Humanizar la asistencia sanitaria
Albert Jovell ha sido una de las personas más relevantes del Sistema Sanitario Público Español. Médico especialista en Medicina Preventiva, Doctor en Salud Pública y doctor en Sociología y Ciencias Políticas fue uno de los impulsores del concepto de humanización en la asistencia sanitaria en España.
Gran defensor y activista de la Sanidad Pública decidió compartir su experiencia como profesional y paciente por todo el mundo defendiendo los derechos de los pacientes y el valor de la humanización en medicina.
Escribió en su libro de “El médico social”, frases como: “He tenido dos carreras de medicina: la vertical como médico y la horizontal como paciente. En la vertical, ves la enfermedad, en la horizontal, la vives”, y en su proceso avanzado del cáncer que padecía manifestó: “Yo acepto que no me van a curar, pero me costaría aceptar que no me cuiden”.
Las reflexiones que realizó a través de conferencias, entrevistas artículos y libros deberían ser de obligada lectura para los profesionales sanitarios, pero especialmente para políticos y gestores sanitarios que tienen en sus manos la responsabilidad de gestionar nuestro Sistema Sanitario.
Se habla mucho sobre humanizar la asistencia sanitaria, incluso se nombran directores de humanización, que en la mayoría de los casos, desgraciadamente, solo sirven como imagen publicitaria o retórica del lenguaje político y que dista muchos de la realidad que vivimos en los centros sanitarios. Algunos gerentes aún no se han dado cuenta de que por mucha tecnología que se implanten en nuestros hospitales el trato humano y personal realizado por los profesionales sanitarios jamás podrá ser sustituido por máquinas de diagnostico o tecnología punta.
Digo esto porque es muy difícil desarrollar plenamente nuestro trabajo y prestar una atención adecuada, humanizada y de calidad con la presión que se viene ejerciendo desde la Gerencia y la Dirección de Enfermería del Complejo Asistencial de Salamanca contra el conjunto de trabajadores.
Las constantes actuaciones y declaraciones de la gerente del Complejo Hospitalario de Salamanca, Cristina Granados, sobre la situación sanitaria en Salamanca y de sus trabajadores muestran, una vez más, su más absoluta falta de respeto y consideración al conjunto de trabajadores, además de demostrar un total desconocimiento sobre conceptos tan elementales como calidad asistencial, humanización y seguridad del paciente.
Negar la evidencia con falsas estadísticas y medias verdades es burlarse de los usuarios y trabajadores que están soportando todos los días una fuerte carga emocional y física por no poder atender a los pacientes adecuadamente. En muchos servicios no se puede hacer las pausas legales de descanso que corresponden a los trabajadores, nos pasamos el año cubriendo incidencias de bajas y jubilaciones que no se sustituyen, perdiendo descansos que dificultan la conciliación de la vida laboral con la profesional, entre otros muchos problemas que ya se han denunciado repetidamente.
Hay que recordarle a la gerente y al consejero de Sanidad que los pacientes que acuden a los centros sanitarios no son sólo estadísticas, números, camas, diagnósticos o enfermedades. Son personas que requieren de unos servicios dignos, profesionales y humanos y que la Gerencia está obligada a proporcionar.
No se puede gestionar el Complejo Asistencial salmantino como si fuera una cadena de montaje o un producto industrial porque en los hospitales se gestiona salud. Gracias a su desastrosa gestión siguen creciendo las listas de espera, aún maquilladas; continúan los problemas de saturación en consultas y salas de espera; se siguen cerrando camas y empeora la calidad del servicio y las penosas condiciones laborales de los trabajadores sanitarios.
Todo ello está generando un clima de tensión insoportable que en muchas ocasiones desencadena enfrentamientos entre ciudadanos indignados por una situación que ellos no han generado y trabajadores sanitarios estresados por la sobrecarga de trabajo y sobre los que recae toda la responsabilidad, mientras que los verdaderos culpables de esta situación se esconden en sus despachos para no dar explicaciones a los usuarios.
Los acontecimientos surgidos estas Navidades, de los que ya estaba avisada la gerente, con brotes epidémicos de gripe, otras patologías propias de la estación invernal, y la bronquiolitis en la población infantil, que han saturado los servicios de pediatría teniendo que triplicar camas, mientras plantas enteras siguen cerradas, han llevado al hospital a una caótica situación donde ha faltado el más elemental respeto a usuarios y trabajadores, alejándonos, cada vez más, del trato que tanto pregonan los responsables sanitarios sobre la “humanización de la atención sanitaria” y que ha sido provocada por la incompetencia de nuestros responsables sanitarios y su falta de previsión y planificación para adoptar las medidas adecuadas.
Los sindicatos están denunciando constantemente esta caótica situación, pero la respuesta no puede quedar solo en la protesta sindical, sino en la unión de todas las fuerzas sociales para reorganizarse ante una situación insoportable de malestar y tensión.
Es importante y necesaria la unión de ciudadanos y profesionales para rescatar la normalidad en el Complejo Asistencial de Salamanca. En cualquier país serio, toda la dirección estaría destituida inmediatamente de su cargo. ¿Todavía alguien duda por qué se sale a la calle a pedir la dimisión de los responsables de este caos sanitario en Salamanca?
“Si queremos calidad en la Administración, debemos participar en ella día a día como usuarios: superemos el Estado de Bienestar en el que los políticos toman las decisiones e impliquémonos en la sociedad del bienestar, que todos cogestionamos”. (Albert Jovell)