Opinión

Y después de la paparruchada que hacemos con tanto gaznápiro...

15 junio, 2017 15:10

“A las barricadas”, gritaban hace tiempo los españoles cuando algo iba mal. Triste recuerdo que tampoco nos trajo nada bueno. No son buenos los extremismos pero a la desidia social que estamos asistiendo hoy tampoco. Si la sociedad no se fija un rumbo acabaremos agachados como los mahometanos pero en el mal sentido, un tanto escatológico, de la postura.

Las instituciones económicas europeas y mundiales siguen cumpliendo con su guión, y algunos partidos si los podemos llamar así, o podríamos llamarlos corriente de opinión... Aunque algunos piensan en hacer el suyo, la mayoría se están vendiendo a los chinos o los otros, como van haciendo uno tras otro, que parece tienen el dinero: “Pan pa hoy y hambre pa mañana”. Las soluciones hacia adelante sin soltar lastre no son muy inteligentes porque al final hay que pagar en todos lados.

La situación política global, con los conflictos de Oriente medio, Africa Subsahariana, Asia, etc, hacen pensar que dentro de poco asistiremos a un torpedo más a la línea de flotación del consumo y las finanzas, y otro más para no salir de la crisis a nuestro país y para Europa en general, aunque sólo sea por cercanía. El empleo de calidad no se va a recuperar porque no se crean empresas de más de un trabajador; ya que las que deberían considerarse como verdaderas empresas, las que tienen plantilla, al contrario se destruyen o cierran. Hay un refrán salmantino que dice: “el poco ganado mal parece pero bien guarece”. Las empresas hoy en día están siguiendo esta máxima. Pocos empleados y si pueden que trabajen el doble cobrando lo mismo. Lo mismo que en la administración.

Como la paparrucha no es una fruta tropical, y los gaznápiros seguirán protestando y campando a sus anchas. Pienso como pensamos todos, los que pensamos, que nos estamos convirtiendo en “mirandas”. Mirandas de mociones de censura, mirandas de exposiciones gratuitas, mirandas de televisión, mirandas alejados de la barra del bar, mirandas de extensos paisajes, mirandas de interminables paseos por la calle, mirandas de escaparates, mirandas de la sedición en Cataluña, mirandas de empresas consentidas de derribos y sediciosos, mirandas de sus socios, etc… En definitiva mirandas aunque para no dejar ni un día de asombrarnos.

Ante lo visto en el Congreso vemos se nos presenta un panorama de más de lo mismo, o puede que con extremismos desconocidos. La tónica no ha variado pues se sigue viendo gente desconocida de poca valía, demostrada o sin demostrar, de choriceo demostrado o a punto de demostrar, de comparsas de poca monta, o parados que piensan que la política les solucionará la vida dormidos como si estuvieran debajo de un olivo; pocos de valía que prometen. La gente de valía huye de una carrera política cuyo destino es ir hacia abajo porque lo que va a heredar es polvo y con polvo poco se puede hacer. Máxime si contamos con una sociedad que es incapaz de tomar su puesto, arruinada socialmente por una crisis económica impuesta, y aportar agua para que con ese polvo se pueda volver a hacer porcelana. Mientras otros siguen tomándose a chufla la democracia y la sedición, y piensan en redactar constituciones soberanas, convocar elecciones, montar sus paripés, para huir hacia adelante dejando atrás escándalos que también les acabarán atrapando.

El tiempo es continuo, pasado, presente y futuro. Hay mucho en qué y para pensar, para construir y deconstruir a la vez. Las fuerzas históricas que han modelado las conductas de los americanos, rusos, chinos, europeos y árabes de hoy en día, se establecieron hace siglos; antes de que se inventarán ideas como el capitalismo y el comunismo. La historia lejana sigue presente en todos los aspectos de nuestras vidas, e incluso parte de lo que ocurrió en la prehistoria, aunque de ello hablaremos otro día. También es verdad que sin embargo siempre ha existido tensión en entre esas fuerzas y la capacidad intrínsecamente humana de generar cambios para al final ir a mejor...