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Opinión

La maldita impunidad de las redes sociales

4 diciembre, 2017 11:59

Las redes sociales se han convertido, por su inmediatez, en importantes nichos de información por un lado pero también en vertederos de todo tipo de insultos, amenazas e improperios, de carácter delictivo alguno de ellos, que se cobijan bajo el manto de la impunidad. Algo difícil de entender porque parece que este tipo de comportamientos no se pueden contrarrestar con ningún instrumento de la legalidad vigente.

El ‘A ti te tendría que haber encontrado la manada’, que un tuitero dedicó a la secretaria primera del Congreso de los Diputados, Alicia Sánchez Camacho, esta semana es otro de los casos en los que queda de manifiesto que estos ‘cafres’ se refugian en el anonimato para poner otra vez de relevancia el ‘todo vale’, en unas redes sociales cada vez más podridas.

La cantidad ingente de todos estos nombres, en el secundario escenario del anonimato, sirve para diluir muchos de los comentarios que se vierten a través de las causas y que se acaban reduciendo a la mínima expresión a la hora de buscar responsabilidades penales.

Las redes sociales se han convertido en un potente altavoz, todo pasa por ellas, y los temas se convierten en virales buscando el beneplácito de los miembros de estos foros en los que se llega incluso a descalificar a personas que acaban de fallecer, si nos remontamos a un año y medio antes, con Víctor Barrio como protagonista.

La capacidad de hacer daño a través de estos medios, por la capacidad de multiplicidad, a personas con comentarios duros es sumamente grande y debería de tenerse una mayor responsabilidad a la hora de verter opiniones, más cuando perjudican a personas muertas, bajo la liberalidad de unas expresiones que lejos de Internet llevarían a la apertura de acciones judiciales.

La legislación española ha introducido elementos de tipificación de esas conductas y la seguridad del Estado cada vez está más diligentes a la hora de erradicar todos los componentes delictivos que se producen desde las redes. El anonimato de muchas personas que injurian y calumnian de diferentes maneras a través de las redes ha de ser cortado de raíz.

Las redes sociales han de ser un potente instrumento de comunicación, siempre, pero nunca un vertedero de insultos que muchos utilizan desde el anonimato para pagar sus frustraciones metiéndose con otras personas. Que cada uno mida lo que dice y que el que se pase, pague por ello.