Opulentos mangarranas
Estamos en días locos, no sé si será la luna, el efecto cachiporro o sencillamente que de un país enfermo con élites insolventes se producen situaciones que deberíamos de psicoanalizar.
En esta España nuestra, cuando quieres hacer una película te la subvencionan al 100% con fondos públicos propios y europeos. Si el film es rentable la rentabilidad es para el empresario; pero, si no lo es, se incrementa la subvención. A esta preciosa forma de actuar podemos añadir otras mucho menos dignas de mención, pero más lucrativas aún. En cualquier caso, la empresa de la grabación es la única que tiene garantizada su rentabilidad y su futuro.
A mayor abundamiento en ello, amén de mucho mileurista currante de sol a sol, sometidos a la mayor explotación, hay personajes que no son capaces de alzar un dedo sin que su cuenta observe un incremento considerable, eso sí, con una sensibilidad social propia de un grillo venenoso pero de izquierdas, con una defensa de la mano que le da de comer parecida a la de una piraña que además pretende dar lecciones de pureza y castidad.
Estos titiriteros de alfombra roja, Carolina Herrera, Tous y alto standing, se garantizan sus emolumentos con una asociación paradelictual que envía sicarios a los bares, teatros, instituciones, etc., recaudando el canon de silencio, pero como con eso sólo pueden disfrutar, con el lema de la “cultura” han exigido, obligado y sometido a un gobierno flojito, muerto de miedo y carente de valores, mentiroso y traidor, a que su IVA se reduzca al 10% de forma que tengan mayores ingresos. Pero cuidado, “pepero” de mierda, que no se lo das al cine, que sólo se lo das al teatro. Aplaudamos la función y paguemos el fiestón.
El “perrito sin alma” ha sido sometido a criterios de austeridad que no se aplicaron ni a los políticos, ni en el lujo del teatro o del cine –pues un lujo es frente a la Justicia, la Sanidad y la Educación- ante la turba opulenta del colorín rodilla en tierra, estos son los valores de la izquierda refractaria y el PP inconsistente, y nos llamarán indignados o retrógrados.
Esos rigurosos, sólidos y solventes gobiernos del PP, que ahora en su gallardía nos vuelven a engañar y se arrodillan ante los ladrones del plexiglás, eran los que defendían e imponían las Tasas a la Justicia y mantienen el 21% de IVA en los servicios que se prestan en la Justicia.
Un poder esencial del Estado de Derecho, al que se debe de dar acceso a todos los ciudadanos con la misma gratuidad que la educación o la sanidad, nos encontramos con que se le imponen tasas (en sanidad se llama copago, en educación mordaza) y se vendía como un avance social, pero ahora se mantiene el 21% de IVA en las actuaciones judiciales y se piensan subir ese IVA.
Sorprende que esa diferencia exista y no escucho a nadie, no hay ningún partido político que sirva de punta de lanza en la defensa de la Justicia y los Derechos de los ciudadanos, no observo cómo los colegios profesionales claman en el desierto, no oigo a los Defensores del Pueblo luchando por los ciudadanos, no veo cómo los Letrados, cuales Quijotes, defendiendo a nuestros clientes, ni nuestros intereses, ni los de la Justicia como Poder del Estado.
¿Si el Trueba de turno puede beneficiarse de una rebaja del IVA, cuál es el motivo por el que Dña. María tenga que soportar un 21 % de IVA en la defensa de sus intereses y evitar que le apuñalen a su hijo? La Justicia debería de ser un servicio gratuito para todos los ciudadanos que se acerquen a él libremente.
La independencia debe de defenderse desde la libertad de acceso, de un incremento de recursos económicos y personales, la falta de injerencia y el incremento del control, pero siempre al servicio de los ciudadanos como primera y última ratio de su existencia, al amparo de la Ley.