¿A quién interesa la Historia?
Parto de la base que a casi nadie le interesa la Historia como no sea para manipularla a su conveniencia.
Por eso, puede ser cierto o no ese vídeo de hace dos años en el que Pablo Echenique afirmaba que Aragón no era una nación histórica, a diferencia de Cataluña que, digámoslo de paso, históricamente fue un estricto condado del primero. Lo seguro es que el dirigente podemita en el antiguo reino ignora que Fernando el Católico fue rey de Sicilia once años antes que de Aragón y, en consecuencia, durante más tiempo.
Por cierto, mi guía catanés, Vicenzo, con quien hablo de éstas y de otras cosas, alude a que la dominación aragonesa (española) sobre la isla italiana fue la más duradera, cinco siglos, “y de las mejores”, según él.
Sin remontarnos tanto en el tiempo, nuestra ignorancia llega hasta hoy mismo. En un reciente programa televisivo, preguntados una serie de veinteañeros sobre Adolfo Suárez, quien más se aproximó a la figura del ex presidente fue quien dudó de si “fue el constructor del aeropuerto de Madrid”.
Se entienden entonces afirmaciones tan rotundas e inexactas como las de que “durante el franquismo se prohibió el uso del catalán”. Lo refuto desde mi condición de militante antifranquista que reconoce la brutal dureza inicial de la dictadura y que padeció en sus carnes el perdurable y ominoso régimen de Franco. A partir de 1970, di clases en distintos centros privados de Barcelona, donde la mayoría de los profesores se expresaban e impartían sus asignaturas en catalán. En una reunión de docentes vi la expresión de sorpresa y contrariedad de algunos de ellos al oírme hablar en castellano, hasta que su semblante se mudó en otro de amable complicidad al decirles que era de Bilbao.
No quiero extenderme, pero la Historia es la que es y no la que nos gustaría que fuera. Y ya que estamos en el caso catalán (y no me gusta la expresión al referirme a la tierra que más admiro y envidio), hay que recordar la larguísima lista de políticos y aledaños del principado involucrados en casos de corrupción: Jordi y Oriol Pujol, Prenafeta, Macià Alavedra, Félix Millet… Y es que tampoco en Cataluña es oro todo lo que reluce.
Por eso, volviendo al inicio de este artículo, a nadie le interesa saber cuál es de verdad la Historia real de los hechos si ésta no se acomoda a su interés y a su conveniencia.