Tomas-Hidalgo

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Opinión

Caminar por el filo de la navaja

6 diciembre, 2017 00:06

Cuando en política no se tiene un concepto claro de la dirección que se quiere tomar o aún teniéndola, no es la adecuada, la correcta. Cuando tu objetivo político no es la defensa de los intereses de tu partido, de tus votantes porque -en la creencia que son tuyos-  no te van a dar la espalda por muy mal que lo hagas. Cuando creyéndote todo esto, y el único objetivo es asimilar el voto del contrario a cualquier precio, es el revólver tus instintos políticos más primigenios para adaptarlos a las querencias de los otro y solo por “el poder”. Cuando eso ocurre, estás caminando por el filo de una navaja, porque no es tu camino.

Miquel Iceta es el clásico político resultado insultante de estos 40 años de democracia, buen ejemplo de la vieja política del PSOE/PSC con un simple, doble o triple discurso político, todos ellos interesados, manidos, atemporales, cualquiera de ellos le vale, si le sirve para sus objetivos, “el poder”.

Un político, Miquel Iceta, que se adapta como un camaleón a cualquier ambiente con su baile característico y, es que la política española de los últimos 40 años ha sido eso, adaptar la piel (el discurso político) a las situaciones sobrevenidas, en espera, buscando el momento de sacar la lengua a pasear y arrastrar hacia sus intereses esos votos para su objetivo primordial, la asimilación “del poder” y en esas está en la elecciones catalanas.

Un inconsciente que no sabe cuál es el límite, o sí lo sabe por eso “camina al filo de la navaja”. Y es que estos políticos siempre se han sentido agusto en el peligro con el peligro, y lo están porque nunca han sido conscientes del resultado de su política, ni el paro, ni los recortes sanitarios, ni el menosprecio a tus ideales que son los de otros, etc..

Pareciese que el aforamiento político no fuese solo judicial, es como si tuviesen también un aforamiento sentimental.

España está sufriendo un proceso desestabilizador desde dentro, un efecto autoinmune al que los “partidos constitucionalistas” se les ha asignado la tarea de curar, de revertir los efectos de un bipartidismo incólume, ante tantos años de juegos peligrosos con los enemigos de la Constitución y siempre con el mismo objetivo, ”el poder”.

Y ese trabajo comienza el 22D, justo el día después de las elecciones.

 El PSC no ha entendido aún que es parte determinante, que de sus estrategias, de sus decisiones depende mucho que no tengan efectos traumáticos los resultados conseguidos.

No lo sabe, aún desconoce que depende de este juego su supervivencia. Que jugar con los nacionalistas es muy peligroso, que de ser primera fuerza política hace unos años en Cataluña puede pasar a ser tercera o cuarta. O directamente desaparecer.

La sociedad española le está diciendo estos días a los partidos políticos cuales le sirve y para qué le sirve y lo que es más importante, quién es el que se queda. Y todo el mundo lee que se quedará el que no llegue a acuerdos con los nacionalistas. Ejemplo claro los datos del CIS y el cuponazo.

Y el que al final salga elegido, debe cerrar la navaja, agarrar el cuchillo y empezar a sanear.

 Al PP se le dotó hace 7 años de una mayoría absoluta tras el nefasto gobierno de Zapatero, para esto mismo, para sanear. Pero tenía demasiados intereses de por medio, mochila política, demasiados paseos por el filo de la navaja, la situación empeoró por la debilidad del gobierno, “el ansia de poder”, y surgió el envalentonamiento de los nacionalistas y con ello los acontecimientos que ya conocemos.

La sociedad ya no confía ni al PP, ni al PSOE tan drástico trabajo, lo ha dejado en otras manos -en lo que a Cataluña se refiere-,  en otros líderes.

Miquel Iceta debe elegir, caminar con los constitucionalistas y por el camino que marca la Constitución, o caminar por el filo de la navaja.