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Opinión

Nos dice Juan de Mairena

23 enero, 2017 21:33

0. Con esta obra Antonio Machado nos plantea en forma de prosa o de prosa poética o de microensayo multitud de cuestiones de y sobre su época, sobre el ser humano y sobre cualquier tema que le haya importado alguna vez. Se considera que es un libro que está y es filosofía y es literatura, es decir, literatura-filosofía.

1.No podemos abarcar en un simple artículo toda la riqueza cognoscitiva que este título-obra encierra, pero si podemos adrede y al azar ir seleccionando algunos puntos, que quizás, nos puedan ir haciendo reflexionar, un poco, sobre la situación de nuestra sociedad y del hombre-mujer, porque aunque el tiempo de Machado no es el mismo que el nuestro, si puede que tenga algunas connotaciones similares, al menos los humanes no son-somos tan diferentes:

- Nos dice Juan de Mairena que la verdad es la verdad la diga Agamenón, o el porquero de Agamenón.

Pero si se me permite matizaré al genial Machado, le diría que es posible más, que sea más verdad la del porquero que la de Agamenón, pero a Agamenón le oirán cientos o miles o millones, y al cuidador de cerdos de Agamenón, a lo máximo unos cuantos y sus puercos o cerdos. Esta es la cuestión. Y es ésta la situación, me atrevería añadir, tanto en tiempos de las ciudades-Estado griegas, como actualmente en la era postmoderna estando pariendo un mundo globalizado.

- Se refiere a la generación del 98, “como aquellos veteranos que ya no sestean a la sombra de la iglesia” (Ib., pág. 240).

Es obvio que las grandes ideologías, empezando por los liberalismos del siglo diecinueve, desde la guerra de la Independencia española, pasando por los “comunitarismos” del siglo veinte, tienen un problema con el cristianismo. Porque hasta ahora en la Piel de Toro, al menos desde hace varios siglos, la ideología religiosa mayoritaria ha sido ésta. Cosa que se vislumbra ya en el horizonte que puede ir cambiando, no solo están abriéndose cada día más opciones, en número de personas, que podemos denominar agnosticismos-ateísmos-secularismos radicales, sino que están llegando y arribando otras confesiones religiosas de forma masiva.

¿Pero por qué, es la pregunta, no es posible encontrar un equilibrio y armonía, entre las diferentes ideologías seculares y la ideología religiosa? ¿Por qué “Sancho topamos con la iglesia”, diría el Quijote? ¿Por otro lado, todo Occidente, nos guste o no, está fundamentado en el cristianismo, o dicho de otra manera, fundamentalmente en Roma, Atenas-Esparta, Jerusalén, Kiev, y otras influencias…?

¿La metafísica occidental es en muchos sentidos la combinación de esas capitales, y otras en menor medida? ¿O dicho de otro modo, abolir el cristianismo, aunque se sea ateo, es cribarse-cercenarse la tierra de debajo de los pies, es decir, es dejar de fundamentar todas las ideologías seculares, incluso los movimientos que están en contra del cristianismo en Occidente tienen su fundamentación en parte, en el cristianismo…?

¿Hispania quizás no se arregle, no encuentre su lugar-tiempo, quizás nos podría haber dicho Juan de Mairena hasta que no sea capaz de poner a lo metafísico-religioso” en su lugar, pero en un lugar digno, respetuoso, en el cual tenga su espacio-presencia correcta, pero no defenestrarlo-ningunearlo-disminuirlo-ralentizarlo-marginarlo…? ¿Quizás, en los tejidos más profundos de esta tierra, no se hayan superado los conflictos de los monoteísmos que durante siglos estuvieron presentes, y eso es lo que sucede? ¿Pero Juan de Mairena no me contesta a estas cuestiones…?

- “Hemos oído alguna vez que es el poeta quien puede ver más claro en el futuro” (Pág. 71). Y en el mismo fragmento nos cita a Goethe, replanteándonos la misma idea, pero viendo más claro en el pasado.

Este es el problema a y en todo ser humano, a y en toda ideología, a y en toda sociedad, a y en todo Estado. Ver con claridad o racionalidad el pasado, y prever-presentir mejor el horizonte del futuro posible.

¿Podríamos indicar que hay tantos poetas, y tantas visiones de futuro, señor Mairena?

Quizás los humanos inventaron-diseñaron-crearon la prospectiva y las entidades de estudios geoestratégicos, y, otras ramas o capítulos de ciencias sociales, para prevenir-presentir-pronosticar algo del futuro. Pero debemos admitir, que existen imponderables y ponderables, variables que ya sabemos existen y seguirán existiendo en el futuro, y otras, otras que surgirán de nuevo, y son impredecibles hoy, interviene también el azar. La microhistoria y la macrohistoria. Solo nos queda una solución, “no hacer experimentos sociopolíticos a gran escala”, y un segundo principio, nos podría decir o haber dicho Juan de Mairena, aunque lo dice este escribiente de este artículo: “llegar a consensos entre todas las ideologías y fuerzas sociopolíticas” para encontrar la paz. Porque la paz-pan-pax, es la única manera de vivir-existir en el presente y en el futuro, porque todo presente es futuro, presente-futuro.

