Mayorga, Sevilla... y Roca Rey
Casi las nueve y media de la noche de este viernes lluvioso cuando me pongo a escribir este artículo taurino, impactado tras la impresionante actuación del peruano Roca Rey en la feria de abril sevillana, televisado por el canal Toros. El titular de este artículo son palabras en clave del mundo del toro que las explicamos con detalle.
Mayorga, localidad vallisoletana situada al norte de la provincia donde se crían los toros del ganadero Victoriano del Río; un empresario potente que desde 1960 es ganadero de bravo, aunque tiene cinco generaciones por delante. Del Río tiene su feudo ganadero en la sierra madrileña (Guadalíx y Miraflores de la Sierra) y hace unos años adquirió una finca en las cercanías de Mayorga y allí pasta la vacada del criador madrileño.
Sólo pastan las vacas y sementales, por lo que en la finca de Mayorga nacen los becerros, que luego son trasladados a las dependencias madrileñas para su cría hasta que cumplen los cuatro años, y luego son lidiados en plazas como las de Sevilla, donde en la tarde de hoy han dado, dos de ellos, todo un recital de lo que es un toro bravo: el cuarto ha sido premiado con la vuelta al ruedo con todos los honores.
La feria de abril sevillana se complementa con dos semanas de toros en la Real Maestranza que arranca el Domingo de Resurrección y finaliza este 7 de mayo. Hasta hoy no había ocurrido nada extraordinario, salvo la excelente corrida de Victorino Martín y la magnífica actuación del reaparecido Antonio Ferreras. El resto ha transcurrido con más monotonía que otra cosa.
Pero llegó Roca Rey y puso a todo el mundo de acuerdo con su toreo atrevido, con su juventud arrolladora y con su forma de exponer ante la cara de los toros. La terna era de auténtico lujo: Sebastián Castella, José María Manzanares y Roca Rey con otra ganadería de lujo y preferida por las figuras del toreo como es la de Victoriano del Río.
Los toros sorteados para esta corrida salieron al albero maestrante entipados, bien hechos, con cara (bien armados de cuernos) y dos de ellos dieron un juego extraordinario: tercero (dos orejas le cortó Roca Rey) y el citado cuarto de la vuelta al ruedo, lidiado por Sebastián Castella, al que le pudo cortar las dos orejas si no falla a espadas. Lástima que Manzanares sorteara el peor lote del encierro. Pero esos dos toros nacidos y criados en Mayorga dejaron un listón muy alto en una de las ferias importantes de la temporada taurina española.
Uno aún no se explica la magia y el misterio de por qué un toro bravo acomete sin cesar a una tela roja que maneja un señor vestido de luces, y que es capaz de trasladar la emoción a miles de espectadores. Eso me ha pasado a mí esta tarde frente al televisor con Andrés Roca Rey, un joven peruano de Lima que me ha convencido con su toreo. Castella no se quedó atrás y volvió por sus fueros con otro gran ejemplar que acometió a su muleta de forma incansable. Lástima la espada….
Esto es el presagio de lo que puede ocurrir en Valladolid el próximo domingo 14 de mayo con motivo de la feria de San Pedro Regalado, donde están acartelados el propio Castella, Talavante (otro figurón) y Roca Rey que debutará en el coso del Paseo de Zorrilla. Los toros no son de Victoriano del Río, aunque de estirpe parecida son los Núñez de Tarifa que se lidiarán ese día. Ojalá se de esta magia de nuevo en Pucela.