodo.
Y eso que era la primera prueba de fuego para saber si los vallisoletanos habían entendido el protocolo de las actuaciones de este año, a las que hay que acudir con la invitación retirada anteriormente. No hubo problemas. Como tampoco existieron en las calles adyacentes a la Plaza Mayor dónde la gente pasaba sin agolparse sabiendo las normas que estas fiestas hay que seguir debido a las restricciones por la pandemia.
La organización, al estilo de culaquier teatro, permite que no haya filas, ni grupos, ni peligro ningunjo. Al contrario, se ha convertido en una muestra perfecta de cómo hacer las cosas para que el COVId lo tenga complicado para acercarse. Al menos de momento. Hasta el domingo 12 de septiembre quedan 9 pruebas más.
En el concierto el grupo creado en el barrio madrileño de Lavapiés hace ya 25 años, supo como ganarse a la gente. Con Amparo Muñoz a la cabeza, la simpatía y el ‘buen rollo’ primaron durante todo el concierto en el que sonaron sus tradicionales canciones con otras nuevas.
Y sin estridencias. Solo con ese estilo personal que ha hecho a este grupo mantenerse en el panorama musical nacional durante un cuarto de siglo. Mucho tiempo y mucha música. Divertida. Consiguiendo una especie de dialogo con los asistentes que durante todo el concierto siguieron las actuaciones con buen humor y simpatía.
Además, la noche acompañó. Buena temperatura, sin amenaza de luvia y con nada de viento. Agradable para, aun sentados, pasarlo bien. Porque después de tanto tiempo sin música al aire libre en la Plaza Mayor, los que pudieron tener la fortuna de estar en allí simplemente querían eso: pasarlo bien.