- Nos dice: “Mas de una vez, sin embargo, la malevolencia, el odio, la envidia han aguzado la visión del crítico” (Pág. 32).

Para mí este fragmento es esencial, está hablando de crítica literaria-estética, o así entiendo yo. Pero nos indica que el crítico o crítica negativa, se percata de errores, o de faltas de la obra a analizar. A mi entender esto es esencial, si lo elevamos a otros parámetros, quizás el crítico o el que suponemos distinto a nosotros, a nuestra ideología, nos está diciendo una verdad como un camión o un buque cisterna. Quizás la persona que es contraria a nuestra opción equis, en el campo zeta, no lo escuchamos, y nos está diciendo una verdad como una montaña. Pero no somos capaces de admitirla. Incluso, como diría Mairena, aunque la esté haciendo o viendo, con mala intención. Algo así, como se demostró en los años cuarenta del siglo pasado, los que tenían prejuicios contra los judíos y los semitas, eran capaces de percibir mejor su fisonomía y rasgos, y parece ser que los utilizaron, algunas veces, para detectar a esas personas. Por desgracia, para llevarlas después a campos de concentración o de exterminio…

- Nos dice “Leyendo a Nietzsche, decía mi maestro Abel Martín- , se diría que es el Cristo quién nos ha envenenado. Y bien pudiera ser lo contrario que hayamos nosotros envenenado al Cristo en nuestras almas” (Pág. 186).

¿Qué se puede decir-expresar-analizar-indicar a este pequeño fragmento? ¿Pero tanto a unos, como a otros? ¿Cómo decía, dicen, un individuo de una determinada etnia, en la cruenta e inhuman guerra civil incivil de 1936, “unos por creer, otros por no creer, cuánto han formado”?

¿Pero es más esto es aplicable a toda ideología, sea secular o no secular, religiosa o no religiosa, al final, siempre se ha dicho, una de las razones de las hecatombes de las ideologías, surgen esencialmente, por aquellos que dicen defenderla y son sus elites dirigentes y mandos intermedios, de mayor o menor medida, que al final, se van corrompiendo y autodestruyendo? ¿Y después vienen los vientos de fuera y terminan el trabajo…? ¿No podemos poner ejemplos, que hay a docenas, en el siglo veinte y en siglos anteriores, al final, quienes terminan con las ideologías, son los mismos que dicen defenderlas, más lo que desde fuera, quieren derribarlas, más las circunstancias sociohistóricas y ambientales…? ¿O no, o sí, o en parte no y en parte sí?

¿O volvemos siempre a las andadas, según el refrán popular, “o los hispanos vamos detrás del paso del santo-santa alumbrando o detrás del paso de semana santa con el garrote? ¿La cuestión es por qué no tenemos término medio racional y prudencia suficiente y respeto histórico a toda ideología…? ¿Cuándo se llegará a saber que igual que hay que respetar al otro, porque tenga un color de piel diferente al tuyo, también hay que respetar al otro, porque tiene o tenga un color de cerebro por dentro diferente al tuyo, en mucha diferencia o en poca…? ¿Acaso en un hipermercado se venden solo diez tipos de productos o cientos…?

2.Es una pena, que Machado no escribiese un libro-obra Juan de Mairena, no de unos cientos de páginas, sino de unas miles de páginas. Porque tendríamos una riqueza enorme, tendríamos un espejo para podernos ver, para poder contrastar puntos de vista, para poder analizar, para podernos ver. Es una lástima, que viviese en tiempos convulsos, y se tuviese que dedicar mucho de su tiempo, además de recorrer la Piel de Toro intentando enseñar-aprender, además  también inscribirse en la política activa. Cuánto se ha perdido, cuánto hemos perdido con que Machado no hubiese escrito un Juan de Mairena, en vez de casi cuatrocientas páginas, que lástima no hubiese construido una obra de mil páginas, un tomo o dos del mismo título con mil páginas. Cuánta riqueza que podría haber creado o criado nos ha dejado sin hacer, por las circunstancias de su vida-biografía, de su sociedad-época-tiempo, que en parte, reitero en parte, es también la nuestra, y nosotros somos herederos de la suya. Otro día, no sé cuándo, ni cuánto volveremos a beber del enorme pozo de sabiduría de Juan de Mairena-Antonio Machado. Mi homenaje a ambos.