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Opinión

El futuro del PSOE se llama Pedro

20 mayo, 2017 12:13

En apenas un día los militantes socialistas tendrán que tomar una decisión compleja, puede que, de las más complicadas de la historia del socialismo. Deberán decidir si quieren un PSOE coherente, evolucionista, demócrata, humanista y socialdemócrata, o por el contrario prefieren el PSOE del abstencionismo, los créditos universitarios, las no primarias y las playas de Asia.

No solamente está en juego el devenir de un partido político, sino el de la ideología socialdemócrata, estamos en grave riesgo de desintegración. En el PSOE de la gestora, y de la abstención, ese PSOE inmovilista, del aparato, en el que existen barones y baronesas, tramas internas, urdidas para acallar la voz de esa militancia, que eligió a su Secretario General, no se atisban esperanzas de cambio, más bien de estancamiento.

En éste PSOE, el de Susana, el de quienes se obcecan en no comprender los cambios que ha sufrido la sociedad española, no hay futuro, sino más bien pasado, y del rancio. Tan solo tienen que ver la medida estrella del programa de la candidata andaluza, en el que se opta por créditos para la formación y desarrollo de universitarios, una medida que mercantiliza la educación y fue llevada a cabo por otra mujer política, del siglo pasado conocida por todos, Margaret Thatcher.

La sociedad demanda cambios , adaptación, mayor participación, quieren tener voto, sí, pero también voz. La candidatura de Díaz no ha comprendido qué es lo que pedían en las calles y plazas aquel 15 de Mayo de 2011, todas las personas que se autodefinían como “indignados ”, y que formaron el ya conocido a nivel internacional, como Movimiento 15-M.

No querían tener su casa en la playa, no querían subir diez escalones, estaban pidiendo lo que habían tenido, que es calidad de vida, y sí, que sus hijos pudieran tener una educación pública y de calidad, que los nietos pudiesen vivir mejor que sus abuelos, y recuperar lo que el Estado del Bienestar bajo las siglas del PSOE les había prometido, y ahora les arrebataba.

Quienes protestaban y se lanzaban a las calles no eran antisistema, simplemente querían que el sistema funcionase como debía. Tampoco eran perroflautas , porque quienes esos días estaban movilizándose eran ciudadanos, que hoy no votan a este PSOE, y sí lo hacen a Podemos. ¿Se ha preguntado alguien por qué? ¿por qué dejaron de confiar en el PSOE? Pues bien, la razón no es otra que el PSOE dejó de ser muy socialdemócrata, para terminar, absteniéndose ante el PP más corrupto de Europa. Muchos socialistas de este PSOE del pasado, estancado, están insultando a sus propios hijos, a sus propios nietos, porque son ellos quienes han dejado de confiar en el PSOE, para otorgar la confianza a un partido que ciertamente les dijo lo que querían escuchar, que surgió de la nada, sin experiencia de gobierno, sin conocimiento de impulso y aplicación de políticas progresistas, pero que por más que duela, nos arrebató millones de votos, y con ellos, millones de confianza en la socialdemocracia.

Comprender, analizar y asumir esto, no convierte a ningún socialista en podemita, pero abstenerse ante el partido más corrupto de Europa, y responsable de dilapidar las políticas sociales, civiles, educativas, sanitarias y laborales que llevó a cabo el PSOE, sí convierte a un socialista en pepeizado.

Muchos dicen que el pasado hay que dejarlo donde está, pero yo prefiero recordar esa frase que dice un pueblo que no conoce su historia está condenado a repetirla, ya que mucho me temo que, si dejamos en el olvido tan significante momento histórico, en el que tantos derramaron lágrimas de impotencia, el PSOE está perdido.

Debemos mirar al futuro, ser capaces de comprender quién sí ha sabido entender la complejidad del mundo que nos rodea, los cambios necesarios y adaptativos que debe hacer el PSOE, sin renunciar a su ideología, pero abriendo la mente, no para “captar votantes”, sino para resolver los problemas de esta sociedad de riesgo en la que nos vemos envueltos.

Pedro Sánchez ha sabido entenderlo, y enfocarlo, pero no supo rodearse de personas que lo viesen igual que él, al menos no de las suficientes. Las propuestas que hace son precisamente aquellas que se adaptan a esa complejidad social, económica , medioambiental y laboral. Propone derogar la reforma laboral que tanto ha dañado al tejido social y económico, despenalizar el aborto, fomentar la igualdad entre hombres y mujeres, ser plural con otras formas de ver las singularidades territoriales, sin entrar a debatir términos vacíos de contenido. Y de forma interna, lo más importante, que es contar con las bases del PSOE a través del proceso de primarias y realizando consultas puntuales sobre pactos de gobierno. Contar con esos miles de milita ntes que se dejan la piel defendiendo los valores e ideas de progreso, igualdad y solidaridad social.

Esta candidatura ha sabido realizar propuestas, acordes a la ideología socialista, y Pedro, con su coherencia al desprenderse de todos sus cargos, ha generado ilusión y esperanza en muchos ciudadanos que habían dejado de confiar en el PSOE, en su PSOE de toda la vida.

No hay que hacer un PSOE nuevo, sino retornar a nuestros orígenes ideológicos, adaptándolos a los nuevos retos y cambios que nos requiere la sociedad. Yo lo tengo claro, el futuro del PSOE solamente tiene un nombre, y es Pedro Sánchez.